El nuevo corazón (Teatro de payaso)

El nuevo corazón
(Teatro de payaso)

Base Bíblica:
“Os daré corazón
nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el
corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.” (Ezequiel 36:26)
“De modo
que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17)

Personas:
– El payaso:
es el personaje de identificación para los niños. Tiene que ser espontáneo y
expresivo (tanto en su tristeza como en su alegría).
– El cristiano:
es una persona tranquila, seguro de sí mismo y amable. Debe inspirar confianza y
paz.

Necesitamos:
Dos corazones
grandes de cartulina (aprox. 30 cms.) doblados de manera que se pueden abrir;
uno de ellos tiene dentro una cara fea, el otro una cara feliz (y se puede
escribir dentro “YO AMO A JESÚS”). Por fuera, los dos corazones se ven
iguales.
Al inicio, el payaso tiene el primer corazón sujetado por un
imperdible en su pecho, cerrado para que no se vea lo que está dibujado dentro.
El segundo corazón debe estar listo en un lugar del escenario donde no se lo
puede ver, pero donde el cristiano puede cogerlo rápidamente en el momento que
le toca entregarlo al payaso.

Corazón cerrado
(adelante)
Corazón cerrado
(atrás)
Cinta adhesiva
para abrir y
cerrar
Imperdible para sujetarlo
en el pecho del
payaso
El primer corazón,
abierto
El segundo corazón,
abierto

Empecemos!
Payaso:
(entra al escenario, pensativo. En su pecho tiene un gran corazón de
cartulina sujetado por un imperdible)
: Niños, yo he escuchado decir algo
que no me deja tranquilo. ¡Me han dicho que Dios puede mirar lo que hay en
nuestros corazones! ¿Es verdad esto, niños?
Niños:
¡Sí!
Payaso (mira el corazón de cartulina en su
pecho):
¿Dios podrá ver mi corazón también? (Sigue mirando el corazón,
muestra curiosidad.)
¿Qué habrá aquí dentro? A ver, quiero ver…
(Empieza a abrir cuidadosamente el corazón para mirar adentro. En el
interior aparece una cara muy fea. – Debe aparecer de una manera que los niños
lo puedan ver bien, pero debe dar la impresión que no fue la intención del
payaso mostrarlo a los niños. – Apenas que el payaso se da cuenta de lo que se
ve, se asusta y vuelve a cerrar rápidamente el corazón. Después trata de parecer
tranquilo:)
No, no pasa nada… nadie ha visto, ¿no cierto? … O tal vez
he visto mal. A ver, si miro otra vez… (Se repite la misma escena.)
No, no pasa nada… todo está bien. Seguramente me he equivocado… a ver, voy a
mirar mejor. (Se repite la misma escena.)
(El payaso camina por
el escenario de un lado al otro, mientras su expresión cambia poco a poco a
tristeza.)
Todo está bien. Nadie puede ver lo que hay aquí dentro, ¿no
cierto? … Pero ¿si alguien se entera? … No, no me gusta este corazón. ¡Ya no
quiero este corazón! ¡Quiero otro corazoo-ooon! (Empieza a llorar. Se tapa
la cara con las manos y llora un buen rato.)

(Poco a poco se
tranquiliza el payaso y vuelve a mirar a los niños.)
Voy a buscar un nuevo
corazón. ¿Dónde puedo encontrar un nuevo corazón? (Camina de un lado a otro;
se acerca a dos o tres niños y les pregunta:)
¿Tú puedes darme un nuevo
corazón? ¿O puedes venderme uno?
… Aah, ya sé. Voy a ir al gran mercado,
allí seguramente me pueden vender un nuevo corazón. (Quiere salir del
escenario, apresurado. En la salida casi se choca con el cristiano que está
entrando.)

Cristiano: ¡Hola! ¿Adónde vas tan
apresurado?
Payaso (avergonzado): Te- te- tengo que
comprar un nuevo corazón.
Cristiano: ¿Y adónde vas para
comprar un nuevo corazón?
Payaso: Al – al
mercado.
Cristiano (se ríe): Pero allí no vas a
encontrar un nuevo corazón. Esto no se vende en el
mercado.
Payaso: ¿Nooo? – Pero, pero… (empieza a
llorar nuevamente.)

Cristiano: Ahora no te desesperes.
Yo sé cómo puedes conseguir un nuevo corazón.
Payaso:
¿Seguro?
Cristiano: Sí, seguro.
Payaso:
Pero, pero… ¿no me estás mintiendo?
Cristiano: No, seguro.
Yo también he recibido un nuevo corazón.
Payaso (con
prisa):
¿Cómo? ¿Dónde está? ¡Rápido, dámelo!
Cristiano:
Yo no puedo darte el nuevo corazón. (El payaso casi quiere llorar
nuevamente, pero se tranquiliza mientras el cristiano sigue hablando.)
Pero
yo sé quien te lo puede darte: ¡Jesucristo puede darte un nuevo
corazón!
Payaso: ¿Jesucristo? ¿Dónde vive? ¡Rápido, llévame
donde él!
Cristiano: Jesucristo ha venido del cielo. El ha
dado su vida por ti, por eso él puede darte un nuevo corazón. Ahora él vive otra
vez con Dios en el cielo. Tú no puedes ir allí. Pero tú puedes hablarle desde
aquí y Jesús te va a escuchar.
Payaso: Pero no puedo gritar
tan fuerte…
Cristiano: No importa. Jesús escucha a cada
uno que le habla.
Payaso (mira hacia el cielo y
grita):
¡Jesucristo! ¡Quiero un nuevo corazón! (Espera unos momentos en
esta posición, después se voltea otra vez hacia el cristiano)
: No me ha
dado nada.
Cristiano: Es que… tú no le has dado tu
corazón.
Payaso: ¿Mi corazón?
Cristiano:
Sí. Tú tienes que dar primero tu corazón a Jesús.
Payaso
(mira su corazón de cartulina): ¿Este mi corazón? Pero… pero… este
es mío, y no puedo darlo así no más… (Se pone triste otra vez.) ¿Y si
me hace doler? – No puedo, ¡no puedo dar mi corazoo-ooon!
(Llora.)
Cristiano: ¿Cómo es: quieres un nuevo
corazón o no?
Payaso: Sí… no, creo que no… ¡pero sí
quiero!
Cristiano: Si no le das tu corazón a Jesús, él no te
puede dar un nuevo corazón.
Payaso (sigue luchando
consigo mismo. Agarra su corazón de cartulina como si quisiera sacárselo,
después lo deja otra vez):
No puedo. No puedo hacer esto. (Esto se
repite varias veces. Por fin, el payaso se saca el corazón)
: Está bien.
Jesús, te doy mi corazón. (Mira hacia el cielo, después pone el corazón al
piso.)

Cristiano (le alcanza otro corazón de
cartulina):
Mira, aquí está el nuevo corazón que te da
Jesucristo.
Payaso (se pone el corazón en el pecho,
feliz):
Gracias, muchas gracias … (mira hacia el cielo, grita):
¡¡Gracias Jesús!! (El payaso mira feliz su nuevo corazón. Pero poco a poco
se vuelve descontento):
Pero … ¡se ve igual como el otro! No ha cambiado
nada…
(Por mientras, el cristiano ha salido del escenario.)

Payaso: ¿Realmente será diferente este corazón? … A
ver, quiero ver qué hay dentro. (Quiere abrirlo, pero se da cuenta de que
los niños le están mirando. Rápidamente se voltea y les da la espalda. Mirando
atrás):
No me están mirando, ¿no cierto? (Empieza a abrir el corazón,
con la espalda hacia los niños. Pero antes de terminar, mira atrás otra
vez):
¡Pero no me van a mirar! (Se repite la misma escena.) ¡Que
nadie me mire! (Por fin termina de abrir el corazón. En el interior hay una
cara feliz. El payaso se voltea rápidamente hacia los niños, con el corazón de
cartulina abierto de manera que se puede ver su interior. Salta de
alegría):
¡Miren, niños! ¡Tengo un nuevo corazón! ¡Tengo un nuevo corazón!
(Sigue saltando y gritando de alegría, sale del escenario
saltando.)

Visitas: 18

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *