“Y les dijo Jess: Venid en pos de m, y har que seis pescadores de hombres” (Marcos 1:17).
Leonel, con un semblante muy serio, dijo a otro hermano: “He orado mucho. Mi mayor deseo es ver crecer a esta iglesia”. El hermano aconsej: “Sigue orando, Leonel, y ponte delante de Dios como un verdadero pescador de hombres. Tu trabajo ayudar a la iglesia en su crecimiento”.
Somos pescadores de hombres cuando nuestro testimonio glorifica el nombre de Jess. Nuestro amor hace mucha diferencia. Nuestra fe anima a muchos a abrir sus corazones al Seor. Nuestro trabajo evangelizador motiva a otros hermanos a hacer lo mismo. Entonces la iglesia crece y nosotros crecemos espiritualmente ante Dios.
La iglesia crece cuando Jess es el Seor de las vidas que se renen all. No tiene sentido aumentar el nmero de miembros en un 50 o 100 por ciento si no se nota la presencia del Seor en los corazones. Cuando el Espíritu Santo est trabajando en la iglesia, es imposible que no haya crecimiento.
La iglesia somos nosotros individualmente reunidos en cierto lugar. Todos juntos, con el mismo amor y dedicacin a Dios, nos convertimos en la iglesia ms grande y bendecida de Cristo.
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