Mi Vida, Si Es Preciso, Yo Entrego

“No temas en nada lo que vas a padecer. Sé fiel hasta la
muerte, y yo te daré la corona de la vida”Apocalipsis 2:10).

Uno de los mayores siervos de Cristo, en Inglaterra, fue Dr.
Temple. Un joven ministro, que estaba siendo enviado por Dr.
Temple para una congregación muy difícil, se volvió a él y
dijo: “Dr. Temple, ¿por qué me manda para allá? ¿No sabe lo
difícil que es? Moriré si voy para allá”. La respuesta de
Dr. Temple fue: “Bien, usted y yo no nos importamos ni un
poco con una cosa como esa, ¿no es? Si lo que Dios determinó
que realizásemos exigir nuestras vidas, debemos estar
dispuestos a entregarlas.”

¿Lo qué estamos dispuestos a entregar por Cristo? ¿Hasta que
punto estamos listos para servirlo? ¿Estamos prestos a decir
“sí” a todo cuanto el Señor determinarnos hacer?

Sabemos que las bendiciones de Dios no tienen medida.
Sabemos que la obediencia a Su Palabra nos conduce a grandes
momentos de alegría y victorias. Sabemos que es mejor seguir
el camino planteado por Dios de lo que nuestros propios
caminos. Sabemos que la verdadera felicidad consiste en
dejar el Señor dirigir todos nuestros pasos.

Si lo que Dios nos pide es difícil, no podemos olvidar que
Va con nosotros y que peleja por nosotros. Si el lugar para
donde nos manda es problemático, Él lo sabe, nos protege, y
en los garantiza victoria. Si el servicio del Señor nos
cuesta la vida, Él nos promete otra vida, más agradable,
eterna.

Si el Señor nos manda distribuir amor, debemos esparcirlo
por donde pasemos. Si el Señor nos instruye a sembrar
esperanza, salgamos con fe y alegría contagiando el mundo.
Si el Señor conducirnos por las sendas de la proclamación de
Su Palabra, no cesemos de proclamarla día y noche, a tiempo
y fuera de tiempo.

El Señor cuenta con nuestra fidelidad, aun cuando eso nos
coste la vida. ¿Está dispuesto a entregar la suya?

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