La Llave De Oro Del Palacio Real
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan
1:12).
Era costumbre, en España, el rey conceder a los nobles de
posición elevada, una llave que era colocada en el cinto,
como señal de honor, para que pudiesen entrar a cualquier
hora en el palacio real. Nuestra Biblia es tenida como una
llave de oro que permite a los que la poseen, entrar a
cualquier momento, en la casa del tesoro del Rey de los
reyes.
Somos hijos de Dios. Somos herederos de los Cielos de
gloria. Recibimos, al aceptar Cristo en el corazón, el
permiso maravilloso de entrar en la sala del trono real, en
la presencia de nuestro Dios, el Señor de los señores, Aquél
que es el Principio y el Fin, que escribió nuestro nombre en
Su Libro de vida, y que dispuso una morada celestial para
que pudiésemos allí vivir, en plenitud de júbilo, para
siempre.
La llave de la bendición eterna es concedida a los nobles
del reino de Dios. Y para que nos tornemos nobles, de
posición elevada, no necesitamos tener dinero, o antepasados
ilustres, o cualquier título de nobleza de este mundo. Es
necesario apenas que creamos en Jesus, que nos arrepintamos
de los pecados, que aceptemos a Cristo como nuestro Señor y
Salvador.
Más importante y valioso que el título de Duque, o de
Marqués, o de Barón, es tenemos el noble título de “hijos de
Dios”. Ningún título honorífico es superior a lo de hijo del
Dios Todo Poderoso.
Senhor a qualquer instante. Podemos lhe pedir socorro nas De
pose de esa llave, podemos entrar y hablar con nuestro Señor
a cualquier instante. Podemos le pedir socorro en las horas
de angustia, podemos pedir ayuda para vencer un obstáculo,
podemos pedir cura en la hora de una enfermedad, podemos
pedir dirección cuando estamos perdidos en el camino, y,
especialmente, podemos simplemente decir: “Gracias Señor,
por todas las bendiciones que he recibido”.
¿Usted ya tiene esa llave? No deje de usarla, en cualquier
circunstancia.
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