“No se olvidar ninguna recompensa que se retrase”.
Dios nos ha dejado muchas promesas. Todas tienen su tiempo para realizarse. Y las esperamos con gran confianza en que nunca sern olvidadas. Las promesas de Dios son nuestra recompensa e incluso si sabemos que no las merecemos, seguro que nos las dar.
El mundo puede ofrecernos todo, y a menudo esperamos con ansiedad estas recompensas mundanas. Pero, incluso si llegan, son fugaces y engaosas.
Las nicas recompensas que tienen valor son las que nos da el Seor, garantizadas, verdaderas, envueltas en papel brillante de felicidad. Las dems … De qu nos serviran?
Si su bendicin est tardando demasiado, espere un poco ms. El Seor nunca la olvidar.
Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris
Subscribe to get the latest posts sent to your email.