El amor de verdad es agradecido…

El amor de verdad es agradecido…
gotitas de vivencia…
Ana pasó años duros en su juventud, se costeaba la vida cociendo a mano ropa la cual vendía, había temporadas altas y bajas pero así salia adelante para ella y sus dos hijos, estudiaba en la universidad y con  muchos esfuerzos sacó adelante a sus hijos, su carrera y logró graduarse y autorizarse como abogado, hoy es una fiscal que le va muy bien en su trabajo…
Como estudiante fue siempre y se declaró atea, decía no creer en Dios y se burlaba de quienes lo hacían, para ella no existía ni padre para ella tampoco para sus hijos, ella era bendecida pero nunca reconocía de donde venía la bendición…
Con el tiempo pasó duras pruebas personales que le hicieron reconocer que no era por ella misma que pasaban las cosas, que era Dios el que siempre había estado para ella, que le había abierto puertas y que veía a  hijos como Padre, y a ella con amor…
Hoy Ana no solo sabe que Dios ha sido y es fiel en su vida, sino que le conoce y cuenta a los demás lo que el ha hecho con su vida, no solo es una buena fiscal sino una hija de Dios siendo luz en su trabajo, en su familia y en su hogar…
Dios ha sostendido ha muchos de nosotros por toda la vida, bueno es que desde donde sea que el nos sacó nunca olvidemos lo que eramos y lo que el ha hecho con nosotros, pues siendo sucios nos dió vestiduras nuevas, siendo pobres nos vistió, estando hambrientos nos dió de comer y nos dió un nuevo nombre…
No olvidemos que lo que hoy somos se lo debemos a el y que nada es para darnos gloria a nosotros mismos, que nada es para que pensemos que nosotros somos los inteligentes, los que han triundo o los que hacen y merecen los honores, sino solo Jesús merece toda Gloria, todo honor y toda alabanza…
Nada es por lo bien que sepamos hacer las cosas, nosotros no amamos porque estemos rebalsando de amor para dar, amamos porque nos llenamos de su presencia y podemos darla a otros por el amor que Cristo nos dió primero, pues por nuestra propia fuerza no tendríamos nada que dar sino solo vacío, y la compasión es lo menos que tendríamos…
Solo su presencia, su amor, y su permanente habitar en nosotros hace que nuestros rostros permanezcan llenos de luz y la irradiemos a otros, pues de lo contrario lo que se ve solo es vanidad, falsa gloria exaltación y arrogancia…lo cual riñe a lo sumo con lo que Dios es: Amor, humildad, mansedumbre, ternura, paz, gozo, poder…
Nunca olvidemos lo que fuimos…pues eso nos hará personas “genuimanente” humildes, agradecidas que puedan dar a otros con autenticidad lo que el nos da sin acaparar un segundo de gloria, elogio para nosotros…
…por
…Cristina Hidalgo de Marroquín

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