Para reflexionar… Sigo Sus Pisadas

“Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me aparté” (Job 23:11).

Rita, una niña pequeña y muy inteligente, sale de casa con su padre en una mañana lluviosa. El padre quería que ella caminara a su lado, sosteniendo su mano. La niña, queriendo mostrar que era muy sabia, dijo: “Voy a andar detrás de ti. Si el fango no ensucia tus pies, tampoco ensuciará los míos”. El padre, entonces, con mucho cuidado, hizo de todo para no ensuciar los pies y ni decepcionar a su pequeña hija.

Tenemos un Padre que nunca ensucia los pies, que nunca toma actitudes precipitadas, que nunca erra el camino. Cuando Lo seguimos, estamos seguros de que nuestras actitudes siempre serán correctas, que nuestros pies siempre caminarán por lugares bendecidos, que llegaremos al lugar de nuestras bendiciones en el momento oportuno.

Cuando no nos desviamos de Él, somos sabios como la niña de nuestra historia. Y Él tiene el placer de mostrarnos los caminos de victoria. Él nos cuida, nos protege del mal, no permite que nuestra fe y nuestra esperanza terminen. Su amor nos trae gozo y felicidad y nuestro amor a Él es garantía de una vida abundante y eterna.

¿Has seguido los pasos del Padre celestial?

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