Para reflexionar… ¿Sonreír O Llorar? ¿O Ambos?

“Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran” (Romanos 12:15).

Al llegar a la cuadra de baloncesto, donde se reunía con amigos en un determinado día de la semana, Raúl notó que la costumeira alegría de todos no estaba presente. Preguntó a un de los amigos: “¿qué pasó? Parece que todos están tristes”. El amigo entonces contestó: “Leo ha sido despedido de la colocación y todos nosotros estamos desempleados con él”.

¿Hasta qué punto nos preocupamos por nuestro hermano o amigo? ¿hasta qué punto sufrimos con sus sufrimientos? Si nos reunimos para conmemorar la alegría de todos, ¿no es de esperarse que hagamos el mismo con relación a sus aflicciones? Si Jesús lloró y sufrió con nuestras angustias y sufrimientos, y está en nosotros, ¿no debemos seguir Su ejemplo?

Es muy fácil conmemorar el cumpleaños de un amigo, su graduación en la universidad, su conquista deportiva, su felicidad en el casamiento. ¿Y cuando no hay fiesta de cumpleaños? ¿Y cuando no hay graduación y ni conquistas a conmemorar? ¿Y cuando el casamiento es destruido por un motivo cualquier? ¿Qué hacemos? ¿Qué hablamos? ¿Cual el sentimiento de nuestros corazones? Aproximarnos para conmemorar y nos alejamos cuándo no hay motivo para eso?

La Palabra nos enseña a alegrarnos con los que se alegran y a llorar con los que lloran. ¿Por qué obedecemos apenas en parte?

Vamos a amar a nuestros hermanos, participando de sus alegrías y también de sus tristezas. Seamos bendiciones en su vidas, en cualquier situación o circunstancia. Ésa es la voluntad de nuestro Señor Jesucristo.

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