“Hermanos, sed imitadores de m, y mirad a los que as se conducen segn el ejemplo que tenis en nosotros”
(Filipenses 3:17).
Nelson, un cristiano dedicado y excelente padre de dos
nios, aprovech unos das de vacaciones para pintar la casa
de un vecino y as ganar un poco ms de dinero para mantener
su hogar. Al regresar de su primer da como pintor, uno de
sus hijos de cuatro aos le dijo: “Pap, tu pantaln est
manchado de tinta”. El padre, sonriendo, respondi; “Pap
est pintando una casa y por eso me ensuci”. Al da
siguiente, el nio esperaba a su padre con los pantalones
manchados de tinta, que haba encontrado en el garaje. Al
ver los pantalones de su hijo sucios, el padre pregunt:
“Qu ha sido eso?” Y el nio, todo orgulloso, dijo: “Yo
quera ser como pap”.
Qu maravilloso saber que nuestros hijos se complacen en
imitarnos. Es una gran oportunidad para mostrar nuestro
ejemplo en carcter, en honestidad, en fidelidad a Dios.
Nuestros hijos aprendern de nosotros y crecern ante el
Seor, como una bendicin para nuestro hogar, para sus
amiguitos, para toda la iglesia. Imitamos a Cristo y
nuestros queridos imitan nuestras actitudes. Y nuestra casa
se convierte en un gran faro que ilumina toda la comunidad
donde vivimos.
Dios quiere que seamos siervos buenos y fieles. l quiere
prepararnos para vivir en Su presencia para siempre.
Nosotros tambin deseamos estar con el Seor por toda la
eternidad.
Qu gran bendicin ser! Qu gran bendicin ser!
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