Un hombre estaba hablando con un granjero sobre sus cultivos de frijoles y maz. Las lluvias fueron abundantes y los resultados evidentemente buenos. El agricultor sorprendi al hombre con su comentario: “Mis cultivos son bastante vulnerables. Una sequa muy pequea podra tener consecuencias devastadoras”. El hombre pregunt: “Por qu?” El agricultor explic: “Si bien las lluvias son frecuentes, no se requiere que las plantas empujen las races ms profundamente para encontrar agua. Las races permanecen en la superficie y una sequa las tomara desprevenido y morira rpidamente”.
Algunos cristianos experimentan lluvias pasajeras de adoracin, compaerismo y enseanza bblica. Ante un calvario, una lucha ms difcil, como tienen races superficiales, pronto abandonan al Seor.
Solo aquellos que estn profundamente arraigados en su experiencia personal con Dios son capaces de soportar los momentos de sequa espiritual.
Cuando entregamos nuestras vidas para ser guiados por Cristo, las circunstancias del camino no importan. El Seor est con nosotros, lucha y gana por nosotros. Estamos a salvo y no solo cuando enfrentamos grandes tormentas espirituales, sino incluso cuando vivimos en das de verdadera sequedad, nada nos sacude. Nuestras races son firmes y nuestros frutos son abundantes.
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