Ir al contenido

“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

Tentado no cedas

Tentado no cedas por Aldo Alterio

th (21)

 

Tentado no cedas

Ningn cristiano jams se ha sentido lejos de su alcance, pero Dios sabe como
librarnos de sus insinuaciones secretas y perversas.
La palabra tentacin tiene un significado distinto para cada persona. Algunos tienen
problemas para controlar su lengua, en tanto que otros batallan con el impulso de usar
drogas o de consumir demasiado alcohol. Muchos luchan una guerra secreta con sus
apetitos sexuales.
No importa con lo que usted est luchando, sepa que no est solo, que no es la nica
persona que tiene dificultades para tomar las decisiones correctas. La tentacin ha sido
definida como la atraccin a cometer un acto imprudente o inmoral, especialmente por una
recompensa ofrecida (o percibida). Eso es lo que hace que el proceso de tomar una
decisin produzca mucha tensin. La buena opcin puede parecer poco atractiva
superficialmente, en tanto que la negativa tiene un atractivo especial.
Sentimos tensin cuando estamos decidiendo entre lo que debemos y lo que no debemos
hacer. Esta lucha no es imaginaria; el cuestionamiento debo o no debo no es un ejercicio
intelectual aislado. Se est librando una verdadera guerra dentro de nosotros. La raz de
este conflicto se llama pecado. Por naturaleza todos hemos nacido pecadores y estamos
separados de Dios; es decir, tenemos un deseo nato de vivir como queremos en lugar de
hacerlo como Dios lo prescribe. La nica solucin para esta separacin de Dios est en su
Hijo Jesucristo que muri en la cruz para pagar el castigo por el pecado y reconciliarnos
con Dios (Romanos 6:23; Juan 3:16).
Por qu parece tan bueno?
Cuando aceptamos el hecho de que Cristo ya pag por el pecado y confiamos en l como
salvador, oficialmente hemos muerto al pecado. Qu quiere decir esto? Haber muerto
significa que el pecado ya no tiene poder para forzarnos a hacer o pensar lo malo (Romanos
6:1-3, 10-14). Por supuesto que el pecado todava existe como influencia, pero su reinado
ha sido destruido; tiene acceso a nosotros, pero no autoridad sobre nosotros. Somos libres
para optar en contra del pecado; su dominio ha sido destrozado. Como creyentes, somos
libres para decir No. En Cristo tenemos una vida nueva y un espritu nuevo (2 Corintios2
5:17). El Espíritu Santo que habita en nosotros desde el momento en que depositamos
nuestra confianza en Jess, nos capacita para elegir la obediencia en lugar de la rebelda.
Aun as, la atraccin hacia el pecado a veces puede ser demasiado fuerte.
El atractivo es real
Es importante entender que nuestros deseos naturales nos fueron dados por Dios y que son
legtimos. Por ejemplo, no hay nada malo en querer comer. Pero cuando queremos comer
ms, o menos, de lo que debemos, o cuando queremos estar a la moda, pero de manera que
perjudica nuestro cuerpo, el deseo es ilegtimo. Siempre que sobrepasemos los lmites de
amor que Dios ha estipulado entramos en terreno pecaminoso.
La primera reaccin cuando caemos en tentacin es culpar a otra persona o atribuirlo a
defectos de nuestra personalidad. Mi amigo me empuj a hacerlo, tratamos de explicar; o:
As me educaron mis padres; no puedo evitarlo. Esa tctica de desviar la culpa hacia los
dems no es nueva. Cuando Dios busc al hombre en el Huerto del Edn, despus que ste
consum su pecado, Adn culp a Eva (Gnesis 3:12).
Por qu hacemos esto? Es difcil admitir que el problema est en nosotros. Es probable
que muchas veces hayamos odo la excusa: El diablo me oblig a hacerlo, y que nosotros
mismos la hayamos usado. En efecto, frecuentemente Satans juega un papel en la
tentacin; pero muchas veces esa frase simplemente no es verdad.
Satans jams puede obligarnos a hacer. Su poder se limita a la manipulacin y el engao
(2 Corintios 11:3); Juan 8:44). Puede impulsarnos a tener muchos deseos de hacer o decir
algo, pero literalmente no puede forzarnos a hacerlo. S, Satans es un enemigo formidable
y su intencin de hacernos caer en sus trampas y sus lazos nunca cambia. El Seor Jess
nos advirti: l ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en l. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira (Juan 8:44). La palabra de Dios en 1 Tesalonicenses 3:5 y Mateo 4:3 se
refiere a Satans como el tentador, el responsable de inducir a muchos a descarriarse.
Constantemente busca nuestros puntos dbiles y vulnerables y los explota cuando tiene
oportunidad de hacerlo (1 Pedro 5:8). No obstante, como nos asegura Job 1:12, sus
facultades son limitadas por Dios.
Por otra parte, Dios no nos tienta a pecar; su carcter no le permite hacerlo. De ninguna
manera puede el Dios santo y todopoderoso estar asociado con el pecado. Santiago 1:13-14
dice: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no
puede ser tentado por el mal, ni l tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de
su propia concupiscencia es atrado y seducido.
No importan ni la presin, ni los incentivos, ni los detalles atractivos, la Escritura dice
claramente que nosotros somos los responsables de nuestro pecado y nadie ms.
Cuando somos tentados, podemos decir s o no; la decisin es nuestra. Y pese a la
influencia fuerte y negativa de la tentacin podemos hacer la elección correcta con la
ayuda de Dios. Al reconocer la verdadera naturaleza del conflicto, estamos
preparados para poner la palabra de Dios en accin ante cualquier desafo.

6 Visitas totales
6 Visitantes únicos

Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

Deja un comentario

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris

Subscribe now to keep reading and get access to the full archive.

Continue reading