“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendris recompensa de vuestro Padre que est en los cielos” Mateo 6:1).
“El que hace algo esperando ser alabado debe estar preparado para ser criticado”.
Esto es lo que sucede en la vida de todos nosotros. A veces somos alabados por nuestro talento, por nuestra inteligencia, por nuestro implacable deseo de hacer lo mejor. Otras veces somos criticados por mostrar incapacidad, por la indiferencia con la que tratamos con las personas y las cosas, por la frecuencia con que no terminamos lo que comenzamos. Si anhelamos un elogio, tambin debemos aceptar las crticas.
Y en nuestra vida cristiana, qu hemos esperado de nuestro trabajo? Cuando el Seor nos llama a una misin, debemos entender que la misin es Suya, el talento para hacer el trabajo es Suyo, la victoria es Suya y la alabanza es siempre para l. Nuestra gran virtud es ser elegido para la misin. Qu privilegio! Qu bendicin!
Si esperamos la gloria de nuestro trabajo cristiano, usurpamos el honor que pertenece a Cristo. Si le damos todos los elogios, le mostramos que somos dignos de convocarnos nuevamente. Lo har, por supuesto, y nuestra felicidad ser completa.
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