Arraigados y Cimentados en Amor

Arraigados y Cimentados en Amor

 

“…para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin , que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios” (Efesios 3:17-19 – NVI). Texto: Efesios 3:17-19Para mostrar: una rama de eucalipto Resumen: Dios desea que estemos arraigados en Jesús para que podamos amar a otros. ¡Miren lo que traje hoy! Esta es una rama de un árbol de eucalipto. Hace poco lo cambié de un lugar cerca de mi casa al patio en la parte de atrás de la casa. Lo hice para que pudiera crecer como se supone que crezca. Necesitaba más espacio y sol. Unos días después sufrió lo que llamaríamos un choque o pasme por haber sido transplantado. Las hojas perdieron su brillante color verde y algunas de cayeron. También perdió parte de su dulce olor. Mi esposa y yo tuvimos que ponerle estacas alrededor y darle agua para ayudarlo a crecer en su nuevo lugar en el patio. El apóstol Pablo una vez escribió en la Biblia acerca de estar arraigados y cimentados en amor en su carta a los efesios. Dios desea que estemos arraigados (que echemos raíces) en Jesús. Es por Él que tenemos la habilidad de amar a otros. Mientras estemos pegados a él, podremos hacer grandes cosas por Dios, pero sin él nada podremos hacer (Juan 15:5). También podemos ayudar a que otros estén arraigados en Jesús. Podemos hablarles de Jesús. Podemos invitarlos a que vengan a la iglesia con nosotros. Podemos ser sus amigos cada vez que haya un cambio en sus vidas. ¿Puedes acordarte de las veces en que deseabas tener un amigo/a? Tal vez cuando fuiste a una nueva escuela o clase por primera vez. O cuando tu familia se mudó a una nueva ciudad. Otras personas necesitan el amor que sólo Jesús pueda dar a través de tí. Como cuando un/a abuelo/a se muda a una casa de cuidado para ancianos o para enfermos. O cuando un joven regresa de la universidad. O un esposo cambia de trabajo. Todos estos cambios significan que necesitamos cuidar y ayudar a esas personas como el árbol necesitaba el agua y que se le pusiera la estaca para ayudarlo en su nuevo lugar. Recordemos el ayudar a otros cuando se mudan a un nuevo sitio porque cuando estamos arraigados y cimentados en Jesús, podremos hacer grandes cosas por Dios.

Visitas: 131

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *