“El secreto de la vida es tener una motivación. Una tarea a la que dedicas toda tu vida, cada minuto del día. Y lo importante es que es una tarea que no puedes cumplir”.
Qué gran motivación es para el cristiano poner sus deseos en las manos del Señor. Lucha día y noche por un sueño que sabe que no puede realizar y, al mismo tiempo, que nada es imposible para Dios o para lo que cree. Cuando vivimos esta experiencia espiritual, nuestra vida se vuelve emocionante y nuestros días son muy felices.
Jesús vino a traernos una vida abundante. No hay vida más intensa y gratificante que la que pasamos con el Señor, siempre confiando en que algo sucederá y, sea lo que sea, nos traerá una gran alegría al corazón.
Quiero algo y sé que es muy difícil para mí, pero no es difícil para Dios. Tengo una gran batalla que pelear y sé que no tengo la fuerza para ganarla, sin embargo, el Señor Jesús es fuerte y la ganará en mi lugar. Tengo un largo viaje por delante y me siento cansado, pero, el Rey de reyes está a mi lado y me llevará en su regazo.
Este es mi gran secreto, la gran motivación de mi vida y la fuente de toda mi fe y alegría. Ese también debe ser tu secreto. Viva… Sea muy feliz.
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