“Ninguna actitud puede acabar con tus enemigos más rápido que perdonarlos”.
A menudo fallamos en vivir la vida abundante prometida por el Señor Jesús al no perdonar a nuestros enemigos. Guardamos resentimientos, ocultamos odios y rencores en cada cajón de nuestro corazón. ¿Y qué ganamos con esto? ¡Nada!
Hay gente que dice: “Perdono pero no olvido”. Esta es una genuina declaración de falta de perdón. Dios mismo nos dice, en Su Palabra, que nos perdona y olvida todos nuestros pecados. Cuando perdonamos una actitud que nos lastimó, es como si nunca hubiera sucedido. El enemigo se convierte en amigo y nuestra comunión se restablece por completo.
El mundo está lleno de malentendidos y esta es una de las razones de nuestra falta de paz, de esperanza, de fe en que todo cambiará. Con odio no lograremos nada, no llegaremos a ninguna parte. La persona que odiamos vive normalmente y nosotros … simplemente languidecemos y morimos en nuestra tristeza e inconformismo.
El amor es el antídoto para todo esto. Amen a todos y serán verdaderamente felices.
Impactos: 14