Caminando con Cristo significa que seamos genuinos

Caminando con Cristo significa que seamos genuinos

por Jerry Laursen
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Caminando con Cristo significa que seamos genuinos

Ser honesto, genuino, real y auténtico indica que uno no es hipócrita.  Hipocresía existe cuando las palabras y las acciones no concuerdan.  Un ejemplo es con uno que dice, “Haga lo que digo, no lo que yo hago.”  Imagine otro ejemplo: frente a una iglesia hay una variedad de letreros.  El más grande dice, “La iglesia más amistosa del valle.”  Otros: “Cerramos a las 3:30 p.m.”; “No pisotee la grama”; “No intrusiones”; “No tire basura aquí”; “Cualquier auto en el estacionamiento del pastor será remolcado”.  ¿Qué pensaría usted de tal iglesia?  Es obviamente hipócrita.  Una iglesia realmente amistosa es tolerante y paciente con incrédulos, para atraerlos a Cristo.  ¿Atraemos incrédulos a Cristo?  ¿O son repulsados por nuestras inconsistencias e hipocresías?  Uno que camina con Cristo debe ser genuino, no hipócrita.Jesús en Lucas 12:1-12 nos enseña mucho sobre el tema.  El pasaje nos explica que miles y miles habían llegado para oír a Cristo, quien acababa de regañar a los fariseos.  Aquí él da instrucciones sobre la hipocresía, que podemos organizar en 8 secciones.

1. HIPOCRESÍA CONTAMINA NUESTRO CARÁCTER Y CONTAMINA LA SANA DOCTRINA, 12:1.

 

Dice, “Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía”.

Se nota aquí que levadura representa maldad.  En la fiesta de la Pascua, el pan es sin levadura.  La razón es por la prisa de abandonar a Egipto en Éxodo, sin tiempo para esperar el proceso normal.  A la vez, el pan representa a Cristo, quien es sin pecado.  Eso contribuye a la idea de que la levadura siempre es algo malo en la Biblia.  Pero en Mt. 13:33 el reino de Dios es como levadura, entonces es algo bueno ahí.  La clave es la extensión del efecto, la penetración, el difundirse, el radiar, el abrirse paso, el propagarse que es en vista.  Lo importante es lo que hace.  Lo que la levadura hace:

Puede estar dentro de la harina sin saberlo hasta que tenga su efecto.

Permeará toda la masa.

Que la masa crezca.

Uno puede fingir ser genuino hasta cierto punto cuando se revela lo contrario.  Hipocresía afecta toda la vida.  Inspira soberbia, arrogancia, jactancia, vanidad, altivez, exceso de estimación propia.  Como cuando los fariseos buscaban títulos, honores y reconocimiento: eran pretensiosos.

También el aspecto de contaminar la sana doctrina viene de un pasaje paralelo, Mt. 16:12, “Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos”.

Levadura aquí es creer algo que no sea bíblico.  Por limitaciones del espacio, ofrezco sólo 3 ejemplos de doctrinas creídas por algunos creyentes que pueden afectar toda la vida:

(1) “Un creyente piadoso jamás estará enfermo.”  Pero considere esto: Dios mismo declara a Job “perfecto, recto y temeroso de Dios” en Job 1:8, y sin embargo perdió su salud, entre otras cosas.  (Dios mostró a Satanás que Job era íntegro y no adoraba a Dios meramente a cambio de bendiciones.)

(2) “Un creyente piadoso estará rico.”  Pero considere esto: Jesús era la persona más piadosa en la historia, sin embargo no tenía una moneda cuando quería preguntar sobre la imagen de César (Mr. 12:14-17), ni un cambio de ropa, ni dónde recostarse (Mt. 8:20).

(3) “Un creyente piadoso puede salir de su cuerpo para hacer cosas y después volver.”  Eso se llamaproyección astral.  Fue, hace unos años, una idea popular.  La justificación supuestamente viene de Col. 2:5, “Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo”.  Pablo escribe desde la prisión en Roma a la iglesia en Colosas, que, aparentemente, jamás había visitado.  ¿Cómo es que “miró”, si no viajó fuera de su cuerpo?  Primero, la Biblia contradice la práctica.  2 Co. 5:8 indica que estar ausente del cuerpo es estar presente con Cristo, o sea muerto.  Cuando Jesús levantó a una niña de la muerte, su espíritu tuvo que volver, porque por eso estaba muerta, Lc. 8:55.  Y la Biblia ni comenta de la práctica de viajes astrales.  Si fuera posible y algo malo, tendríamos prohibiciones en su contra.  Si fuera posible y algo bueno, tendríamos admoniciones a aprovecharlo.  Pero hay silencio sobre tales viajes.  Si una doctrine “nueva” no está en la Biblia, no estamos obligados a creerla.  Sólo estamos obligados a creer lo que la Biblia enseña.  Segundo, la idea de mirar a alguien desde lejos es sujeta a interpretación.  Yo veo a mi madre ahora mismo tejiendo en su silla favorita en la sala de su casa, a pesar del hecho que está en el cielo por más de una década.  ¿Me explico?  (Pablo no estaba en Colosas, sino utilizando su imaginación.)

Conocimiento de la voluntad de Dios es crucial para hacerla.  La Biblia nos capacita a distinguir lo falso de lo real, y lo correcto de lo incorrecto.  No permitamos que nuestro carácter ni nuestra doctrina sean contaminados por la hipocresía.

2. HIPOCRESÍA ES PENSAR QUE DIOS NO SABE LOS SECRETOS, 12:2.

 

Dice, “Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse”.

Encubierto en el original es completamente encubierto.  No se puede esconder absolutamente nada de Dios.  No tenemos opción aparte de ser honesto con Dios.  No podemos engañarle.  Él conoce nuestros motivos mejor que nosotros mismos.  Seamos honestos también en no decir una cosa en privado y otra en público.

3. HIPOCRESÍA ES CHISMEAR DE GENTE QUE DEBEMOS AMAR, 12:3.

Dice, “Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas”.

La marca de un creyente: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35).  Chismeando no muestra amor.  Hable amablemente de otros, especialmente de hermanos.  Recuerde, ¡todo lo que hablamos es grabado!  O técnicamente, Dios escucha todo y tiene memoria perfecta.  ¿Le gustaría oír todo lo que haya dicho transmitido al público en el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10)?  Referente al pasado, el Señor “borra” secciones de sus grabaciones cuando confesamos tales pecados.  Referente al futuro, cese de chismear.  Otra cosa de recordar: incrédulos están observando nuestro tratamiento de otros.  ¿Representamos a Cristo como atractivo o repulsivo?

4. HIPOCRESÍA ES NO TEMER AL JUEZ JUSTO, 12:4-5.

Dice, “Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed”.

 

Unos piensan que se habla aquí del diablo.  No es así.  El encargado del infierno es Jesucristo, Ap. 1:18.  Algún día Satanás será el prisionero principal del infierno, Ap. 20:10.  El juez de todos es Dios.  Puesto que él conoce nuestros motivos, es el único capaz de juzgarnos justamente.  Como creyentes debemos temer ofender a Dios.  Si no confesamos nuestros pecados, podemos esperar castigo, pero sólo en esta vida, porque castigos eternos fueron eliminados en la cruz.  Por eso Lc. 12:7 abajo dice, “No temáis.”

El infierno es real.  Jesús habla más de dicho lugar que del cielo.  El término aquí en griego es gehena.  Este título viene de un área en el valle de Hinom, junto al sur de la ciudad de Jerusalén.  En este sitio, en tiempos del Antiguo Testamento, gentes ofrecían sus bebés al dios Moloc por sacrificarlos pasándoles por el fuego.  El rey Josías eliminó la práctica, 2 Reyes 23:10ss.  De Josías hasta los tiempos del Nuevo Testamento, se usó esta zona, gehena, para quemar la basura de la ciudad.  Jesús contrasta el basurerogehena con el infierno gehena en Mr. 9:44-48.  La diferencia es que cuando un gusano cae en las llamas de gehena, muere, pero en el infierno no muere.  Eso no significa que hay gusanos en el infierno, sino es una metáfora por la permanencia del infierno.

Inconversos deben temer a Dios.  ¿Es el miedo del infierno un buen motivo para aceptar a Cristo?  Enprimer lugar, si su miedo le trae a Cristo, ¡el miedo es su mejor amigo!  Una vez convertido, uno aprecia mejor lo que ocurrió en la conversión.  En segundo lugar, hay una diferencia entre bueno, grande y perfecto.  Permita que me explique.  Hace tiempo hice un viaje por avión.  El aterrizaje fue violento.  Al salir del avión, felicité a la tripulación por el buen aterrizaje.  Me miraron como un loco, porque habían olvidado un principio de vuelos.  ¡Un aterrizaje bueno de avión significa que uno puede salir del avión caminando!  Un gran aterrizaje significa que se puede usar el avión otra vez.  Un aterrizaje perfecto es cuando se toca el suelo tan suave como la mantequilla.  El miedo no es un gran motivo para entregarse a Cristo, ni uno perfecto, sino es meramente un buen motivo.

5. HIPOCRESÍA ES NO DARSE CUENTA QUE DIOS SABE ABSOLUAMENTE TODO, 12:6-7a.

Dice, “¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados”.

Dios no sólo sabe nuestros secretos, sino también sabe absolutamente todo.  Fíjese, Dios es familiar con el comercio de pájaros.  Sabe cuántos cabellos usted tiene y ha tenido y tendrá en cualquier momento y no solo de usted, sino de los 7 mil millones vivos, más los ya muertos.  No existe ninguna computadora que pueda manejar tal información.  Son 2 ilustraciones de que Dios sabe todo de todo.  Es inútil intentar guardar secretos de él.  Pero sabe cuáles son sus problemas y cuáles son las soluciones.  Sabe ayudarle.  Sabe lo que viene en el futuro y está en total control.  Confíe en él.

6. HIPOCRESÍA ES NO DEJARSE QUE DIOS LE CUIDE, 12:7b.

Dice, “No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos”.

Hay una enorme diferencia entre pajarillos y seres humanos.  Humanos somos una creación especial en la imagen de Dios.  Dios nos ama tanto que dio su Hijo como sacrificio por nuestros pecados. Él desea salvarnos y cuidarnos.  Si nos pensamos independientes, es por egoísmo.  Sabemos que él resiste a los soberbios.  ¿Quiere ser resistido por Dios?  ¿Piensa que no tiene necesidades, como la iglesia de Laodicea en Ap. 3:17?  ¿O tiene problemas pero duda que él pueda ayudarle?  Es el todopoderoso.  Claro que puede.  Déjelo.  Es hipocresía cuando un creyente vive como que Dios no existiera.

7. HIPOCRESÍA ES NEGAR LA VERDAD, 12:8-10.

Dice, “Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado”.

El término confesar en el original significa “decir lo mismo”, igual como confesar nuestros pecados, en 1 Jn. 1:9 es decir lo mismo.  No se vale orar, “Dios, perdóneme mis pecados.”  Tenemos que ser explícitos: “Perdóneme por haber gritado al hijo ayer en enojo.”  Igualmente aquí, confesar a Cristo es decir a los hombres quién y qué él es: el único Salvador del mundo, parte de la santa Trinidad, Dios en la carne, el eterno y santo Hijo de Dios, etc.

Cristo sólo dice la verdad, y como él, debemos hablar la verdad.  Por ejemplo, si su teléfono suena y dice a su hijo, “Contéstalo.  Si es mi jefe, dile que no estoy aquí,” acaba de enseñar a su hijo mentir.  Es más.  Le enseñó que la manera de escapar dificultades en la vida es mintiendo.  ¿Pero no está bien mentir a un pequeño niño inocente para protegerlo de malas noticias?  A ver.  Si una madre está agonizando en el hospital sin esperanza a sobrevivir la noche, para no preocuparle al hijo, ¿qué le diría, que ella solo tiene un resfrío y estará bien?  Entonces, un mes después de la muerte, cuando el niño sufre un resfrío, ¿qué pensará?  Mejor decirle la verdad, pero no necesariamente toda la verdad.  “Su madre está muy enferma, pero los médicos están haciendo todo que puedan,” tal vez con una lección sobre la oración.

Diciendo la verdad también tiene que ver con promesas.  No prometa lo que no puede cumplir.  No prometa al niño que irán al parque este fin de semana, cuando hay buena posibilidad que tenga que trabajar.  Diga la verdad: “Iremos si no tengo que trabajar.”  La viuda pide al detective, “¡Prométame que encontrará a quien mató a mi esposo!”  El detective creyente no debe responder, “Se lo prometo,” sino “Prometo hacer lo mejor que podamos,” porque la triste realidad es que muchísimas homicidas pasan sin solucionarse jamás.

La segunda parte de este pasaje se trata de blasfemia del Espíritu Santo.  ¿Qué es, y es posible hacerlo hoy en día?  ¿Por qué es imperdonable?  Trate de imaginar cómo era en el primer siglo.  Aquí viene un varón diciendo que es Dios en la carne.  ¿Es creíble?  ¿Si alguien hoy mismo le dijera que es igual a Dios, lo creería?  Claro que no.  Pero ellos tuvieron más información que solo declaraciones.  Él hizo milagros sobrenaturales, que eran innegables, como caminar sobre agua, levantar a muertos, sanar a ciegos, calmar tempestades, alimentar a 5,000, etc.  No fueron trucos de un mago teátrico.  Todos saben que si hay actividad sobrenatural es de Dios o del diablo.  Los fariseos estaban seguros de que Jesús tenía un mal espíritu.  En el pasaje paralelo, Mr. 3:28-30 dice: “De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.”  De pensar que un hombre puede ser Dios, con tal poder, lógicamente alguien concluiría que él serviría al diablo.  Hasta aquí se entiende la ignorancia o el malentendido.  Eso puede eventualmente ser perdonado.  Pero hay un factor más.  Lo que hace Satanás es matar y destruir.  Lo que hace Dios es amar, sanar, tener compasión, etc.  El carácter y comportamiento de Jesús comprobaron que era bueno, que su poder vino de Dios y entonces decía la verdad y por eso sí era Dios Hijo.  De rechazar eso es imperdonable.  Hoy en día no podemos ver a Jesús en persona haciendo milagros para concluir que es un diablo.  A tal nivel no es posible hoy cometer el pecado imperdonable.  Pero de entender el evangelio, hasta ver milagros, y todavía decir, “No lo acepto,” obviamente tal persona no puede ser salva.  Si la ausencia de fe en Cristo fuera perdonable, todo el mundo iría al cielo.  En vista de todo eso, no es posible hoy en día que un creyente pueda cometer un pecado imperdonable, 1 Jn. 1:9.  Sin embargo, debemos odiar todas clases de pecado, como Dios las odia.

8. HIPOCRESÍA ES NO CONFIAR EN DIOS EN TIEMPOS DE PERSECUCIÓN, 12:11-12.

Dice, “Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir”.

Sabemos qué nos pasó cuando encontramos a Cristo por primera vez.  Es parte de nuestro testimonio.  Es algo que podemos compartir sin aviso previo.  Nadie puede negar nuestra experiencia.  El Espíritu Santo nos ayuda en estos tiempos de la defensa de nuestra fe.  Para equiparnos con más armas, vale memorizar versículos de antemano, que el Espíritu pueda traer a la memoria en el momento indicado.  1 P. 3:15 nos anima a siempre estar preparados para presentar defensa.

Un punto más: Este pasaje no tiene nada que ver con la predicación.  No insinúa que un pastor u orador debe entrar en el púlpito sin preparación, esperando palabras por el Espíritu Santo mientras hable.  Nótese por ejemplo 2 Ti. 2:15, “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.  Al contrario, el contexto se trata de ser confrontado por inconversos que le atacan.

EN RESUMEN, PARA PONER ESTOS PUNTOS NEGATIVOS EN FORMA POSITIVA:

Descubra la voluntad de Dios y hágala.  (Obediencia trae gozo.)

Quien acepta reprensión es sabio.

Hable amablemente de otros, y especialmente de los hermanos.

Puesto que Dios sabe todo de todo, sabe ayudarle a usted en su situación.

Siempre diga la verdad.  (Si quiere proteger a un niño, no es necesario decirle toda la verdad por ahora.)

Muestre al mundo que usted es un cristiano verdadero.

Aprecie que Dios sabe todo de usted, y a pesar de eso le ama.

Como expresión de gratitud al Señor, sea genuino.

 1 Juan 1, 1 Pedro 3, 2 Corintios 5, 2 Reyes 23, 2 Timoteo 2, Apocalipsis 1, Job 1, Juan 13,Lucas 12, Marcos 12

 La muerte, ¿enemiga o benefactora?
Hechos 1:8: El versículo clave de Hechos

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