“La falta de confianza es el gran secreto del fracaso”.
Si nuestro sueño es fallar, la mejor manera de hacerlo es no creer, no confiar, dudar de todo y de todos. Si nuestro deseo es experimentar desilusiones, lo mejor que podemos hacer es alejarnos de Dios y permanecer incrédulos. El apóstol Pablo le dijo al carcelero: “Cree y serás salvo” y nosotros, basándonos en esa palabra, podemos agregar: “cree y alcanzarás tu meta”, “cree y no habrá obstáculo insuperable”, “cree y todo será posible “.
Y si el fracaso es el fruto del árbol llamado incredulidad, la victoria es el fruto del árbol llamado fe en el Señor Jesús. Cuando plantamos la semilla de la fe, la cosecha es abundante y está garantizada. Seremos felices y la felicidad nunca nos abandonará.
¿Qué árbol has plantado en tu corazón?
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