“y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6).
“Si su día está muy lleno y tiene muchas cosas con que se ocupar, renuncie de sus lecturas bíblicas y oraciones. En otro día cualquiera podrá si preocupar por eso. Firmado: Satanás.”
Podemos renunciar de cualquier cosa; podemos postergar cualquiera actividad u ocio; podemos cerrar los ojos para cualquiera preocupación; pero, nada debe nos impedir de buscar a Dios y colocar nuestro día y nuestra vida en Su presencia.
¿Qué beneficio nos traerá el día si no buscamos dirección y orientación del Señor? ¿A que lugar iremos sin agarrar en las manos de Cristo y pedir que nos guíe por los caminos de ese mundo? ¿Que esperanza tendremos de resolver problemas, de encarar las batallas que están delante de nosotros, si el Señor no esté nos fortaleciendo y animando?
Sean cuales son nuestras actividades, sean cuales son nuestras decisiones a tomar, sean cuales son las dificultades que tendremos de enfrentar, todo será más fácil con la gracia y la unción de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Es nuestro Pastor, nuestro Consejero, el Príncipe que nos llena de paz y nos conduce por los caminos seguros de la felicidad.
Cuando oramos y leemos la Palabra de Dios, somos fortalecidos y edificados espiritualmente. Cuando el Señor está en nuestros corazones, no somos engañados como nos sugiere el texto inicial. Cristo siempre será nuestra prioridad, no importan las demás cosas a hacer.
¿Suele pasar el día con el Señor o lo deja para cuando sobra tiempo?
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