Para reflexionar… Placer En Los Negocios

“Aflicción y angustia se han apoderado de mí, Más tus mandamientos fueron mi delicia” (Salmos 119:143).

A un misionero que estaba luchando por proclamar la Palabra de Dios al mundo se le dijo: “Tienes una gran formación académica. Si usaras tu tiempo más en tu negocio en lugar de usar casi todo para evangelizar, podrías ganar mucho dinero y todavía usaría su tiempo libre para predicar el Evangelio”. El misionero, con una sonrisa en los labios, dijo: “Mi negocio es la obra de Dios. Y, en mi tiempo libre, aprovecho para seguir predicando el Evangelio”.

Qué maravilloso es estar totalmente a la disposición del Señor. No hay mejor trato, no hay nada que dé más placer, no hay beneficio económico que se compare a la alegría de poder decir: “Señor, qué feliz estoy de hacer tu trabajo”.

¿Y las peleas? ¿Y las dificultades? ¿Qué pasa con los contratiempos durante la caminata? El otro camino sería más pacífico, lleno de conquistas materiales. Sin embargo, es cierto que ningún logro financiero es mayor que el logro del abrazo del Padre en el último día. ¡No hay cuenta bancaria que exceda el “venid, bendito de mi Padre”!

El amigo del misionero, conmovido espiritualmente por las palabras del siervo de Dios, le dijo: “¿Cómo puedo unirme a ti en tu trabajo? ¿Cómo puedo ayudarte en este” negocio “que te trae tanta felicidad? El misionero no contestó, solo siguió sonriendo.

¿También quiere tener placer en sus negocios?

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