Regla #2: Nunca interprete la Biblia fuera de la Biblia.

Regla #2: Nunca interprete la Biblia fuera de la Biblia.

Nunca interprete la Biblia fuera de la Biblia, deje que la Biblia se interprete a s misma. sta fue una de las reglas importantes de la reforma protestante, la autoridad de la Biblia o la Sola Scriptura. Los reformadores defendieron la autoridad de la Biblia en materia de interpretacin, pues luchaban contra la posicin de la iglesia catlica romana, que limitaba la interpretacin a la iglesia. En otras palabras, que los catlicos romanos, los concilios, los escritos de los padres de la iglesia y las encclicas papales, entre otras, proveen el significado a los pasajes de la Biblia.

Sin embargo, la iglesia evanglica generalmente afirma que la Biblia misma es la nica fuente de autoridad para juzgar o determinar lo concerniente a algn tema o a la interpretacin en la Biblia. Los pasajes oscuros son esclarecidos por los ms claros, ya que la Biblia por ser la palabra infalible de Dios, no se contradice, se correlaciona y se puede ver la correspondencia entre los pasajes. Es evidente, entonces que debemos buscar dentro de la Biblia el significado de las cosas y no fuera de ella. Esto no significa, por ejemplo, que el estudiante de la Biblia no busque en otros libros lo requerido para comprender el contexto histrico de un pasaje. Es muy probable, que en ocasiones, ste tenga que hacer uso de libros de historia, con el propsito de comprender el contexto histrico de un pasaje en particular o que tenga que hacer uso de diccionarios de idiomas bblicos para buscar comprender el significado de un trmino. Debemos dejar que la Biblia interprete a la Biblia. Lo necesario para comprender lo que Dios desea comunicarle a su pueblo se haya en la Biblia. Pedro les dijo a los destinatarios en 2 Pedro lo que sigue:
Tenemos tambin la palabra proftica ms segura, a la cual hacis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el da esclarezca y el lucero de la maana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profeca de la Escritura es de interpretacin privada, porque nunca la profeca fue trada por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2 Pedro 1:19-21)