Camino Seguro

Camino Seguro

“… junto a aguas de reposo me pastoreará” (Salmos 23:2).

La noche estaba oscura y tempestuosa. Una señora estaba en
un barco que cruzaba el Lago Michigan. A causa de la lluvia
fuerte, de los rayos y truenos, ella se sentía muy nerviosa.
Con mucho miedo, al ver las muchas puntas de piedras que
descollen en la superficie del lago, preguntó al capitán:
“¿Sabe dónde están todas las piedras del lago?” “No”,
contestó el capitán, “yo no sé. Pero yo conozco el camino
seguro”.

Mientras “navegamos” por los mares de la vida, encontramos
muchas “piedras”. Algunas nosotros sabemos como evitar y
otras, no. Por eso es, es posible que seamos atrapados de
sorpresa. El importante, por tanto, es que sepamos “donde
está el camino seguro”.

Muchas veces juzgamos que somos capaces de encontrar, solos,
la seguridad de que tanto necesitamos. Escogemos una
dirección y seguimos enfrente. No aceptamos la opinión de
nadie y, casi siempre, solo percibimos el error cuando no
aguantamos más las angustias y aflicciones.

Otras veces nos dejamos envolver por las piedras. Sufrimos,
murmuramos, cuestionamos la existencia de cada de ellas,
maldecimos las luchas y los problemas, pero, no buscamos
encontrar el camino tranquilo y seguro. Nos quejamos de las
piedras y no nos alejamos de ellas.

Cuando tomamos en decisión de “velejar” apenas por caminos
seguros, todo es diferente. Vivimos en paz y alegría, en
júbilo y felicidad. Sabemos donde estamos y para donde
estamos yendo. Sabemos que las piedras existen, sin embargo,
estamos lejos de ellas y ellas están lejos de nosotros.

Jesus conoce el camino seguro y usted solo necesita
seguirlo.

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