El Sermon del Monte para los educadores

No es fácil ser maestro en estos días.   El Señor Jesús seguramente tendría que pasar situciones como ésta.

El Sermón de la Montaña (* * La versión para educadores)

En aquel tiempo, Jesús subió al monte seguido por la multitud, y sentado
sobre una gran roca, dejó que sus discípulos y seguidores se acercaron.

Estaba preparando a los educadores a ser capaz de transmitir la lección de la Buena Nueva a todos los hombres.

Al tomar la palabra y les dijo:
– De cierto, de cierto os digo:

– Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
– Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
– Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos … (?)

Pedro le interrumpió:
– Maestro, tenemos que aprender de memoria?

Andrés le preguntó:
– Tendremos copia de este tema al final?

Felipe se lamentó:
– Debemos usar papel reciclado

Bartolomé quiso saber:
– Habrá examen de esto?

Juan levantó la mano:
– ¿Puedo ir al baño?

Judas Iscariote se quejó:
– ¿Cuántos puntos vale?

Judas se defendió:
– El otro Judas fue quien lo preguntó, yo no, que quede claro!

Tomás le preguntó:
– Tiene una fórmula para probarlo ¿no?

Preguntó Santiago el Mayor:
– ¿Podremos ver las notas?

Santiago el Menor:
– No he podido decir nada pq ese chico mayor no me deja ver bien hacia adelante .

Simón llamado Zelote, nervioso:
– Pero ¿por qué no dar la respuesta y listo!?

Mateo se quejó:
– No entiendo nada, nadie entendió nada!

Uno de los fariseos, que nunca había estado ante una multitud, ni enseñado  nada a nadie, tomó la palabra y se dirigió a Jesús, diciendo:
– Lo que estás haciendo es una clase?
– ¿Dónde está su plan de curso y la evaluación de diagnóstico?
– ¿Cuáles son las metas y objetivos?
– ¿Cuáles son sus estrategias para la recuperación de los conocimientos previos?

Caifás agregó:
– ¿Un programa que incluye temas transversales y actividades integradas con otras disciplinas?
– ¿Y el espacio para incluir los lineamientos curriculares generales?
–  y la redacción de los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales?

Pilato estaba sentado al borde del precipicio, le dijo a Jesús:
– Quiero ver  las evaluaciones de las etapas primera, segunda y tercera y sus descriptores, y me reservo el derecho, al final, aumento de las  puntuaciones de sus discípulos a cumplir las promesas del emperador de  una educación de calidad.
– Ni pensar en números y estadísticas que ponen en tela de juicio la eficacia de nuestro proyecto.
– Y no se aceptan quejas!

Y fue entonces cuando Jesús dijo: “Señor, ¿por qué me has abandonado ?…”

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