(1 Pedro 5:7).
Pedro, un nio inteligente y juguetn, viendo a su madre preparar unos bizcochos con de chocolate, tom un trozo de masa e hizo una mueca. “Mami, este chocolate es muy amargo”. La madre, sonriendo, no dijo nada. Despus de que estuvieron listos y enfriados, la madre le ofreci uno bizcocho a su hijo, este comi, Todava aprensivo, sin embargo, encontr el sabor excelente.
Hay muchos momentos amargos en nuestras vidas. Nos quejamos, murmuramos, pero despus de un tiempo, con un poco de paciencia, vemos que esos momentos de angustia se convierten en momentos de gran placer y alegra. Cuando esto sucede, hasta nos olvidamos de las dificultades de aquellos das de angustia y desesperacin.
Necesitamos entender que Dios tiene Su camino. As como la masa amarga de los bizcochos, despus de ser horneada, se vuelve dulce y sabrosa, as la masa de nuestra vida, preparada por el toque de Cristo, se vuelve placentera y admirada por todos.
Lo importante es que Dios nos cuida a todos. l quiere que vivamos lo mejor, aunque algunos das sean amargos y desagradables.
Esperemos, pues, en el Seor.
Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris
Subscribe to get the latest posts sent to your email.