“Serás bendición” (Génesis 12:2).

Dos hermanos conversaban tranquilamente sobre muchas cosas. De repente, uno de ellos preguntó al otro: “¿Si fuese para el infierno, qué de más terrible podría encontrar allá?” El otro, después de pensar un poco, contestó: “Amigos que hubiesen ido para allá por mi influencia.”

¿Qué nuestros amigos han recibido de nosotros? ¿Que influencia estamos ofreciendo a los que con nosotros caminan? ¿Qué ellos ven y aprenden de nuestras actitudes?

El Señor nos llamó y confió en nosotros para sembrar salvación, esperanza, fe, alegría, felicidad. ¿Hemos hecho nuestra parte? ¿Hemos alegrado el corazón de nuestro Salvador? ¿Hemos engrandecido y glorificado el nombre de Jesús? No deseamos ver nuestros amigos decepcionados — especialmente por nuestro testimonio.

No deseamos verlos fracasados — mucho menos por nuestra mala influencia. No deseamos , de manera alguna, que ellos se pierdan — y será aún peor si no aprovechamos la oportunidad de mostrarles el verdadero Camino para el Cielo de gloria y la vida eterna.

No ir para las mansiones celestiales preparadas por el Señor para nosotros será terrible. Ser responsables de otros no ir también, será igualmente desastroso. El Señor desea que estemos allá… que nuestros amigos estén allá… que aprovechemos todas las oportunidades para proclamar la Verdad que liberta.

¡Quiero ser una bendición! ¡Quiero que mis amigos también sean! Quiero ser feliz por todo el eternidad y que usted sea también feliz, a mi lado, al lado del Señor.

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