La gran táctica del enemigo es hacernos dudar de lo que Dios nos habla a través de Su Palabra. Nos lleva a malinterpretar la enseñanza del Señor para alejarnos de la presencia de Dios.
Él siembra una mentira, nos hace dudar del poder de las Escrituras, y si no estamos alerta y cubiertos por el Espíritu Santo, podemos caer en su trampa y él celebrará una cosecha abundante entre los escogidos del Señor.
¿Y qué podemos hacer para protegernos de los ataques y las mentiras del diablo? Caminemos seguros en las manos de Cristo, busquemos su guía en todo lo que digamos o hagamos, seamos lectores asiduos de la Biblia y no dejemos de orar siempre que tengamos tiempo libre. Los que oran están en contacto constante con el Señor y difícilmente se dejan engañar por las artimañas del enemigo.
Seamos activos en la obra de Dios, tanto en nuestro trabajo como en el apoyo a los que trabajan. De esta manera estaremos protegidos del mal y disfrutaremos de las ricas bendiciones de Dios.
Como nos enseña la Palabra, debemos resistir al diablo para alejarlo de nosotros.
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