Un Encuentro En El Cielo

Un Encuentro En El Cielo

“Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado
para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34).

Cuando el célebre hombre de Dios Phillip Brooks estaba si
recobrando de una enfermedad y estaba se recusando a recibir
visitas, conforme orientación médica, el agnóstico Robert G.
Ingersoll quiso le visitar, y fue prontamente recibido. “me
siento muy lisonjeado”, dijo Ingersoll, “pero, ¿por qué me
recibió, después de recusar a visita de todos sus amigos?”
“Es muy simple”, contestó el hombre de Dios, “tengo plena
confianza de encontrar todos mis amigos en el porvir, mas,
ésta puede ser mi última oportunidad de verlo.”

El hombre y la mujer de Dios, no apenas si preparan para un
encuentro con el Señor como también se importan con las
personas que hacen parte de su vida diaria. Queremos la vida
eterna en los Cielos y queremos también que nuestros
parientes, nuestros amigos y todas las personas de ese
mundo, tengan la misma alegría, el mismo regocijo, la misma
bendición.

El Señor Jesus, un día, nos llamará por el nombre. Y dirá
más: “venid, benditos de mi Padre”. Quiero oír eso y quiero
que todos mis amigos también oigan. Soy feliz por tener mi
nombre escrito en el Libro de la Vida y deseo ardientemente
que el nombre de todos que están me leyendo también tengan
sus nombres colocados allí. Quiero festejar con todos la
entrada en las mansiones celestiales.

Existe un himno que dice: “Anhelamos ir allá, anhelamos ir
allá. Que alegría será, cuando nosotros nos encontremos
allá”. Sí, será un momento de gran alegría y goce. Estar en
la presencia de nuestro Salvador, para siempre, ¡qué
felicidad!

¿Usted ya tiene su pasaporte para el Cielo? ¿Ya abrió el
corazón para Jesus?

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