LA SALVACIÓN ES UN REGALO

LA SALVACIÓN ES UN REGALO 🎁

 

Versículo bíblico: “Pues Dios los salvó por su bondad, y por medio de la fe. No se salvan ustedes mismos; es un regalo de Dios.” (Efesios 2:8 TLA)

Propósito: Ilustrar que la salvación es un regalo de Dios ofrecido a todos, pero que sólo es efectiva cuando alguien la acepta personalmente.

Cómo hacerlo (Instrucciones para el maestro):

1. Sostén un billete visible en la mano (no digas su valor).
2. PREGUNTA (¡Este es el inicio de la lección hablada!): “¿Quién quiere este billete?”
3. Espera unos segundos.
4. Repite la pregunta con calma una o dos veces más.
5. Cuando alguien se levante y lo tome, dile: “Ahora es tuyo.”

Reflexión con el grupo (Post-experimento):

• ¿Qué tuvo que hacer la persona para recibirlo?
• ¿Tuvo que pagar algo?
• ¿Qué habría pasado si nadie se levantaba?

Explicación y Aplicación:

(Aquí se integra la idea de la Introducción, explicando el significado del billete y las reflexiones).

El objeto que acaban de ver (el billete) y la acción que tomaron para obtenerlo, nos enseña sobre el regalo más grande y valioso: la salvación y la vida eterna que Dios nos ofrece.

• Es un regalo ofrecido a todos: Yo lo ofrecí a todo el grupo. De la misma manera, Dios ofrece la salvación a todas las personas del mundo (Juan 3:16).
• No tiene precio: La persona que lo tomó no tuvo que pagar nada. La Biblia dice que la salvación no se compra, no se gana, se recibe por gracia (Efesios 2:9). Jesús ya pagó el precio completo por nosotros en la cruz.
• Requiere una acción (la fe): Si nadie se hubiera movido, el billete seguiría en mi mano, y nadie se habría beneficiado. El regalo de Dios está disponible, pero solo lo recibe quien da el paso: levantarse en fe y aceptarlo personalmente.

La salvación es como este regalo: Dios la ofrece gratuitamente, pero solo la recibe quien se levanta en fe y la acepta.

Oración:

Amado Jesús, gracias por el regalo inmerecido de la salvación. Ayúdanos a levantarnos hoy en fe, a aceptar tu regalo y a vivir cada día agradecidos por el amor que nos diste en la cruz. Amén.

Nota: La oración proporcionada es solo un ejemplo y no debe leerse textualmente. Los maestros pueden adaptarla según el contexto y necesidades del grupo y además, deben usar sus propias palabras y ser guiados por el Espíritu Santo.