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“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

Un nio pequeo los guiar…

Un nio pequeo los guiar…

por Sam Doherty
Puede un nio cumplir con el propsito Divino de traer a otros a los pies de Cristo…? Con la ayuda de ejemplos Bblicos y diversos testimonios de nios, el autor nos invita a reflexioner acerca del poderoso impacto que un pequeo puede causar en la vida de sus familiares y otras personas.
Un nio pequeo los guiar...En Isaas 11:6 leemos: Un nio pequeo los guiar.
El contexto del versculo indica un perodo futuro de justicia (vs 5), paz (vs 6?8) y conocimiento generalizado del Seor (vs 9). Pero creo que el principio que se afirma no se limita a un perodo o un conjunto de circunstancias especficos.
 
Cuan cierto es que un adulto puede ser influenciado e incluso guiado por un nio, y sobre todo por un nio con el que tiene parentesco. Los corazones de adultos, e incluso de adultos que se oponen a temas espirituales, con frecuencia estn abiertos a la influencia de sus propios hijos. La manera de llegar al corazn de un hombre con frecuencia puede ser mediante su nio.
 
Los artculos anteriores han bosquejado y enfatizado varios motivos por los que debemos evangelizar a los nios. Todos estos motivos tienen que ver directamente con el nio mismo: su futuro, su salvacin, sus necesidades, su receptividad, su potencial, la actitud de Jesucristo hacia l, y su mandato de evangelizarlos. Es decir, evangelizamos a los nios porellos mismos.Son ellos el enfoque principal de nuestra evangelizacin, y eso es correcto y bblico.
Pero debemos reconocer otro factor y otro motivo para evangelizar a nios. Cuando alcanzamos a un nio para Cristo, con frecuencia podemos llegar mediante l al resto de la familia, sobre todo a los padres. De hecho que no evangelizamos a los nios con el nico propsito de llegar mediante ellos a sus padres. Pero es cierto que con frecuencia esto se hace realidad, y nos proporciona motivacin adicional para la evangelizacin, aunque no sea esta la razn principal.
 


Los nios influencian a los adultos


Podemos ver varios ejemplos en las Escrituras de nios que influenciaron a los adultos:

Un buen ejemplo es la muchacha que dio testimonio a su ama, la esposa de Naamn, en cuanto al poder de Dios que se manifestaba mediante Eliseo (2 Reyes 5:2, 3). Por el testimoniode ella, Naamn fue sanado (2 Reyes5:14) y lleg a ser un verdadero creyente (2 Reyes 5:15?19).
Es interesante leer acerca de los nios que alabaron al Seor Jess cuando l entraba a Jerusaln la semana previa a su muerte (Mateo 21:15). Esta accin atrajo la crtica de los escribas y los sacerdotes (Mateo 21:15). Pero era el cumplimiento de una profeca del Antiguo Testamento (Mateo 21:16) y recibi la aprobacin y el elogio de Jess (Mateo 21:16). Los nios vieron lo que otros fueron incapaces de ver. Ellos cantaron mientras otros callaron. Ellos recibieron la bendicin que otros se perdieron. Y su testimonio y su ejemplo han influenciado y animado a muchas generaciones a alabar al Seor Jess.
La disposicin del pequeo Samuel para or la voz del Seor (1 Samuel 3:4?10) parece haber constituido una reprimenda para El, quien deba haber sido el instrumento para comunicar la revelacin de Dios. Dios us al nio Samuel para revelar su palabra a El (1 Samuel 3:17, 18), y luego a todo Israel (1 Samuel 3:19?21).
Si bien no conocemos la edad de Daniel en el primer captulo del libro de Daniel, podemos tener la certeza que an era joven cuando propuso no contaminarse (Daniel 1:8). Qu tremendo testimonio fue al jefe de los oficiales al ver cmo Dios les haba bendecido a l y a sus tres amigos! (Daniel 1:15?19).
Por dos mil aos, muchos han sido influenciados por la disposicin del muchacho que tena cinco panes y dos pescados, de dar todo lo que tena a Jess (Juan 6:9). Su regalo fue el medio para alimentar a miles de adultos.
En nuestro mundo hoy, el nio que conoce al Salvador puede ser un medio y un canal de bendicin para sus padres y otros miembros de su familia quienes dicen no tener tiempo para Dios. Los que ministran entre nios pueden dar ejemplos de muchos casos en que este principio se hizo realidad.
 
Evelyn era una nia de 10 aos quien vena todas las semanas a la clase bblica hogarea que realizbamos para los nios de la zona. Ella escuchaba con atencin y avidez el mensaje del evangelio, pero nunca evidenci haber confiado en el Seor Jesucristo.
 
Le pregunt una noche si lo haba hecho, y me contest que no. Me dijo que hubiera querido confiar en Jesucristo pero que sus padres se lo haban prohibido. Le haban dicho que si lo haca, no le permitiran volver a la clase bblica hogarea.
 
Sin embargo, al terminar la clase bblica la semana siguiente, Evelyn me dijo que realmente deseaba confiar en el Seor Jesucristo como su Salvador, y tuve el gozo de guiarla a los pies de Cristo. Luego sent que deba aconsejarle que an no dijera nada a sus padres, para que pudiera seguir viniendo a la clase. Le suger dos cosas. Le dije que primeramente debademostrar a sus padres lo que haba hecho mediante el cambio en su vida. Y en segundo lugar, en una fecha posterior, cuando se diera la oportunidad, les deba decir verbalmente de su decisin.
 
Algunos meses ms tarde la madre de Evelyn vino a hablar conmigo. Me dijo que tanto ella como su esposo haban confiado en el Seor Jess como su Salvador y deseaban asistir a una iglesia evanglica. Esto me caus gran regocijo, y le pregunt cmo haba sucedido. Me dijo que Dios les haba hablado a los dos por medio del cambio en la vida de Evelyn.
 
Otra madre me dijo que haba confiado en Cristo. Me explic que Dios le haba hablado mediante los coritos que su hija de cuatro aos cantaba despus de volver de la clase bblica.
 
S; sigue siendo verdad hoy que un nio pequeo los guiar.
 
Para concluir, recuerde: Evangelizamos a los nios porque por medio de ellos con frecuencia podemos alcanzar a sus hogares y llegar a los corazones de sus padres y de los miembros de su familia.
 
Carlos Spurgeon escribi:


En cuanto a la temprana piedad y su efecto sobre otros, merece suma aprobacin. Es tan atractiva! La gracia se ve ms linda en la juventud. Aquello que no se notara en un adulto, salta a la vista al observar a un nio. La gracia en un nio tiene gran poder de conviccin; el pagano se queda admirado. La palabra que sale de la boca del nio queda grabada en la memoria, y su sencillez toca el corazn. Donde el sermn del pastor no tiene xito, la oracin de un nio puede dar la victoria.
 
Donde no haba otro modo de abrir el camino para la verdad, el amor de un nio lo ha logrado. Sigue siendo verdad: Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeitos y de los nios de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde (Salmo 8:2).
(Citado deCome Ye Children)


 
Construir para la eternidad


 
Un constructor elev un templo,
Lo elabor con gracia y habilidad,
Los pilares, las vigas y los arcos,
Todas se conformaban a su voluntad.
Al ver su gran belleza, los hombres decan as:
Este templo jams se deteriorar,
Grande es su habilidad, maestro constructor,
Por siempre su fama ser.
 
Una maestra elev un templo
Con inagotable y cuidadoso amor,
Planific cada arco con paciencia,
Cada piedra la coloc con oracin.
Ninguno alab su constante esfuerzo,
Nadie conoci su maravilloso plan,
Pues el templo que elevaba la maestra
Era invisible a los ojos del hombre.
 
El templo del constructor ya no existe,
Los aos lo han hecho polvo,
Cada pilar elegante
Es consumido por xido.
Pero el templo que elev la maestra
Durar por la eternidad,
Pues ese hermoso templo invisible
Es el alma inmortal de un nio.


 
(Autor Desconocido)
 
Tomado y adaptado del libroPor qu evangelizar a los nios?,Sam Doherty, Desarrollo Cristiano Internacional, 2002, pp. 85?89

 

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