La Diferencia que Marca la Diferencia

La Diferencia que Marca la Diferencia

Written by Por J. Luis G. Taddei

Los deseos primarios de toda persona son satisfacer sus necesidades, progresar y ser felices. Una forma efectiva de lograr estos anhelos es teniendo seguridad económica, siendo prósperos y maduros emocional y espiritualmente.

Así como hay personas pobres y ricas, hay países pobres y ricos. Pero la diferencia entre estos no es la antigüedad. Países como India y Egipto, que tienen miles de años de antigüedad, son muy pobres. En cambio, Australia y Nueva Zelanda, que hace poco más de 150 años eran casi desconocidos, hoy son, sin embargo, países desarrollados, ricos y con una prosperidad constante.

La diferencia entre países pobres y ricos tampoco está en los recursos naturales con que cuentan. Japón tiene un territorio pequeño, el 80% es montañoso y no es apto para la agricultura y ganadería; sin embargo, es la segunda potencia económica mundial. Su territorio es como una inmensa fabrica flotante que recibe materiales de todo el mundo y los exporta transformados a todo el globo terráqueo, logrando de esa manera su riqueza.

Por otro lado, tenemos una Suiza sin océano, pero tiene una de las flotas navieras más grandes. No produce cacao, pero tiene el mejor chocolate del mundo. En sus pocos kilómetros cuadrados, pastorea y cultiva solo cuatro meses al año, ya que el resto es invierno, pero sus productos lácteos son de excelente calidad de toda Europa y el resto del mundo.

Al igual que Japón, no tiene recursos naturales, pero da y exporta servicios con calidad insuperable, y aunque es un país pequeño, ha vendido una imagen de seguridad, orden y trabajo, y esto lo ha convertido en la caja fuerte del Mundo.

 

Tampoco la inteligencia de las personas es la diferencia. Lo demuestran estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos, logrando resultados excelentes en su educación. Otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fabricas, y al hablar con ellos, nos damos cuenta que no hay diferencia intelectual.

Finalmente no podemos decir que la raza marca la diferencia. En los países Centro Europeos, Nórdicos o en Estados Unidos, vemos como los hombres de América Latina o de África, demuestran ser la fuerza productiva de estos países. Pero no pasa lo mismo en sus propios países, donde muchos de ellos nunca supieron someterse a las reglas básicas que hacen a un país grande.

¿Que es entonces lo que hace la diferencia?. La actitud de las personas hace la diferencia.

Al estudiar la conducta de los individuos en los países ricos, observamos que la mayor parte de la población sigue las reglas numeradas abajo. A estos conceptos, le hemos añadido tan solo lo que Salomón escribió al respecto en su libro de los Proverbios y el Eclesiastés, siglos antes de Jesucristo. Si le añadimos todo lo que dice la Escritura, llenaríamos varias páginas.

 

1. Los Valores como principio básico.

“Hijo mío está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón… Aparta de ti la maldad intencionada de tu boca, tus ojos miren lo recto… Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos”.

(Prov. 4:20-21, 24-26.)

 

2. El Orden y la Limpieza.

“Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de guardar y tiempo de desechar” (Ec. 3:1,6).

3. La Honradez.

“De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro”. (Prov.22:1).

“Mejor es la buena fama que el buen ungüento” (Ec. 7:1).

 

4. La Puntualidad.

“El corazón del sabio discierne el tiempo” (Ec. 8:5).

“Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas”. (Ec. 5:5).

 

5. La Responsabilidad.

“Ve a la hormiga oh perezoso, mira sus caminos y se sabio; la cual no teniendo ni capitán, ni gobernador ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. (Prov. 6:6-8).

No ames al sueño para que no te empobrezcas; abre tus ojos y te saciarás de pan”. (Prov. 20:13).

“La pereza hace caer en profundo sueño, y el alma negligente padecerá hambre”. (Prov. 19:15).

 

6. El Deseo de superación.

“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia. Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino”. (Prov. 3:13-14).

“Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría, y sobre todas tus posesiones, adquiere inteligencia. Engrandécela y ella te engrandecerá”. (Prov. 4:7-8).

“El que posee entendimiento ama su alma; el que guarda la inteligencia hallará el bien.” (Prov. 19:8).

 

7. EL Respeto a la ley y los reglamentos.

“Hijo mío no te olvides de mi ley, y tu corazón guarden mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón, y hallarás gracia y buena opinión delante de Dios y delante de los hombres”. (Prov 3:1-3).

“Guarda la ley y el consejo, y serán vida a tu alma…. entonces andarás por tu camino confiadamente y tu pie no tropezará”. (Prov. 3:21-23).

 

8. El Respeto por el derecho de los demás.

“El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencia añadirá nuevos males.” (Prov.19:19).

“El que sigue la justicia y la misericordia, hallará la vida, la justicia y la honra”. (Prov. 21:21).

“La justicia engrandece a la nación, más obrar mal es afrenta de las naciones”. (Prov. 14:34).

“Mejor es lo poco con justicia, que la muchedumbre de frutos sin derecho”. (Prov. 16:8).

 

9. Su Amor al trabajo.

“La mano del negligente empobrece, más la mano de los diligentes enriquece”. (Prov. 10:4-5).

“El hombre será saciado del bien del fruto de su boca, y será pagado según el fruto de sus manos”. (Prov. 12:14).

“La mano de los diligentes señoreará, más la negligencia será tributaria”. (Prov.12:24).

“El alma del perezoso desea y nada alcanza; más el alma de los diligentes será prosperada”. (Prov. 13:4).

“El que labra su tierra se saciará de pan; más el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza”. (Prov. 28:19).

 

10. Su afán por el ahorro y la inversión.

“En el barbecho de los pobres hay mucho pan, pero se pierde por falta de juicio.” (Prov.13:23).

“Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio, más el hombre insensato todo lo disipa”. (Prov. 21:20).

“Se diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños; porque las riquezas no duran para siempre….”. (Prov. 27:23-24).

“Quien cuida la higuera comerá su fruto, y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra”. (Prov. 27:18).

“…. El que toma prestado es siervo del que presta”. (Prov. 22:7).

 

Para que un individuo sea próspero, (y lo espiritual no está peleado con el bienestar material), lo que requiere es cumplir y hacer cumplir estas 10 simples reglas, cuyo fundamento estaba escrito desde hace largo tiempo.

En los países pobres, solo una mínima parte de la población sigue estas reglas en su vida diaria.

No somos pobres porque a nuestro país le falten riquezas naturales, lo que le falta a muchos individuos y cristianos, es la actitud y el carácter para cumplir estas premisas básicas de funcionamiento de las sociedades.

Sabemos que para cumplir la obra de Dios constantemente requerimos de recursos económicos, y siempre oramos a Dios para que El los supla, pero nos toca a nosotros como líderes hacer la parte que nos corresponde; en principio, siendo un ejemplo en nuestras formas de vivir y convivir, y después, trabajando para que cada una de las personas que Dios ha puesto bajo nuestra responsabilidad, comprendan que el cristiano se tiene que distinguir de entre los demás por su conducta diaria, personal, de trabajo, familiar o administrativa, siendo “una luz que alumbre delante de los hombres”, y poniendo en práctica la Palabra, lo demás “se dará por añadidura”; es decir, es consecuencia de lo que se hace.

Porque la gente a veces no alcanza a comprender que lo que obtenemos en el presente, es lo que sembramos ayer. Correctamente lo dice la Escritura: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Las promesas de Dios son reales, ¡SOLO TENEMOS QUE ECHAR MANO DE ELLAS!; pero también real, genuino, honesto, íntegro y responsable debe ser nuestro diariocomportamiento.

“Si permanecéis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Juan 15:7

“Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tu no pedirás prestado” Deut. 28:12

 

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