Para reflexionar… Sin Desperdicio

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no  vivo  yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la  carne,  lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se  entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).

“El mayor desperdicio en el mundo  es  la  diferencia  entre quiénes somos y en qué podríamos convertirnos”.

Perdemos mucho en este mundo porque nos preocupamos por  las pequeñas cosas y dejamos de lado lo que  realmente  importa. Murmuramos por no realizar nuestros sueños, pero dejamos  de lado a Jesús. Decimos que la felicidad es para los  demás  y no para nosotros, pero dejamos de lado a Jesús. Nos quejamos de que nuestros amigos tienen buenos trabajos y nosotros no, pero dejamos de lado a Jesús.  Nos  deprimimos  porque  nada funciona en nuestras vidas, pero dejamos de lado a Jesús.

¡Cuánto desperdicio de lamentaciones! Quizás  nada  de  esto nos molestaría si abriéramos nuestros corazones al  Señor  y Salvador Jesucristo. Es Él quien nos permite alcanzar  todos los ideales y vivir verdaderamente en abundancia. Con Él, la esperanza y la fe están siempre presentes,  y  en  lugar  de murmurar, nuestros labios están ocupados  con  canciones  de alabanza y gratitud. Con Cristo, lo que  éramos  queda  para detrás y nos convertimos en más que  vencedores…  más  que bendecidos.

No quiero desperdiciar nada. Quiero  caminar  con  Jesús  en cada momento de mi vida.  Quiero  aprovechar  al  máximo  mi felicidad. ¿Y tu?

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