Prisa Espiritual

Prisa Espiritual

“Pacientemente esperé al SEÑOR, y se inclinó a mí, y oyó mi
clamor” (Salmos 40:1).

Muchos años atrás, un avión bombardero de la Marina
americana cayó en el desierto de Nevada, durante prueba de
artillería colocada en su ala. El avión estaba volando en
velocidad supersónica, pero, las bombas de su artillería
eran subsônicas. qué pasó fue trágico. El avión se chocó con
las bombas que acabara de lanzar segundos antes. El avión
estaba se moviendo mucho rápidamente.

Algunas veces nos movemos rápido demás en la busca de una
bendición espiritual. Dios habla y, a causa de la rapidez
con que nos movemos, no Lo oímos. Debemos tener cuidado para
que la prisa no nos impida de oír el sonido de la Palabra de
Dios. El mejor es estemos siempre en el centro de Su
voluntad.

El salmista nos dice: “Pacientemente esperé al Señor”. ¿Por
qué no seguir su ejemplo? Aguardar, quieto y sin prisa, es,
casi siempre, la forma más rápida de alcanzar la bendición
anhelada. Cuando confiamos en el Señor, la posibilidad de la
victoria es cierta. Él conoce el tiempo y la forma de
atender a nuestras necesidades.

Cuando nos apremiamos en la busca de la realización de algún
sueño, confiando en nosotros mismos, el resultado puede ser
tan trágico como lo de nuestra ilustración. Podemos perder
el rumbo, podemos caer despues un choque con nuestra
incompetencia, podemos percibir qué la prisa nos hizo dejar
para detrás la bendición tan ardientemente soñada.

Si estamos buscando, hace mucho tiempo, una respuesta del
Señor, esperemos un poco más. Si almejamos una gran
conquista y mucho tiempo ya pasó, esperemos un poco más. Si
nuestra esperanza ya nos hizo esperar bastante, esperemos
aún un poco más. La paciencia, con fe en Dios, es la forma
más rápida de alcanzar todas las victorias.

¿Está con prisa? ¡Entonces Espere!

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