“El hombre a menudo dice: ‘Si Dios quiere’. Todos cumplen la promesa, cuando es evidente que Dios quiere?”
Un gran secreto para una vida cristiana victoriosa es tratar siempre de obedecer al Seor. Si decimos que haremos esto o aquello, “si Dios quiere”, es necesario que cumplamos nuestro compromiso. Si en nuestra oracin decimos que se debe hacer la voluntad del Seor, por qu no lo hacemos? Si decimos que el Seor puede contar con nosotros, por qu seguimos en nuestra indiferencia? Si levantamos la mano cuando se nos desafa a cooperar en una obra de iglesia en particular, por qu no nos presentamos para cumplir lo que prometemos? Si leemos que la palabra cristiana debera ser “s, s o no, no”, por qu no meditamos en lo que sigue justo despus, “lo que es ms de esto, de mal procede”?
Murmuramos por no recibir ciertas bendiciones, nos declaramos frustrados por nuestros constantes fracasos, lo que empezamos, casi siempre no llega a su fin … Y cul es la razn de que pase todo esto? Quizs la razn sea muy simple: no hacemos la voluntad del Seor. No le obedecemos y hacemos nuestra vida espiritual tibia o nula.
Dios quiere… Y nosotros, queremos?
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