UN TRIBUTO AL EDUCADOR

• ES UN PROFETA. Construye los cimientos del mañana.

• ES UN ARTISTA. Trabaja con arcilla preciosa modelando seres humanos.

• ES UN AMIGO. Su corazón responde a la fe y a la devoción de sus alumnos.

• ES UN CONSTRUCTOR. Trabaja con los más altos y nobles valores de la civilización.

• ES UN REFORMADOR. Intenta quitar obstáculos que debilitan y destruyen la vida.

• ES UN CREYENTE. Tiene una fe indestructible en Dios y en el mejoramiento de la humanidad.

EL EXITO DEL MAESTRO

Hay muchos indicadores que podríamos tomar como base para evaluar el grado de éxito de un maestro infantil: Cantidad de alumnos o de conversiones, la permanencia de sus alumnos en el camino del Señor, la calidad espiritual del maestro, la capacitación, la relación con los niños y otros. Todo esto mide resultados del Ministerio del Maestro.

Pero ¿será ésto lo que mide Dios? Como somos siervos de El y trabajamos para El, en primer lugar nos importa lo que el Señor piensa de nosotros. ¿Cuándo nos considera el Señor “Maestros Exitosos”? ¿Qué evalúa Dios de un maestro?

En 1 Samuel 16:7 leermos “[…]Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. Es decir, Dios no va a mirar lo que todos ven, no le va a importar los indicadores de éxitos humanos. Dice Rick Warren en “Un Liderazgo con Propósito” que “Dios no nos llama al éxito, nos llama a la fidelidad”.

El Señor tiene otro punto de vista y mira nuestra fidelidad, si somos fieles en lo poco o mucho que tengamos, nos premiará (Lucas 16:10). El mismo Apósto Pablo decía que no le importaba lo que piensen los demás, mientras que Dios lo halle fiel (1 Corintios 4:2-3).

El maestro debe ser fiel. Primeramente fiel como cristiano; es decir, no debe fallar en su devoción a Dios, el cuidado de su vida espiritual, la lucha contra el pecado. En segundo lugar, debe ser fiel a su llamado o misión como maestro infantil.

En estos tiempos económicos difíciles, los presupuestos del ministerio de niños a menudo se cortan, a veces eliminado. Y aunque yo simpatizo con los líderes que se enfrentan a los retos de la ministra con menos dinero, me gustaría plantear una pregunta sincera: “¿Qué se necesita dinero?” He encontrado en los últimos años, trabajando en ministerios de ambos, sin presupuesto, todo el camino hasta grandes presupuestos, que la cantidad de dinero que tenía no era proporcional al número de niños que podrían llegar!

Mi temor es que en tiempos difíciles, los líderes se dedican más tiempo a la recaudación de fondos y se distrae de su ministerio. No olvidemos que Dios obra a través de estos tiempos difíciles para nosotros y nos enseñe perfeccionar las cosas. Hay ministerios próspera en el campo misionero en todo el mundo que no tienen dinero y lo hacen bien. La Iglesia existe desde hace años antes de que todos los regalos que disfrutamos ahora. A veces pienso que hemos llegado a un punto que ahora piensa que “necesitamos” más de lo que realmente hacen.

Si se toma el tiempo a la lista de sus necesidades básicas real, probablemente encontrará que no necesita tanto dinero como usted piensa. De hecho, lo que necesita realmente es, probablemente, mucho más alcanzable que antes se suponía.

Recuerde, el ministerio de Jesús no tenía presupuesto!