Para Reflexionar… Encendiendo nuestra luz

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23:4).

En un fin de semana lluvioso, madre e hija comentaban sobre la lección de la escuela bíblica sobre el Salmo 23. Entraron a la cocina, oscurecidas por la tormenta de afuera. La hija se volvió hacia su madre y le dijo: “Mamá, aunque camine por el valle de las sombras de la muerte, no temeré al mal. Pero, ¿puedes encender la luz, por favor?”

En nuestra divertida ilustración, encontramos una hermosa lección. En el mundo oscuro en el que vivimos, donde las sombras parecen estar por todas partes, podemos iluminar cualquier ambiente con nuestro testimonio de vida cristiana. No hay oscuridad que no desaparezca cuando se acerca la luz de Cristo. No hay pecado que prevalecerá cuando una vida espiritual transformada por el Espíritu de Dios lo confronte. No hay mal que se establezca en un lugar en el que habite el amor de Dios.

Cualquier valle de sombras se vuelve más brillante que un día soleado, cuando Dios está presente. Todo llanto se detiene cuando el gozo del Señor se acerca y dice: hola. Todo temor a la muerte desaparece cuando, a través de Jesús, entramos por las puertas de la vida eterna.

¿Sigues caminando en las sombras o ya has encendido su luz?

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