“Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercndose, dijo: Seor, no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jess, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada ests con muchas cosas. Pero slo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le ser quitada” (Lucas 10:40-42).
“Siento que hago poco a Dios. Me gustara ser mucho ms para l”, dijo un joven a todos en la Escuela Bblica. “Para hacer mucho por Dios y ser mucho por l, necesitas estar mucho con l”, dijo el profesor de la clase.
A veces, el impulso inicial de nuestra vida cristiana nos anima a hacer todo, todo el tiempo en la iglesia. Queremos ser activos en alabanza, evangelismo, enseanza bblica, etc. Parece que lo que hacemos no es suficiente, y nos sentimos frustrados pensando que somos insignificantes para el Seor. Olvidamos que la obra es de Dios y debe hacerse segn Su direccin y segn su voluntad.
María us la presencia de Jess para aprender de l. Marta estaba distrada, trabajando para Jess. Ambas tenan razn, pero la primera aprovech el hecho de estar con Jess, oyendole para poder hacer el trabajo de manera ms efectiva y bendecida.
Que podamos pasar ms tiempo en la presencia del Seor para que todo nuestro trabajo tenga la aprobacin de Dios y lo glorifique en todo momento.
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