Con y bajo autoridad (Reflexiones)

Con y bajo autoridad (Reflexiones)

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Romanos 13:1-2

“… pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo.”

Dios ha dado AUTORIDAD a ciertas personas, sobre ciertas áreas de nuestra vida. Ha instituido una autoridad en la iglesia, en la familia, en la sociedad… y nos pide a nosotros que nos SOMETAMOS a ella. Muchos no han entendido en qué consiste ser “cabeza”, qué es exactamente la autoridad y porqué a los cristianos se nos pide (¡a todos!) someternos los unos a los otros en diferentes áreas de nuestras vidas.

Pero para Dios es importante. Mira estos dos ejemplos:

David respetó la vida de Saúl incluso cuando éste ya había “desvariado” y había caído en desgracia delante de Dios. David sabía que mientras Saúl estuviera “envestido” de autoridad, no debía tocarle.

Cuando los hermanos de Moisés (Miriam y Aarón) se quejaron contra éste por haberse casado con una mujer negra, Dios castigó a Miriam. Le dijo: “¿sólo te gustan las blancas? Ahora tú serás más blanca que ninguna…” y le mandó la lepra. Pero Dios no tocó a Aaron… todavía no. ¿Por qué? Porque Dios le había envestido de autoridad. Porque Aaron (al igual que Moisés) había sido consagrado para servirle. Dios esperó años a darle su merecido, y cuando lo hizo, primero tuvo que “desnudarle” (=quitarle las vestiduras simbolizó quitarle la autoridad). Sólo entonces, Aarón murió.

¿Qué quiere decir esto?

Que para Dios es un tema serio.

Y por lo tanto, para nosotros, también lo es: es necesario CONOCER las áreas en las que Dios ha establecido autoridad y aprender que no se trata de un tema denigrante, ni de superiores-inferiores, que jamás se debe imponer a la fuerza… que Dios desea que nos sometamos unos a otros con alegría, con convencimiento… y conocimiento.

Puedes dejarlo aquí, o seguir leyendo sobre el tema:

Con autoridad y bajo autoridad (artículo completo)

Dios tiene autoridad sobre todo lo que existe y ha delegado parte de Su autoridad a los seres humanos. Todos tenemos autoridad y todos debemos someternos a autoridad.

¡Toma ya!

Es un tema difícil de entender, a veces. Hay algo en nuestra naturaleza que se rebela contra las “autoridades”… Nos da grima. No queremos someternos a nada ni a nadie, y mucho menos si no entendemos POR QUÉ.

Por eso es fundamental comprender que la autoridad es necesaria en el universo porque sino reinaría el caos. Debe existir un orden. Para cada área debe haber una “cabeza” –una persona que se hace responsable, que da la cara, que asume las consecuencias… y por eso mismo, una persona que debe ser obedecida.

La idea de tener autoridad (para echar fuera demonios y enfermedades, vivir una vida victoriosa, plantarle cara al mundo, etc) es muy atrayente, pero a todos nos cuesta entender por qué es tan importante vivir bajo autoridad.

En primer lugar, Dios da importancia a la autoridad, porque Él la ha creado. La Biblia dice que toda autoridad viene y se origina en Dios. Él es la máxima fuente de autoridad en el universo, y ha delegado parte de ella al ser humano para mantener el orden en el mundo:

Romanos 13:1-2

“… pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo.”

Autoridad es el derecho de ejercer poder y exigir obediencia. Es tener poder para gobernar. Habilidad para sojuzgar.
No hay autoridad si el poder no es delegado y no hay autoridad si el poder no es usado. La autoridad conlleva responsabilidad.

La sumisión a la autoridad es fundamental en la vida cristiana. Hay quienes no tienen ningún problema con eso. Otros se “comen la cabeza” intentando justificar las razones y buscando la lógica en todo el asunto. Hay cosas que tienen sentido, cosas que no. Lo cierto es que la vida cristiana nunca fue una vida basada en la lógica o en la razón, sino en la fe. Por eso, afirmo que también en el asunto de “vivir bajo autoridad” y “someterse”, uno tiene que aceptarlo por la fe.

Hay varias áreas en las que vivimos bajo autoridad:

1. NUESTRA MÁXIMA AUTORIDAD ES CRISTO = NOS SOMETEMOS A CRISTO.

Cuando venimos a Cristo, Él se convierte en nuestro “Señor”… o sea, nuestro “jefe”, nuestro amo. Cristo tiene autoridad sobre cada área de nuestra vida. Aunque suene fuerte, nosotros ya no tenemos derecho a gobernar nuestra propia vida.
Lucas 6:46

“¿Por qué me llamáis “Señor, Señor” y no hacéis lo que os digo?”

2. Los cristianos reconocemos que la BIBLIA ejerce autoridad sobre nuestras vidas.

2 Timoteo 3:16

“Toda escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, reprender, corregir y instruir en la justicia,….”

3. FAMILIA: “Someteos unos a otros, por reverencia a Cristo” Efesios 5:21

• Dios delega autoridad en el matrimonio:

La Biblia es muy clara al reconocer que los hombres y mujeres son iguales en valor delante de Dios. (“Dios creó al ser humano en Su imagen; a imagen suya los creó: varón y hembra los creó” Génesis 1:27)

Pero a la hora de funcionar como matrimonio, hay una cadena de mando:
El marido es quien da cuentas a Dios, quien da la cara por los dos (que en realidad son uno), y por eso la mujer debe someterse a él.
Efesios 5:23

“El marido es la cabeza de la esposa, así como Cristo es la cabeza de la iglesia.”

• Dios delega autoridad en los padres:

Hasta que los hijos se hacen adultos y vivan por su cuenta, deben someterse a la autoridad de sus padres. Esta estructura es tan importante, que Dios incluyó esta específica cadena de mando en los 10 mandamientos del Antiguo Pacto, y también se repite en el Nuevo:
Efesios 6:1

“Hijos, obedeced a vuestros padres, pues esto es justo.”

(Fijaos que este mandamiento viene acompañado de una promesa:
Efesios 6:2-3 “Honra a tu padre y a tu madre –que es el primer mandamiento con promesa- para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.”)

4. SOCIEDAD:

• Dios delega autoridad en los gobernantes:

Pablo nos enseña que Dios instauró todos los gobiernos y que debemos someternos a ellos.
Romanos 13:1

“Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto.”

Romanos 13:6

“Por eso mismo pagáis impuestos, pues las autoridades están al servicio de Dios, dedicadas precisamente a gobernar.”

1 Pedro 2:13-14

“Someteos por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea al rey como suprema autoridad, o a los gobernadores que él envía a castigar a los que hacen el mal y reconocer a los que hacen el bien.”

• Dios delega autoridad en el lugar de trabajo:

Aquí Pablo habla sobre los esclavos. Supongo que podemos aplicarlo a nuestros jefes.
Efesios 6:5

“Obedeced a vuestros amos terrenales (¿jefes?) con respeto y temor, con integridad de corazón, como a Cristo.”

• Dios delega autoridad en nuestro lugar de estudio:

1 Pedro 2:13-14

“Someteos por causa del Señor a toda autoridad humana.”

¡Estudiantes, someteos a vuestros profesores! Es importante mostrar respeto.

5. IGLESIA:

• Dios delega autoridad en Cristo. Él es la cabeza de la Iglesia.

Efesios 5:23,24

“…así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, …”

• Dios delega autoridad en los pastores, ancianos, diáconos, “líderes” de la iglesia.

Dios dio a los pastores la responsabilidad de pastorear nuestras almas. Ellos dan cuentas (se responsabilizan) de nosotros. Por eso debemos someternos a ellos.

Hechos 20:28

“Tened cuidado de vosotros mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre.”

Hebreos 13:17

“Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues cuidan de vosotros como quienes tienen que rendir cuentas. Obedecedlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ningún provecho.”

¿Y SI LA AUTORIDAD ES CORRUPTA?

Según la Biblia, la única circunstancia en que se acepta y justifica desobedecer la autoridad establecida es cuando entra en conflicto con las leyes de Dios. Se debe aceptar la autoridad siempre y cuando no choquen con la moral de Dios, con sus principios y Su Voluntad.

A Pedro y a Juan les negaron predicar en el Sanedrín. Su respuesta fue:

“¿Es justo delante de Dios obedeceros a vosotros en vez de obedecerle a Él? ¡Juzgadlo vosotros mismos! Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.”

Hechos 4:19-20

REBELDÍA

Hay algo en nuestra naturaleza (caída) que se resiste a someterse a autoridad.

Es necesario darse cuenta de que así como Dios es la fuente de toda autoridad, Satanás es el autor de la rebeldía y la desobediencia. Cuando uno se rebela contra una de estas autoridades (este “orden” organizado por Dios), inevitablemente se está rebelando contra Dios. (Por eso es importante meditar sobre estas cuestiones, y al final, quizás, hacer uso de la FE para vivir en obediencia a nuestro Señor.)

Efesios 2:2

“os conducíais según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia.”

2 Pedro 2:10

“…los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor.”

Hay algo en la idea de “someterse” que siempre nos ha parecido degradante y humillante. Eso se debe a una falta de entendimiento, puesto que Dios es la fuente de toda autoridad, y por lo tanto, se trata de algo hermoso y perfecto. Recordemos que los humanos solamente vemos con los ojos naturales, y la realidad se nos presenta distorsionada la mayoría de las veces. Este asunto jamás tuvo que ver con ser superior-inferior, de imponerse unos a otros, de hacerse obedecer. Por supuesto, nunca se trató de someter a otros. La Biblia jamás dice: somete a tu hermano, somete a tu mujer… siempre habla de una actitud voluntaria: “someterSE”, lo que da a entender que es una relación de respeto, de mutua valoración, y siempre de libertad. El que da la cara y es responsable de los resultados y de lo que ocurre, tiene la autoridad. Al asumir esa autoridad, Dios le da poder para cubrir (proteger) a la persona a su cargo. La protege en este mundo material, pero más importante, la “cubre” en el mundo espiritual. El diablo y su maquiavélico séquito deben respetar esa protección divina.

Muchos eligen vivir “por su cuenta” sin someterse a ningún pastor, sin dar cuentas a nadie, sin respetar a los padres, sin aceptar jamás la autoridad del marido, sin respetar a profesores o jefes… y un largo etcétera. Hay algo que se están perdiendo. Hay una “protección” que les está faltando. También hay desobediencia.

Es necesario meditar sobre el asunto.
Reitero que como en todo lo que tiene que ver con Dios, al final es necesaria la FE. No hemos sido llamados a vivir por lógica y razonamientos humanos.

Que Dios abra nuestros ojos espirituales para poder ver la VERDAD como lo que realmente es, y que cada uno sepamos vivir con alegría bajo la agradable soberanía de nuestro Señor Jesucristo, en obediencia al Padre e inspirados siempre por su Espíritu.

Por Rebeca Byler.

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