¿Cómo Leer la Biblia por la Primera Vez…Otra Vez?

  

 

Escucha Israel

Todos los cristianos hemos leído las Sagradas Escrituras de una manera u otra, tal vez todo en un año, en los tiempos devocionales a solas, o con nuestro grupo pequeño. Nuestros líderes espirituales nos animan a leer la Biblia, ¿no es cierto? Curiosamente la Biblia misma no nos anima a leerla sino a oírla. Fue escrita para oír.

Antes de Gutenberg, la gente no leía ni tenían libros para leer. La habilidad de leer y escribir era una especialidad para muy pocos. En tiempos antiguos en Israel, si quisieras arrendar un terreno a un vecino, los dos irían al pueblo para buscar a un escriba como ahora vamos a un notario. El escriba preparaba el pacto entre los dos y cada uno pondría su marca en el contracto.

Criticamos a los de los tiempos medioevales por su hábito de encadenar la Biblia al púlpito de la iglesia controlando el acceso a ella. Pero muy pocos leían. Era para leer en voz alta durante el culto y muy difícil reproducir. El especialista ocupaba días para copiar una sólo página. Estas Biblias tienen dibujos bonitos hechos a mano. Ahora en ebay probablemente puedes vender una de estas Biblias por $2 millones de dólares o más. En esos días había ladrones tal como hay hoy en día.

Además del reto de reproducir las escrituras por la falta de una tecnología para impresión, el papel era muy escaso y carísimo. En los tiempos muy antiguos usaban tabletas de barro, piel de ovejas o papiro.

El Muro del Raro

La Biblia es un libro único en la historia. Mucho es narrativa pero en medio de de estas historias encontramos cosas muy raras, un muro de raro podemos decir. Por ejemplo, en Génesis 20 Jacob lucha con un hombre. Toda la historia es un poquito fuera de lo normal y hay un sinfín de interpretaciones del pasaje pero es más o menos entendible.

Allí vamos, felices leyendo la historia de la lucha libre santa y al fin pegamos con el muro del raro en versículo 32. El hombre con quien luchaba, que luego Jacob dice que era Dios, le tocó a Jacob en la coyuntura de la cadera y ésta se le dislocó causando a Jacob a renguear. Todo bien entendible pero ¿qué del versículo 32?

“Por esta razón los israelitas no comen el tendón que está en la coyuntura de la cadera, porque a Jacob se le tocó en dicho tendón.”

Es obvio, ¿no? ¿Tú comes este tendón cuando comes tacos o carnitas? ¡Por supuesto que no! Siempre confirmamos con el mesero que la carne en los tacos no incluya el tendón que está en la coyuntura de la cadera, ¿verdad? Estoy bromeando pero el punto es que la Biblia está llena de estos muros del raro.

Podemos leer el versículo 32 mil veces y nunca vamos a entenderla. Pero, si leemos toda la Biblia vez tras vez eventualmente llega el momento en que nos cae el veinte.

Por ejemplo, luego en Levítico aprendemos que lo que Dios toca es santo. Podemos imaginar a un Israelita diciendo, “Pues, el Señor tocó a mi abuelo en la coyuntura de la cadera así que para recordar este evento en que Dios lo santificó y por ser sus hijos a nosotros también nos santificó, no comemos esta parte del animal. Es para recordar que el Señor tiene pacto con nosotros y somos apartados para su servicio.”

En el capítulo 3:15 de Génesis aprendemos que es mejor sufrir una herida en el talón que en la cabeza y que es parte de la guerra contra el mal. Jacob cruzaba por el lugar llamado Penuel cuando salió el sol (Génesis 32:31). En Génesis 1:16-18 aprendemos que Dios hizo el sol y la luna para gobernar sobre el día y la noche. Jacob está listo para gobernar pero ahora tiene que gobernar con la voz porque no tiene la habilidad física que tenía antes. Fue difícil, sus hijos no eran tan obedientes. Pero aún así, Jacob es más maduro ahora, más como Dios quien gobierna con su Palabra.

Vemos el mismo símbolo en Santiago 3, el pasaje de la lengua. Piénsalo. No gobernamos nuestro propio cuerpo con la lengua. Lo que sale de la boca nace en el corazón (Mateo 15:18). Santiago 3:1 marca el tema del pasaje, que es para líderes y maestros. “Hermanos míos, no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben, seremos juzgados con más severidad.” Gobernamos el cuerpo que es la iglesia con nuestras palabras. Es lo que significan las metáforas de la rienda del caballo y el timón del barco. Todo el capítulo habla de este tema hasta la última sección acerca de la sabiduría de lo alto.

El punto es que tenemos que oír la palabra de Dios vez tras vez en su totalidad para entenderla. No es posible tomar un curso sobre los métodos de estudio bíblico o sobre un libro de la Biblia y entender todo así de fácil. Es una tarea de vida. No digo que no debemos leer la Biblia. Hay una razón porque Dios nos ha permitido la proliferación de versiones de la Biblia en forma escrita para leer. Ahora tengo 10 versiones de la Biblia en mi teléfono. Digo que Jesús me habla por teléfono cada mañana. Mi hipótesis es que Dios ha permitido la explosión de la Biblia escrita porque somos todos profetas y sacerdotes en nuestro tiempo. Concluyo que el estudio de la Biblia no es sólo para nuestro beneficio personal sino para comunicarla a otros. El desafío es leerla consientes del hecho que fue escrita para oír.

Línea tras Línea con Ritmo

Nos gusta la variedad en la lectura y así son las traducciones modernas de la Biblia. Pero perdemos el sabor de las palabras y símbolos repetidos en toda la Biblia. Las versiones más antiguas tienden a preservar este elemento, también La Biblia de las Américas. Además, estamos acostumbrados de leer y pensar en párrafos. Seguramente saben que la Biblia no fue escrita con los capítulos y versículos que ahora tenemos en nuestras versiones modernas. Es un producto de los tiempos de la reforma y nos ayuda a ubicarnos en el texto. Tampoco fue escrita en párrafos. Fue escrita en líneas muchas de las cuales empiezan con “y”.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba sin orden y vacía,
y las tinieblas cubrían la superficie del abismo,
y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz. (Génesis 1)

En el principio existía el Verbo,

y el Verbo estaba con Dios,

y el Verbo era Dios.

El estaba en el principio con Dios. (Juan 1)

Léela en voz alta varias veces y vas a anotar que tiene un ritmo. Se leía la Biblia como una recitación salmodiada, es decir cantar o recitar en forma de una oración coral. Otra vez, nos suena muy católica. La iglesia católica sí preserva esta costumbre pero diría por pura tradición sin entender la razón. Pero así hablamos muchos por naturaleza o cultura. Se dicen que los poblanos no hablan, cantan. Si los escuchamos con cuidado es cierto.

La Biblia fue escrita así, en líneas y con ritmos musicales, para facilitar la memorización. En tiempos pasados en las sinagogas y las iglesias leían las escrituras en voz alta cada vez que se reunían. Preparaban calendarios de lecturas para asegurar que todo el pueblo oyera toda la palabra. Este costumbre continuo hasta tal vez los últimos dos siglos. A nuestros oídos modernos suena católica o luterana pero no es así. Es anti-Gutenberg y para que el pueblo escuchara la Palabra de Verdad, la memorizara y viviera según sus mandamientos.

El Ojo versus el Oído

Hay una diferencia entre el oír y ver. El ojo es el órgano para estudiar cosas. El oído es el órgano para conocer a las personas. El ojo es el órgano de dominio. El oído es el órgano de sumisión. Si no te gusta algo que ves escrito puedes pasarlo por alto o cerrar los ojos. Si alguien está leyendo el mismo pasaje tienes que escucharlo o tapar los oídos. No lo hacemos porque seríamos descorteces y muestraría que somos mal educados. Nos aguantamos por lo menos fingiendo la sumisión. ¿Verdad? Jóvenes con los maestros o a veces con los padres, ¿no es cierto?

El esposo regresa a casa después de un día difícil y un poco enojado. La esposa le comenta, “Mi amor, ¿qué te pasa? ¿Estás enojado?” “No, no estoy enojado,” responde enfáticamente. “Sí, estás enojado. Estás haciendo pucheros,” responde la esposa. ¿Cómo es que ella sabe tanto de su esposo? Lo ha escuchado durante años y hay poco que él puede esconder de ella. Lo digo por experiencia propia.

En una conversación tenemos la autoridad cuando hablamos y cedemos la autoridad cuando escuchamos. Es un intercambio. Cuando estoy en frente de un grupo enseñando o predicado, las personas son cosas que veo sin conocerles. Tengo que pasar tiempo con ellos escuchándoles para conocerlos. La Biblia tiende a tener más autoridad en nuestras vidas cuando la escuchamos que cuando solamente la leemos.

La lectura es una actividad aislada que nos puede separar de los demás. La persona que siempre está a solas leyendo no desarrolla sus habilidades sociales. Lo conocemos como una persona difícil o rara, no anda bien con la gente. El oír crea la comunidad.

El peligro del entorno académico y en los seminarios es que en silencio usando solamente los ojos y a solas, la Biblia se convierte en una cosa que analizamos en vez de una comunicación de una persona que conocemos. Está bien y tiene su lugar pero la Biblia debe ser la voz de Dios por medio de la cual lo conocemos personalmente. El liberalismo teológico es un producto de convertir la Biblia en una cosa para estudiar en vez de la voz de Dios para oír y obedecer. En este caso, la razón del ser humano se convierte en la última autoridad sobre el texto. Es el peligro del método de estudio inductivo, especialmente si es la única manera que aplicamos para estudiar la Biblia.

La Voz de Dios

Cuando oímos la Palabra de Dios en voz alta oímos la voz de Dios y llegamos a conocer a la persona de Dios. Si nunca escuchas la Palabra, no captas quien es la persona de Dios. Y Dios habla en una variedad de voces, una voz compleja, una voz infinita, una voz rica. A veces habla en truenos de voz, a veces en susurros, a veces molesto y a veces con palabras dulces llenas de cariño. Habla con una voz en Cantar de Cantares, en otra en los Salmos y en otra en Apocalipsis.

Todas las voces de Dios revelan su persona. Debemos tener una relación personal con el Señor no sólo saber un montón de información acerca de Él.

Un Lenguaje Especializado

Hemos visto que la Biblia fue escrita para oírla más que para leerla. También fue escrita en líneas y con ritmos para facilitar la memorización. Además observamos que usa palabras y símbolos, palabras técnicas que se repiten. Su lenguaje es especializado. No es precisamente el idioma de la calle o casa sino un poco más restringido, más fino podemos decir. Es un lenguaje sacerdotal del templo. El tabernáculo y el templo eran sombras de una realidad porvenir en Cristo.

Vemos varias estructuras literarias que se repiten en la Biblia:[1] los 7 días de la creación, las 7 fiestas dadas a la nación de Israel, el dominio (el más importante y al fondo de mucho del Nuevo Testamento), el pacto y sus 5 partes (trascendencia, representación, ley, sanciones y herencia).

Además hay figuras literarias que se repiten, especialmente los paralelismos y quiasmos. Quiasmo: Figura retórica de construcción que consiste en una repetición e inversión del orden de palabras: los versos gongorinos, “Cuando pitos, flautas,/cuando flautas, pitos”, es un ejemplo de quiasmo sencillo.[2] Hay un ejemplo de un quiasmo en 2 Samuel 11 y 12. Empieza y termina con el ejército de Israel yendo a la guerra. Sale sin su general, el rey David en 11:1 y va con él al fin de la historia en 12:29. La historia empieza en 11:1 con el ejército saliendo a guerra y termina con el ejército regresando a Jerusalén en 12:31. ¿Cuáles pueden ser los otros elementos del quiasmo con sus paralelismos que se repiten en este pasaje?

La teología sistemática es como un juego de Legos divididos por sus colores, los azules juntos, los rojos juntos, etc. Los símbolos y las estructuras y figuras literarias repetidas en la Biblia unen los ladrillos de Legos en una gran historia mostrando la relación de un ladrillo al otro. El Lego o logo más importante de Dios en la Biblia es el ser humano, el símbolo principal que nos señala a Dios.

Los autores humanos de la Biblia, aún del Nuevo Testamento, eran todos conscientemente partes de esta tradición. Por supuesto la historia escrita en la Biblia es verídica pero la forma en que se escribió fue según estos patrones del lenguaje especializado para comunicar la conexión entre lo que sucede en la tierra y el Dios de la creación.

El libro de Ester está lleno de alusiones al templo y a las partes más antiguas de las escrituras, evidencia que fue escrita por alguien capacitado en esta tradición de escribir. Tiene imágenes del templo, por ejemplo un rey a quien nadie podía acercarse sin permiso o arriesgar la vida. Ester no es una literatura popular que por una serie de casualidades llegó a formar parte de la Biblia. Los demás libros de la Biblia en el Antiguo y Nuevo Testamentos, fueron escritos de igual manera. Cantar de Cantares trata del amor romántico en el matrimonio pero también es un sueño mesiánico con sus imágenes de la tierra santa y el templo.

¿Necesitamos Ayuda para Entenderla?

Mencionamos antes que cuando Dios escribió la Biblia, la mayoría de las personas no leían ni escribían. En toda la Biblia aparecen personas que estudian la Palabra mucho para ayudarnos a entenderla. Asume una clase de personas capacitadas para ayudar al pueblo como maestros y guías. La Biblia no es como cualquier periódico que podemos entender así de fácil. Estos especialistas no tienen una autoridad ilimitada sino que funcionan como guías. Estudian los idiomas del texto original para sentirse en casa con este lenguaje sacerdotal.

¿Realmente necesito a alguien para ayudarme entender la Biblia? ¡Sí! No fue escrita para que la leas a solas.

  • Fue escrita para ser leída en público en voz alta
  • Fue escrita para ser leída en comunidad
  • Fue escrita para ser estudiada con la ayuda de un perito, no una autoridad final que nos da la única interpretación aprobada sino algún experto que tiene un poco más de experiencia que nosotros.

Un caso interesante es el etíope en Hechos 8. Cuando Felipe le acercó estaba leyendo Isaías en voz alta. Felipe le preguntó, “¿Acaso entiende usted lo que está leyendo?” El etíope contestó, “¿Y cómo voy a entenderlo si nadie me lo explica?” Hechos 8:30, 31.

¿Y qué pasa si el experto me engaña? Pues, ¿qué pasa si te engañas a ti mismo? ¿Qué garantía tienes de que esto nunca suceda? ¿Siempre tienes la razón? Puedes estudiar el hebreo, arameo y griego, los idiomas del texto original, a solas pensando que así vas a dominar el texto sin depender de nadie. ¿Qué pasa cuando encuentras una palabra en hebreo que no reconoces? La busacas en un diccionario del hebreo de la Biblia, ¿no es cierto? ¿Quién escribió el diccionario? ¡Puede ser un cura católico romano! ¡O un luterano! ¡Aún un ateo liberal! Siempre llegamos al punto en que tenemos que confiar en alguien. Dios usa herramientas humanas para ayudarnos a entender su Palabra.

“Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo…:” Efesios 4:11, 12

Este pasaje no habla de dones espirituales sino de personas dadas a la iglesia. Todos son personas dotadas en el área de la comunicación de la Palabra de Dios al pueblo de Dios. Es la continuación de una tradición antigua desde el principio. En los tiempos del Antiguo Testamento se guardaban la Tora en el templo. Los sacerdotes y levitas enseñaban al pueblo, los sacerdotes en Jerusalén y los levitas en los pueblos. Los levitas eran los pastores de este entonces y nuestros pastores en las iglesias siguen en la misma tradición.

La Biblia fue escrita en una cierta manera para oírla. Asume que necesita oírla repetidas veces y con la ayuda de un maestro. Es muy probable que no vayamos a estar siempre de acuerdo pero necesitamos su ayuda.

Una Sola Historia

La Biblia es una sola historia contada vez tras vez con variaciones en el mismo tema. Tiene tres temas principales: la madurez (del nacimiento al adulto, de la creación a la gloria), la salvación y la guerra espiritual. En nuestros días tendemos a limitar el tema de la Biblia a la salvación. Si no reconocemos el tema de la madurez y el tema de la guerra espiritual hay enseñanzas profundas que pasamos por alto y textos que no tienen tanto sentido.

Dios bendice el aprendizaje de su Palabra alrededor de la mesa, es decir en comunidad con otros. Es el lugar principal donde oímos y empezamos a entenderla. Es donde Dios nos encuentra en una manera muy especial. En nuestro tiempo llegamos a la mesa como la comunidad bautizada, un grupo de profetas y sacerdotes (Hechos 2:17, 18; 1 Pedro 2:9). Hablando de la Biblia en comunidad con otros cristianos es una conversación sacerdotal. El Espíritu está presente en este grupo.

Un Gran Misterio

La Biblia es misteriosa, un mensaje secreto que los llamados y elegidos pueden entender. Toda la Biblia es como una parábola, paradójicamente difíciles historias. ¿Por qué habló Jesús en parábolas? Mateo 13:10–17:

Los discípulos se acercaron y le preguntaron:

—¿Por qué le hablas a la gente en parábolas?

—A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Por eso les hablo a ellos en parábolas:

»Aunque miran, no ven; aunque oyen, no escuchan ni entienden.

En ellos se cumple la profecía de Isaías:

»“Por mucho que oigan, no entenderán;

por mucho que vean, no percibirán.

Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible;

se les han embotado los oídos,

y se les han cerrado los ojos.

De lo contrario, verían con los ojos,

oirían con los oídos,

entenderían con el corazón

y se convertirían, y yo los sanaría.”

Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven, y sus oídos porque oyen. Porque les aseguro que muchos profetas y otros justos anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.

La Biblia es un misterio que ha sido revelado y podemos entenderla

  • Si la oímos
  • Si la oímos con otros
  • Si la oímos con otros con un poquito de ayuda de los que son más avanzados que nosotros o que tienen un llamado especial para estudiar y comunicar la Palabra.

Oímos y compartimos la palabra juntos en la mesa (en comunidad) con los santos porque es un libro sacerdotal. ¡Qué privilegio!

www.ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

 

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