“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).

Un actor conversaba, preocupado, con el director de la película donde sería protagonista. Dijo el actor: “Estoy afligido con aquélla escena donde participó de una competición donde tendré de vencer una carrera de mil metros. Soy pésimo en corridas”. El director, con mucha calma, dijo: “Su tarea es correr entre los otros participantes. La mía es de hacerlo llegar en primer lugar.”

Así es nuestra tarea en el mundo en el que vivimos. hemos que buscar ser una bendición en las manos de Dios, vivir de manera correcta y honesta, enfrentar los obstáculos y dificultades del día a día con fe, aprovechar las oportunidades para hablar de la salvación de Cristo. El poder para que todo eso sea posible y seamos victoriosos es la tarea de nuestro Señor Jesucristo.

Cuando confiamos en Dios, lo que es aparentemente muy difícil se mostrará perfectamente fácil. Las tempestades violentas se transformarán en días soleados. Los caminos llenos de obstáculos se volverán lisos y tranquilos para nosotros. Los portones de los Cielos, cerrados para el pecado se abrirán por ver que fuimos perdonados por el amor del Padre y por el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario.

Nuestra tarea es confiar y dejar todo en las manos del Señor y la parte del Señor es cumplir cada una de Sus promesas existentes en las Sagradas Escrituras.

El actor de nuestra ilustración estaba afligido y, si usted también está, se sosiegue. Dios ya tiene preparada su victoria.

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