“La blanda respuesta quita la ira; Ms la palabra spera hace subir el furor” (Proverbios 15:1).
El mundo, e incluso la iglesia, estn llenos de “personas ofendidas”. Siempre buscan una razn para justificar sus quejas e intentan probar las ofensas recibidas.
Todos viviramos ms felices si, en lugar de buscar razones para murmurar, pasramos nuestro tiempo buscando formas de amar, perdonar y ayudar a todos los que conocemos. Una palabra de afecto y amor deshace cualquier actitud ofensiva, ya sea a propsito o no. El mundo no necesita ms rencor, sino amor.
Hace ms de 30 aos, cuando an diriga una iglesia en Copacabana, Ro de Janeiro, recib a una hermana de otra iglesia, que me pidi para orar para que una vecina se fuera. “Ella es malvada”, dijo la hermana. “Dijo que vertera agua hirviendo sobre mi hijo”, concluy.
Esta hermana celebraba una reunin de oracin en casa todas las semanas. Le dije que invitara a la vecina y ella me dijo que sera lo mismo que invitar al diablo. Le dije a la hermana que no orara hasta que invitara a esa vecina. Bueno, ella volvi a m diciendo: “La vecina, cuando la invit, comenz a llorar y dijo que estaba herida porque nunca la invit y que ese era su sueo. Ahora es mi amiga, est conmigo en la iglesia y no quiero ms que se va.
Lo que faltaba en esas vecinas era amor y afecto. Todo fue resuelto. Alabado sea el nombre del Seor.
Se queja de las ofensas recibidas o las borra con actitudes amorosas?
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