No quiero que te pierdas: Verdades bíblicas acerca de las necesidades espirituales de los niños

No quiero que te pierdas: Verdades bíblicas acerca de las necesidades espirituales de los niños

por Sam Doherty
Los corazones de los niños son tiernos, que pueden ser muy sensibles, y sentirse culpables por el pecado. Pero en Jesucristo y en su evangelio está la respuesta a todas sus necesidades espirituales. Entonces, ¿por qué esperar hasta la adolescencia antes de darles las respuestas que necesitan para los problemas de la niñez?
No quiero que te pierdas: Verdades bíblicas acerca de las necesidades espirituales de los niños
Primer artículo de la serie: La medicina para ellos
 
¿Es correcto que una madre le advierta a su hijo que no cruce una calle transitada?
¿Si vieras a un niño jugando al borde de un acantilado le dirías que tuviera cuidado de no caer?
¿Qué harías si te dieras cuenta que un niño, quizá tu propio hijo, estaba agarrando un cuchillo de mucho filo u otro objeto aun más peligroso?
 
En cada caso la acción del adulto en cuestión se determina según el peligro potencial que enfrenta el niño y su responsabilidad de tomar las medidas posibles para ayudar al niño a evitar el peligro.


Todos los niños tienen necesidades espirituales


¿Qué nos dice la Biblia en cuanto a estas necesidades?

La Biblia nos enseña que toda persona que nace en este mundo (excepto el Señor Jesucristo) está espiritualmente muerto (Efesios 2:1; 2:5).
La Biblia nos enseña que toda persona que nace en este mundo tiene una naturaleza pecaminosa (Salmo 51:5; Salmo 58:3; Efesios 2:3) y que esa naturaleza pecaminosa pronto se manifiesta en acciones pecaminosas (Isaías 53:6; Romanos 3:23). Se nos dice de Joaquín que «tenía ocho años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén tres meses y diez días, pero hizo lo que ofende al SEÑOR» (2 Crónicas 36:9).
La Biblia nos enseña que toda persona nace fuera del reino de Dios (Mateo 18:3), y necesita ser regenerado para ingresar en aquel reino (Juan 3:5).
La Biblia también deja en claro tres cosas:

La única manera que una persona, sea joven o mayor, puede recibir vida espiritual y vida eterna es mediante el arrepentimiento y una fe personal en Jesucristo (Juan 5:24; Hechos 11:18; Colosenses 2:13).
La única manera que una persona, sea joven o mayor, puede recibir una nueva naturaleza es mediante fe en Jesucristo (2 Corintios 5:17)
La única manera que una persona, sea joven o mayor, puede ingresar al reino de Dios es mediante el nuevo nacimiento (Juan 3:3, 5) y la conversión (Mateo 18:3).
En consecuencia, queda claro sobre la base de la Biblia que un niño que no ha confiado en Jesucristo como su Salvador, no importa la edad que tenga, está espiritualmente muerto, es un pecador por naturaleza y en hechos, y que está fuera del reino de Dios. Y permanecerá en esta condición hasta que confíe en Jesucristo como su Salvador.
 
Esto también es verdad acerca de niños que nacen en un hogar cristiano. La Biblia nos dice claramente que gozan de un privilegio especial al nacer en tal hogar (1 Corintios 7:14). Pero también están espiritualmente muertos, con una naturaleza pecaminosa y fuera del reino de Dios. Necesitan confiar en Jesucristo como su Salvador, al igual que cualquier otro niño, aunque sí tienen mayor oportunidad de hacerlo debido a su hogar y su trasfondo cristianos.
 
Los niños sólo pueden confiar en Jesucristo si oyen el evangelio (Romanos 10:13–17), y si responden al obrar del Espíritu Santo en sus corazones (Juan 16:8–11). Cuando responden con fe y arrepentimiento cobran vida espiritual, reciben vida eterna y una nueva naturaleza, e ingresan al reino de Dios.
 
¿Deseamos que nuestros niños permanezcan en un estado de muerte espiritual, con una naturaleza totalmente pecaminosa y fuera del reino de Dios? ¿O deseamos que estén espiritualmente vivos, con una nueva naturaleza que agrada a Dios, y eternamente en el reino de Dios?
 
Si deseas que el segundo conjunto de consecuencias se haga realidad para tus niños, entonces TIENES QUE EVANGELIZARLOS. Es sólo mediante la evangelización, la enseñanza del evangelio y su respuesta ante él, que tus niños pueden confiar en Jesucristo. Entonces estas maravillosas consecuencias pueden hacerse realidad para ellos.
 
¿No es este un motivo vital para evangelizar a niños?
 
Además sabemos sobre la base de la experiencia y nuestros recuerdos de niñez que los corazones de niños son tiernos, que pueden ser muy sensibles, y sentirse culpables por el pecado. Son más sensibles que los adultos y sienten culpa con más facilidad que los adultos. Pero en Jesucristo y en su evangelio está la respuesta a todas sus necesidades espirituales. El evangelio provee la respuesta que les puede dar perdón, paz, victoria y seguridad. ¿Por qué esperar hasta la adolescencia antes de darles las respuestas que necesitan para los problemas de la niñez?
Tomado y adaptado del libro ¿Por qué evangelizar a los niños?, Sam Doherty, Desarrollo Cristiano Internacional, 2002, pp. 47–49

 

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