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“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

LOS MAESTROS

LOS MAESTROS

Como ejemplo incomparable en esta tierra, tenemos al Seor Jesucristo que fue llamado “maestro” unas 60 veces en las escrituras (raboni) Mateo 8:19 y Marcos 9:38. Aunque Jess fue conocido como sanador de las multitudes, los Evangelios nos relatan en detalle el ministerio principal que el tuvo, como los fue el ensear las cosas de Dios. A travs de las parbolas, historias, ejemplos y a veces enseanzas duras y difciles, Jess enseaba a las gentes continuamente en el Templo, en los Campos, por el mar, andando por el camino.
Es interesante notar que uno de los requisitos de un lder en la iglesia es la habilidad de ensear (1Ti. 3:2). La Biblia habla tambin del don o ministerio de la enseanza (Ro.12:67, Ef. 4:11) y les da lugar de importancia a los maestros entre los dems ministerios.
A. REQUISITOS DE UN MAESTRO CRISTIANO
  • Debe tener una relacin personal con Cristo Jess.
  • Debe vivir la vida cristiana en obediencia a la palabra de Dios. No puede vivir en abierto desacuerdo con los principios bblicos.
  • Debe ser sensible, tierno e interesado en las necesidades de los otros.
  • No debe temer el trabajo duro, ya que la enseanza requiere horas de preparacin y estudio, adems del desgaste emocional y espiritual al ensear.
  • Debe ser creativo con ideas originales, y saber buscar ideas de otras fuentes. Debe ser capaz de adaptar las lecciones a los alumnos con pensamientos nuevos.
  • Debe tener una actitud positiva y entusiasta. El carcter del maestro influye en la enseanza. No debe ser demasiado pasivo ni pesimista.
  • Debe ser persona con autoridad. Esta cualidad puede desarrollarse cuando hay una autentica conviccin de que estamos ocupados en un ministerio espiritual importante. La inseguridad es lo que hace perder sus cualidades de lder a muchas personas.

Ser maestro de la palabra de Dios, es el mayor privilegio que se puede gozar. Significa estar ntimamente vinculado al Maestro por Excelencia, nuestro Seor Jesucristo, ya que gran parte de su ministerio comprenda la enseanza. El deleg poder y autoridad a sus seguidores para que continen esa labor.
Y les dijo: “Id por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado ser salvo; ms el que no creyere, ser condenado.” Marcos 16:15-16.
“Pero recibiris poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seris testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ltimo de la tierra.” Hechos 1:8.
Dios ha puesto sus ojos en los maestros, y ese deseo de ensear que brota desde lo profundo de su ser, no es sino un llamado del Seor.
El necesita de usted para la educacin de sus “joyas”, los nios y las nias que el tanto ama. Sus inmortales vidas representan gran valor. Jess muri por cada uno de ellos en la cruz. No derram su preciosa sangre, en precio de rescate, solamente por los adultos, sino que tambin lo hizo por los nios.
La vida de un nio se puede compara a una hoja de papel en blanco. Cada persona que pasa por su lado, escribe algo en esa hoja.
Al llamarle para ser maestro, Dios dispuso que usted ayuda a otros ser humano a aprender. No importa cun grande o cun pequeo sea a quien ensee, siempre estar centrado alrededor de tres factores:
1.- El Maestro
2.- La Leccin
3.- El Alumno
B. EL MAESTRO Y SU EXPERIENCIA CON DIOS
No se pueden compartir experiencias que no se hayan vivido. Tericamente el maestro puede explicar muchas cosas, pero, solamente puede impactar en la vida de sus alumnos cuando respalda la teora con experiencias personales.
Para el maestro cristiano, el nuevo nacimiento es su primera y gran experiencia con Dios. Para poder ensear, tiene que ser salvo y lavado de sus pecados por la sangre de Jesucristo y debe haber obedecido plenamente el mandato en Hechos 2:38: Arrepentos, y bautcese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdn de los pecados; y recibiris el don del Espíritu Santo”
Es sumamente importante ser lleno del Espíritu Santo. Hay tantas cosas que quieren ocupar lugar en nuestro interior y nos invaden, a menudo, pensamientos de diversa ndole, mayormente negativos. Por ello, necesitamos la llenura del Espíritu Santo, para que las cosas del mundo no hallen cabida. El egosmo, la envidia, la hipocresa, y tantos ms, tendrn que dar media vuelta a la puerta del corazn, pues ya estar ocupado por el Espíritu del Seor.
El maestro que abre su vida al Seor, producir el fruto del Espíritu Santo y podr respaldar su enseanza con experiencias reales. Me duele decir que, hay muchos maestros que ensean la Biblia, sin gozar de una relacin personal con Dios. Son “ciegos guas de ciegos”, como lo expresa Jess en Mateo 15:14 como resultado, tanto el maestro como sus alumnos, caen en el hoyo.
Pablo podra afirmar: “Yo se en quien he credo” (2 Ti 1:12). Esa firme fe en el Seor y Su Palabra, debe caracterizar a cada maestro; no slo delante de sus alumnos, en un da domingo, sino cada da de la semana y en cualquier situacin o lugar. Jesucristo dijo: “Vosotros sois la luz del mundo, una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que estn en casa. As alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que est en los cielos.” Mt. 5:14-16.
C. LO QUE EL MAESTRO DEBE HACER

  • Leer y estudiar continuamente la Biblia y las fuentes que le ayudarn a ser mejor maestro.
  • Debe preparar su lección cada semana dedicando el tiempo necesario para que sea parte de su propia vida y se adapte a las necesidades de sus alumnos.
  • Debe llegar a tiempo para cada clase y procurar que los alumnos hagan lo mismo. Es una responsabilidad concreta, y al no hacerlo, demuestra que no considera importante la labor de ensear.
  • Debe orar por sus alumnos durante la semana. Recordar sus necesidades y tambin visitarles de vez en cuando. La relacin personal maestro y alumno es importantsima.

D. MTODOS DE ESTUDIO PARA EL MAESTRO

  • Busque un lugar tranquilo para estudiar.
  • Renéa todos los materiales de estudio para luego no interrumpir el estudio.
  • Escoja una hora del da cuando su mente esta activa y alerta.
  • Este cmodo: Tenga mesa y silla, suficiente aire y luz.
  • Sea disciplinado: No espere inspiracin para estudiar, hgalo como habito para el Seor.
  • Prepare la lección con tiempo: El estudiar a ltima hora resulta en mala preparacin y perder los resultados deseados en los alumnos.
  • Alterne su actividad: Lea la porcin bblica, luego ore por los alumnos, estudie mapas y comentarios, memorice el texto principal y practique el uso del material visual.

E. METAS QUE DEBE TENER EL MAESTRO

  • Que el alumno aprenda la lección, que la entienda.
  • Que el alumno guarde las verdades bblicas en su mente y corazn.
  • Que la vida del alumno sea transformada como resultado de la enseanza.
  • Que las necesidades espirituales del alumno encuentren respuesta a travs de las lecciones.
  • Que el alumno llegue a ser investigador incansable de la Palabra de Dios, buscando siempre profundizar en la verdad y su relacin con la vida humana.
  • Que el alumno llegue a tal nivel de motivacin que sea un maestro para otros tambin.

F. MANERAS DE PREPARAR LA LECCIN

  • Una limitada preparacin: Slo lee la porcin bblica y el manual del maestro.
  • Una mejor preparacin: Estudia para la lección tomando notas y consultando libros de referencia.
  • Una buena preparacin: Apunta ilustraciones personales y explicaciones que se relacionan con la vida de los alumnos.
  • Una excelente preparacin: La lección inspira y cambia an al maestro, y como resultado la lección es enseada con uncin y poder del Espíritu Santo.

G. LA INFLUENCIA DEL MAESTRO
Como maestro, debe reconocer la influencia que su vida ejerce sobre los alumnos. Ante ellos, usted es un representante de Jess, y lo que ellos le vean hacer, guiar, en gran parte, del destino de sus vidas. Trate de ejercer sobre ellos una influencia positiva.
El maestro ensea un poco por medio de lo que dice, algo ms por medio de lo que hace, mucho ms por medio de lo que es.
La vida y la personalidad del maestro es la lección ms poderosa que puede ensear. No son, en primer lugar, las elocuentes palabras que influyen en el nio, sino la vida santa del instructor: una vida entregada de lleno al Seor Jess.
H. EL DESEO DE APRENDER

Lo ms importante en la vida del maestro no es ensear sino aprender, y aprender de Jess! Por cierto, debe leer y estudiar buenos libros, conocer de pedagoga y tratar de mejorar sus mtodos de enseanza, pero lo primordial es que aprenda de Jess mismo, por medio de una vida de ntima comunin con l. El es el Maestro por Excelencia y nadie nos pude ensear mejor.
Para aprender hay que estudiar; en este caso, la Biblia, pero tambin otra buena literatura. El conocimiento no es una carga pesada y el tiempo dedicado al estudio, nunca es tiempo perdido.

I. LA SINCERIDAD DEL MAESTRO
La vida del maestro necesita ser transparente como la luz. Debe poder decirse de l, lo mismo que Isaas profetiz respecto a Jess: “… ni hubo engao en su boca” (Isaas 53:9).
Jess fue sincero con sus seguidores. Da tras da, ellos compartieron con l la abundancia y la escasez, la alegra y el dolor, la aclamacin de los admiradores y las burlas de los enemigos. Ellos lo conocieron en la intimidad del hogar y entre grandes multitudes, y nunca lo vieron actuar con hipocresa.
Los hechos y las palabras de los maestros deben ser como Pablo dijo “Con Cristo estoy crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi…” (Glatas 2:20).
J. COMUNIN CON DIOS
Para vivir una vida ejemplar y fructfera, es indispensable desarrollar una diaria e ntima comunin con Dios por medio de la oracin y el estudio de su palabra.
La Oracin es el medio por el cual podemos experimentar milagros en nuestra vida. Para el maestro es importante orar como un nio, orar por un nio, orar con un nio.
Jess dijo: “Si no os volvis y os hacis como nios…” (Mateo 18:3). Los nios son sinceros, humildes y dependientes, ya que todava no han descubierto, lo que en el mundo adulto es tan conocido, las dudas. No es suficiente orar como un nio, sino necesitamos tambin orar por los nios. Pida por cada uno de sus alumnos, para que ellos puedan poner sus jvenes vidas en manos de nuestro poderoso Seor Jess.Al ser constante en la oracin por sus alumnos, usted como maestro, no tardar en experimentar el gozo de orar con un nio,. No hay mayor felicidad. El estudio de la palabra va mano a mano con la oracin. Por medio de la oracin el maestro habla con Dios. Por medio de la lectura de la Palabra, el maestro ofrece a Dios una oportunidad de hablarle.
K. COMUNIN CON LOS HERMANOS
Como hijo de Dios y maestro cristiano, usted forma parte de una gran familia. Y tiene hermanos en cada pas del mundo, ahora le toca aprender a vivir en paz con aquellos que estn cerca suyo.
Jess habl acerca de los ms grandes mandamientos: El amar a Dios sobre todas las cosas, y el amar al prjimo como a s mismo (Mateo 22:37-40). Tambin nos dio un mandamiento nuevo: “Este es mi mandamiento; Que os amis unos a otros, como yo os he amado.” Juan 15:12. El maestro necesita tener disposicin para trabajar lo mismo que tuvo Jess. Tiene que saber que est realizando una labor que producir fruto para la eternidad.

 

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