“Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (1 Corintios 6:12).

“Si usted estima su maíz, arranque la grama.” (Proverbio malayo)

Hay muchas cosas que, a la primera vista, nos parecen buenas y agradables. Hay muchas oportunidades que nos estimulan y nos impulsan en ciertas direcciones. Hay muchos caminos aparentemente perfectos para llevarnos al destino planeado. Pero… corremos el riesgo de descubrir, a veces demasiado tarde, que fuimos precipitados e imprudentes.

Cuando entregamos toda nuestra vida al Señor Jesús, buscando de Él la dirección para todas nuestras decisiones, estamos seguros de que alcanzaremos la bendición deseada y conmemoramos la victoria y la felicidad.

Pidamos a Dios que nos proteja de las tentaciones y no nos deje ceder a los impulsos ilusorios de este mundo. Debemos desconfiar de todo lo que es demasiado fácil. Un poco más de trabajo y dificultad puede significar una conquista mucho más agradable y definitiva.

¿Usted se deja distraer por la grama, olvidándose del principal, el maíz?

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