“Qu hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdi, hasta encontrarla?” (Lucas 15:4)
“Me gustara mucho que un gran amigo mo vena a la iglesia. Ya lo he invitado cientos de veces y no viene. Eso me ha dejado muy triste”, dijo un joven al pastor. “Y cuntas veces has ido a la casa de l, para buscarlo?” dijo el pastor.
La Biblia nos ensea que Jess, el Hijo de Dios, vino a buscar y salvar a los perdidos. Y l nos ense a hacer lo mismo. Cuando queremos salvar una oveja, sea ella un pariente, un amigo, un compaero de trabajo o incluso un desconocido, debemos salir para buscarla. El pastor de nuestra historia inicial mand al joven a hacer eso y la enseanza sirve para todos aquellos que estn aqu en el mundo sirviendo con amor al Seor.
Muchas veces una invitacin basta. Muchas veces nuestro testimonio es suficiente para atraer a un amigo que deseamos ver en la presencia de Cristo. Pero, a veces, lo mejor es salir y buscar al que el Seor va a salvar. El Seor desea que esto suceda y cuenta con nuestra determinacin en ese trabajo evangelstico y misionero.
Dejemos nuestro confort y comodidad y vamos tras las ovejas que an estn perdidas.
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