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El Piso De Bajo Y Lo De Cima

El Piso De Bajo Y Lo De Cima

“Y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para
muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le
dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que
has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí
tesoro, y no es rico para con Dios” (Lucas 12:19-21).

Existe en Kansas, Estados Unidos, una casa grande y
pintoresca. Un ciudadano local llamado Stone comenzó a
construir una mansión para él. Después de un cierto tiempo
el dinero acabó. El primer piso era magnífico: escalinatas
esculpidas, chimeneas macizas, paneles de acojinados de
madera muy caros . Pero el piso de cima fue concluido con
los materiales más baratos. En el local la construcción fue
apellidada de “Locura de Stone”.

¿De qué forma nosotros parecemos con Stone? ¿Hasta donde va
a nuestra locura? ¿Hemos nos preocupado, también, apenas con
el “piso de bajo”, ignorando completamente el “piso de
cima”?

Muchas veces gastamos todas nuestras energías en la busca de
una pretensa alegría, pasajera, engañadora. Olvidamos que el
viento de los años luego soplará todo y, entonces,
percibiremos que no habrá nada que garantice nuestra
felicidad durante la eternidad.

Invertimos lo que tenemos en la construcción de una vida
material próspera, lujosa, capaz de causar envidia a muchos
otros, igualmente insensatos. Qué nos interesa es apenas el
piso de bajo. No nos importamos con el piso de cima, con la
vida espiritual, que definirá si somos o no benditos y
victoriosos.

Stone quería construir un palacio pero fue llamado de loco.
Nosotros, cuando lo imitamos, ignorando lo más importante —
el andar de cima — también estaremos actuando como locos.

Si queremos y podemos construir un bello primer piso,
excelente. Sin embargo, lo más importante, en nuestra
construcción de vida, es el piso superior — nuestra
relación con el Señor, que permanecerá para siempre.

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La llegada del primer hijo

La llegada del primer hijo

Written by Dr. Osvaldo Juan Maccio

Volvía de tener un fin de semanas de reuniones en Mendoza y pensaba lo descansado que seria el viaje nocturno de regreso a Buenos Aires en en viaje de 13 horas en un servicio de ómnibus sumamente confortable de butaca cama individual, pero…he aquí que tenia como compañeros de viaje a una ansiosa mamá con dos pequeños hijos y un papá desaprensivo con una pequeña que apenas caminaba…las primeras horas de la noche fueron indescriptibles.
Pero todo ello me hizo pensar en cómo cambia la vida la llegada de los hijos al hogar, especialmente el primero.

“Herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre” – Salmo 127:3

“Dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz…” – Exodo 13:12

 

Es indudable que la llegada de un bebé se vive como uno de los acontecimientos más importantes en la vida que transforma las relaciones de pareja, generando mucha felicidad pero también ansiedad y conflictos que deben ser superados a través del diálogo. Los trastornos del sueño conllevan un cansancio en la pareja hasta el punto de sufrir estados de ansiedad, la alteración de las rutinas impide encontrar desde tiempo libre para ellos mismos, hasta momentos para la intimidad. La experiencia aconseja que los progenitores deben estar preparados para superar todos estos inconvenientes y futuros problemas asociados a la llegada de este nuevo ser a la familia.
Cambio de hábitos en el matrimonio
Los primeros tiempos de un matrimonio son “unicos, irrepetibles”. Ambos cónyuges son dueños de su tiempo y espacio, de sus decisiones, son dueños del mundo. Todo gira alrededor de ellos, pero…
La llegada de un hijo transforma por completo la cotidianidad, tanto desde el punto de vista individual como desde una perspectiva conyugal. El bebé cambia los hábitos de los progenitores, que deben acondicionar su tiempo, su espacio y sus costumbres a este nuevo miembro de la familia que no entiende de horarios, días feriados ni fines de semana y que revoluciona con su presencia un hogar formado hasta entonces sólo por dos. Esta transformación en la vida de las parejas, que en general produce enorme satisfacción y alegría, también puede traer consigo otros sentimientos menos positivos, incluso generar crisis y conflictos que deben ser tratados a tiempo.
Hay que tener en cuenta que tanto el hombre como la mujer son ‘uno’ antes del nacimiento de un hijo y ‘otro’ después. En un principio se pasa de ser dos a ser tres, es un cambio muy grande que requiere la reestructuración de la pareja. Con la llegada de un bebé la relación de la pareja sufre un proceso de cambio que puede generar conflictos si no se está alerta. Estos problemas pueden ser de muy diversos tipos y uno de los más frecuentes se relaciona con los padres, ya que a los hombres les cuesta encontrar su papel en esta relación de tres: la madre, sobre todo en los primeros meses, está muy pendiente del niño, su mundo se centra en la criatura y el padre se puede sentir desplazado.
Conociendo “al tercero”
Otro conflicto puede darse porque no conocemos al bebé. Es un ‘tercero’ con el que tenemos que iniciar un proceso de empatía. Por ello, es fundamental una buena comunicación, abrir el espacio para el diálogo en la pareja. Otras cuestiones no deseadas que puede generar el nacimiento de un hijo son los sentimientos negativos como la ansiedad, la culpabilidad y los temores. Nos preguntamos si lo vamos a hacer bien, si seremos buenos padres. Por esto, es preciso prepararse para la llegada del bebé, revisar nuestro ‘niño interior’, las huellas de nuestra propia infancia.
La decisión de tener hijos debe estar por encima de la pareja, ya que el bebé no es una forma de “salvar” una relación poco sólida. Hay algunos matrimonios que creen que el bebé puede arreglar un vínculo que no sea armónico y esto es un error. Por ejemplo, si el bebé ‘viene a arreglar algo’ probablemente va a vivir con ese mandato a lo largo de su vida, quizás va a tener un afán de excesiva rigidez. Por lo tanto, es fundamental que la pareja se vincule bien con el bebé y que no le mantengan al margen sino que traten de integrarlo”.
Por esta razón, la preparación para recibir un bebé es muy importante, y las siguientes sugerencias pueden favorecer la llegada del primer bebé:
  • La primera sugerencia es realizar un trabajo personal, ya sea con ayuda de un especialista o a partir una introspección, para conocer las huellas de nuestra infancia.
  • Una segunda sugerencia es contactar con nuestro yo íntimo, nuestros sentimientos, temores, inseguridades y expectativas.
  • La tercera propuesta es aumentar el diálogo en la pareja, favoreciendo la comunicación y la escucha activa.
  • En cuarto lugar, es indispensable relajarse, buscar momentos de silencio y evitar el estrés para recibir mejor al bebé.
Transformaciones en la vida intima de la pareja
La reformulación de los roles de los hombres y las mujeres en nuestra sociedad ha provocado cambios en todos los órdenes de la vida pero fundamentalmente en las relaciones familiares. Si hace unas décadas atrás el cuidado de los niños era responsabilidad exclusiva de las madres, hoy esta función dista de ser únicamente de las mujeres. Por este motivo, ante la llegada de un niño los padres y las madres deben resolver cómo se repartirán el cuidado del bebé, ajustando y adaptando, en la medida de lo posible, sus horarios.
Junto con los cambios profundos en el estilo de vida de la pareja que conlleva la llegada del bebé, aparecen otras modificaciones en la cotidianidad, como las alteraciones en el sueño, los cambios en los ritmos de las comidas y la frecuencia de las relaciones sexuales, que muchas veces serán interrumpidas por “sus urgencias”.
La sexualidad alterada
Según el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, la reanudación de las relaciones sexuales puede realizarse, en líneas generales, después de cinco a seis semanas. De todas formas, cada caso es diferente y la pareja debe consultar al ginecólogo para evitar problemas de salud o de seguridad. Cuando la familia pasa de dos a tres, la pareja ya no puede hacer el amor cuando quiere. En lugar de ello, deberá aprovechar la oportunidad cuando se presente o bien establecer un programa bien planificado”.
Los momentos de absoluta y completa intimidad se verán drásticamente reducidos con la llegada del bebé a la familia y por ello el idilio podrá ser menos espontáneo, pero esto no indica que la calidad del vínculo se vea deteriorada. Además, los expertos sugieren que se busquen formas alternativas de gratificación que incluyan besos, caricias, diálogos y redescubrir el placer de estar juntos, sobre todo en los primeros meses, hasta que los ritmos se reajusten a la nueva vida familiar. Lo deseable es que no se pierda nunca el contacto sexual, incluso antes y después del parto.
“Síndrome del tercero
En algunas parejas la llegada del hijo provoca el llamado “Síndrome del tercero”, es decir, entre la pareja aparece una tercera persona que puede modificar la relación. Algunos esposos sienten que se les desplaza, ciertas mujeres consideran que el varón no se preocupa por el hijo y todos estos sentimientos pueden provocar que se resienta la vida sexual de la pareja.
Todas las transformaciones que conllevan el parto y el cuidado del bebé -trabajos, preocupaciones, actitud de protección- generan un cambio enorme que debe ser conversado entre los padres. Generalmente, los primeros meses el hombre se va a trabajar y la mujer se queda al cuidado del niño y esto puede provocar problemas de pareja, pero ello depende de cómo se resuelva la situación. Un hijo puede reforzar la relación en función de cómo se viva su nacimiento.
Para evitar conflictos, lo recomendable es el diálogo: cada uno tiene que preocuparse de comunicar a la pareja lo que siente y comunicarse mejor. Lo fundamental es hablar porque con la llegada de un bebé las parejas reaccionan de formas muy diversas según la personalidad de los padres, la historia familiar y la historia de la relación.
Siempre son “herencia de Dios”
Debemos recordar que todo hijo es un “don de Dios”, por lo tanto por sobre toda preparación psicológica y social de la pareja, debe haber en los padres una preparación espiritual para recibir ese presente del Señor.

 

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La cultura del consumismo

La cultura del consumismo

Written by Daniel Bravo 

La formación de Ia personalidad es un proceso complejo que va acompañado de numerosos cambios y transformaciones. El consumo es una realidad cotidiana en la que nos hallamos inmersos. Con frecuencia, el adolescente se ve arrastrado a seguir la moda o los dictados de la publicidad porque carece de Ia capacidad de reflexionar sobre el consumo en general y sobre lo que él consume.
Uno de los elementos principales del consumo es Ia publicidad, Ia cual bombardea constantemente Ia vida de los jóvenes, presentando modelos que indican que el “status social” depende de Ia posibilidad de acceder a las ofertas, más que de ninguna otra cosa. 

Al intentar una primera aproximación al concepto de consumo, podríamos entenderlo como el uso, que hacemos las personas, de los bienes y servicios que están a nuestra disposición, con el fin de satisfacer diversas necesidades.

Estas pueden clasificarse de diversas formas: las más elementales, denominadas primarias o biológicas -aquellas vinculadas a Ia supervivencia- y las culturales. Vivimos instalados en una sociedad consumista, pero tenemos a nuestra disposición mecanismos y estrategias para enseñar a nuestros hijos a racionalizar el consumo y adaptarlo a Ia satisfacción de sus necesidades.

Es necesario adoptar una actitud crítica ante eI consumo, sustituyendo el consumismo desenfrenado en el que nos hallamos inmersos, por instrumentos que nos permitan elegir de acuerdo con nuestros intereses, y razonar acerca de nuestros deseos y posibilidades; lo cual está mucho más cerca, no sólo del dominio personal y del autocontrol, sino de Ia calidad de vida.

¿Cómo y por qué aparece el consumismo? Podriamos afirmar que el consumismo tiene su raiz y su origen en Ia adquisicion de más productos de los que necesitamos (ya sea por ostentación, por presión social, o porque los medios de comu-nicación incitan a consumir), situación que Ileva a cientos de per-sonas a hipotecar sus vidas y a cercenar sus posibilidades de desa-rrollo personal. Decimos, entonces: el consumismo se afianza bajo un modelo que basa su estrategia en un incremento constante de Ia producción; el mismo opera con un criterio perfectamente definido y frente al que muchos seres humanos sucumben, impotentes.

La estrategia consiste en crear, en primer lugar, una necesidad, para luego, en segundo lugar, ofrecer un producto que sea capaz de resolverla o satisfacerla y, a continuación, volver a crear una nueva necesidad y prolongar el proceso, interminablemente. Quizas el fenómeno consumista no hubiera podido alcanzar su gigantesca proporción sin el concurso de Ia publicidad que utiliza toda una gama de recursos persuasivos para forzarnos -compulsi-vamente- a adquirir productos muchas veces innecesarios y super-fluos. No cabe duda de que Ia publicidad tiene una enorme capaci-dad de manipulación de conciencias y no vacilaa en emplear todo tipo estrategias para conseguir sus fines.

LA FORMACION INTEGRAL DEL ADOLESCENTE Y SU DESARROLLO PERSONAL

Todos los padres deseamos que nuestros hijos adquieran, lo más pronto posible, un sentido crItico, aunque no siempre contamos con los medios adecuados para colaborar con ellos en Ia construcción de este criterio. La formación de Ia personalidad es un proceso complejo que va acompañado de numerosos cambios y transformaciones.

La educación para el consumo es una tarea de envergadura que debemos afrontar como un désafío imperioso, porque está en juego nada menos qué Ia capacidad de nuestros hijos e hijas para aprender a resistir las provocaciones y las falsas ilusiones con las que el consumismo intenta involucrarlos. Ahora bien: para dialogar con nuestros hijos del tema, debemos comenzar por reconocer que el consumismo se inicia en el hogar y que, probablemente, muchos de sus hábitos sean heredados y los hayan aprendido de nosotros mismos.

Finalmente, indicaremos que Ia libertad, como capacidad de elegir y de responsabilizarse de las decisiones tomadas, es inseparable de un cierto autocontrol y de una racionalización que permita satisfacer nuestros deseos y necesidades. Es importante que Ia autorrealización sea una meta a Ia que se dediquen los esfuerzos necesarios. En este sentido, a dicha meta se Ilega a través de unos peldaños escalonados que van robusteciendo y fortaleciendo Ia personalidad.

El primero de ellos implica Ia necesidad de formular normas y cumplir las normas ya existentes. – Uno de los principales problemas que afecta especialmente a los adolescentes es Ia anomia, es decir, el incumplimiento sistemático de las normas y el no sentirse vinculado con su cumplimiento. Toda relación está basada en un pacto, en un acuerdo, en un uso racional de nuestra libertad. Somos admitidos en un grupo humano en Ia medida en que estemos dispuestos a cumplir sus normas, y sin ellas no serla posible Ia convivencia. Por supuesto, una norma puede ser injusta o arbitraria y, en ese caso, debe ser modificada.

Creemos que Ia libertad de elegir es un proceso gradual que los adolescentes deben ganarse respondiendo de manera responsable a cada exigencia. Una persona caprichosa, probabIemente, se negara a aceptar las normas y tendrá dificultades para Ia inte-gración grupal. Con ser esto grave, lo es más en el hecho de que quien no domina o controla sus impulsos consumistas no es dueño de si mismo, es incapaz de autocontrolarse y su fiebre y afán por acumular objetos dificultará, seriamente, sus relaciones con las personas.

El consumismo no sólo esclaviza, sino que corrompe. Una actitud anticonsumista, es decir, critica y racionalizadora con respecto at fenómeno del consumo, significa una apuesta por un modelo de sociedad diferente donde los valores humanos y Ia realización per-sonal tengan más importancia que los intereses que mueven el mercado. La vida es un desafío que podemos protagonizar en Ia medida en que conservemos el control sobre nosotros mismos.

Muchos adolescentes pierden ese control, y pasan a ser controlados por quienes los traen y los conducen dócilmente planificando Ia música que deben oir, Ia indumentaria que deben Ilevar, y el último modelo de computadora que deben comprar. La educación para el consumo va a favorecer el desarrollo de hornbres y mujeres libres que sepan elegir las opciones que benefician eI desarrotlo de sus potencialidades y sepan evitar las trampas que conducen a Ia pérdida del control sabre uno mismo.

A partir de esta base, debemos proponernos, coma padres, denunciar los mecanismas de manipulación, advertir sabre los riesgos de Ia publicidad engañosa y potenciar el valor de Ia educación para el consumo, para lograr un cambio de hábitos y actitudes que contribuyan a un desarrollo personal equilibrado y maduro en el adolescente de hoy.

LA FAMILIA FRENTE AL CONSUMISMO

Como ya lo observamos, nuestras acciones, nuestros comportamientos cotidianos, nuestros valores y comentarias tienen una influencia incuestionable en nuestros hijos, ya que Ia atmósfera familiar (Io que ven y Io que oyen) afecta a Ia formación de su personalidad. Por tanto, es muy conveniente que Ia educación sabre el consumo se base en una actitud racional y crItica ante este fenómeno, y se inicie, en Ia familia, a Ia edad más temprana posible.

También, debemos señalar que en muchos padres existe Ia tentación de acallar el cargo de conciencia por el poco tiempo que dedican a sus hijos satisfaciendo todos sus caprichos. La educación para el consumo en el seno familiar debe estar basada en el dialogo. Sería bueno que nuestros hijos adolescentes conocieran nuestra situación económica, planificaran junto a nosotros los fines de semana a las vacaciones, sin ocultar las posibles dificultades que podamos tener.

De esta forma, nuestras hijos se iran concientizando de las posibilidades económicas familiares y se verãn obligados, por los hechos, a cantemplar el principlo de realidad (en Iugar de guiarse, solamente, par el principio de placer). El adolescente debe contar con nuestra ayuda, para enfrentarse a las presiones grupales.

Está en nuestras manos adoptar una actitud, hacia nuestros hijos, en Ia que nos impliquemas en su proceso formativo, dejándoles claras nuestras posiciones, pero fornen-tando que tomen sus propias decisiones y vayan adquiriendo una progresiva autonomía personal. Si somos capaces de potenciar Ia autonomía de nuestros hijos, su proceso de forrnación ira creciendo, pragresivamente, en su usa adecuado de Ia libertad y de Ia responsabilidad.

Es indudablemente positiva comentar en casa los anuncios que aparecen en Ia televisión, los mecanismos de persuasión e, incluso, su poder de manipulación. Los adolescentes comprenderán fácilmente, si se to planteamos bien, Ia contradicción (que existe, por ejemplo, entre los slogans que nos prometen libertad, condicionándonos a Ia adquisición de un determinado producto), a cómo Ia publicidad juega -abiertarnente- con deseos, miedos y frustraciones, vinculando el éxito, Ia integración grupal a Ia diversión con eI consumo… siempre con eI consumo.

La libertad se gana trabajosamente y con esfuerzo. Ayudar a los adolescentes a que desmonten los paraísos artificiales que pretenden venderles y sean conscientes de que pueden elegir su propio camino a dejarse arrastrar par lo que otros quieren y por Io que otros han decidido que compren y consuman, constituye, quiza, uno de los mejores servicios que podemos aportar al desarrollo personal de nuestros hijos.

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Desarrolle una familia fuerte

Desarrolle una familia fuerte

Written by Dennis y Bárbara Rainey

Llegó sin previo aviso. Me encontraba en el trabajo cuando se me ocurrió mirar por la ventana; el hermoso cielo azul que había admirado hacía unos minutos ahora estaba lleno de una nubes negras que no auguraban nada bueno. En un instante más comenzó a llover a cántaros y, a continuación, un feroz viento hizo su aparición doblando a los árboles hasta un ángulo que parecía imposible. Entonces chilló la sirena de tornados. Salimos como pudimos de los escritorios y buscamos refugio; muchos nos acurrucamos debajo de un hueco de la escalera de concreto que estaba en el sótano. La radio confirmó nuestro mayor temor: el tornado se dirigía hacia nosotros.

Mientras las ráfagas de viento de más de 190 km/h rompían vidrios y hacían temblar las paredes, varios de nosotros nos pusimos a orar. Pensé en mi familia y oré para que estuvieran a salvo (más tarde descubrí que el tornado pasó a menos de tres cuadras de nuestra casa). Luego de cinco angustiosos minutos, el viento cedió y el sol volvió a brillar. ¡Sobrevivimos! Gracias a Dios, nadie se hirió.
Salí para ver los daños.
El tornado tocó suelo a solo ciento sesenta metros arrancando varios pinos enormes antes de saltar por encima de nuestro edificio de oficinas y arrancar de raíz más pinos inmensos. Me sorprendió ver que las raíces de los árboles arrancados no eran tan grandes. Luego, no lejos de allí, ví un antiguo y majestuoso roble que parecía casi intacto. Solo tenía algunas ramas rotas.
Tiempo después me enteré que los pinos en nuestra región tienen un sistema de raíces superficiales, de ahí que muchas de esas imponentes bellezas verdes se convirtieran en leña. Sin embargo, el sistema de raíces de un roble se sumerge a lo profundo de la tierra y esto le permite resistir incluso la furia de un tornado.

Hunde tus raíces
Las raíces fueron el elemento decisivo. ¿Qué clase de sistema de raíces espirituales necesita una familia cristiana saludable? Si queremos llevar adelante un liderazgo inconmovible en la familia, esa de fortaleza que resiste a los tornados de la vida, necesitamos raíces espirituales como las del roble. La mejor manera de asegurar la presencia de raíces tan profundas es cerciorarse antes de que los padres se estén convirtiendo en “robles de justicia” (Isaías 61:3). Los padres deben crecer en su fe y deben convertirse en robustos discípulos de Cristo.

Los seguidores de Cristo han entendido durante siglos la importancia crítica de ciertas actividades espirituales que marcan la vida de un discípulo que crece. Mencionaremos tres actividades básicas, aunque no es menos cierto que existen más. Si tan solo priorizaras estas tres, desarrollarás un sistema de raíces que resistirán las tormentas de la vida y te convertirán a ti y a tu cónyuge en líderes firmes de su familia.

Una experiencia personal diaria con Jesucristo

Para que crezcas y llegues a ser todo lo que Dios tenía en mente al crearte, debes someterte a Jesucristo como señor, amo y autor de tu vida. La travesía espiritual de seguirle no consiste en una lista de cosas que debemos hacer y que no debemos hacer, sino más bien en un encuentro momento a momento con Jesús. El crecimiento tiene lugar en nuestras vidas en la medida que nos sometemos a Él, que caminamos con Él por fe y le obedecemos.

Lo que sigue no es una lista de control, sino más bien son disciplinas espirituales de probada eficacia que nos ayudan a crecer como seguidores de Cristo. Tú decidirás de qué manera vas a ponerlas en práctica, pero si lo haces, estos puntos básicos transformarán con el tiempo a un “bebé cristiano” en un seguidor de Cristo maduro.
Oración: Una buena comunicación es la clave para cualquier relación floreciente.
Estudio bíblico: La Escritura es el manual del fabricante para nuestra vida cristiana.
Adoración: Se nos manda que adoremos a Dios de manera individual y colectiva.
Dar y servir: Somos mayordomos de muchos recursos personales, materiales y financieros.
Comunión: No desaproveches el inmenso beneficio de ser cristiano: una conexión dentro del cuerpo de Cristo.
Testimonio: Tenemos la tarea de actuar en nombre de Jesús para reconciliar al perdido con Dios.

Verdaderos amigos

Por lo general, el crecimiento espiritual tiene lugar en el contexto de las relaciones. Todos necesitamos tener a alguien cerca, no solo para disfrutar de la amistad y la comunión, sino también para cosechar los beneficios de rendirle cuentas a esa persona.

Vida auténtica

La verdadera vida comienza en el hogar. El lugar en el que es más difícil ser un seguidor de Cristo diario y constante es la propia casa. Cuando estás en casa, rodeado de un cónyuge que te conoce bien y de varios discipulitos que observan con mucha atención cada una de las palabras y cada uno de tus movimientos, es difícil mantener una fachada durante mucho tiempo. Y no debieras hacerlo. Si tienes una relación vital con Jesucristo, manifiéstala viviendo de la manera más sincera y consecuente posible. Dios se ocupará del resto.
Invierte el tiempo y la energía necesarios para ser como “un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto”. (Jeremías 17:8)
¿No es eso lo que todos buscamos? Deseamos una familia de “árboles” fructíferos que florezcan pase lo que pase.

 

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Cuento: Billetes de Cielo

Había una vez un niño enfermo llamado Juan. Tenía una grave y rara enfermedad, y todos los médicos aseguraban que no viviría mucho, aunque tampoco sabían decir cuánto. Pasaba largos días en el hospital, entristecido por no saber qué iba a pasar, hasta que un payaso que pasaba por allí y comprobó su tristeza se acercó a decirle:
¿Cómo se te ocurre estar así parado? ¿No te hablaron del Cielo de los niños enfermos?
Juan negó con la cabeza, pero siguió escuchando atento.
Pues es el mejor lugar que se pueda imaginar, mucho mejor que el cielo de los papás o cualquier otra persona. Dicen que es así para compensar a los niños por haber estado enfermos. Pero para poder entrar tiene una condición.
¿Cuál? – preguntó interesado el niño.
No puedes morirte sin haber llenado el saco.
¿El saco?
Sí, sí. El saco. Un saco grande y gris como este – dijo el payaso mientras sacaba uno bajo su chaqueta y se lo daba. – Has tenido suerte de que tuviera uno por aquí. Tienes que llenarlo de billetes para comprar tu entrada.
¿Billetes? Pues vaya. Yo no tengo dinero.
No son billetes normales, chico. Son billetes especiales: billetes de buenas acciones; un papelito en el que debes escribir cada cosa buena que hagas. Por la noche un ángel revisa todos los papelitos, y cambia los que sean buenos por auténticos billetes de cielo.
¿De verdad?
¡Pues claro! Pero date prisa en llenar el saco. Llevas mucho tiempo enfermo y no sabemos si te dará tiempo. Esta es una oportunidad única ¡Y no puedes morirte antes de llenarlo, sería una pena terrible!

El payaso tenía bastante prisa, y cuando salió de la habitación Juan quedó pensativo, mirando el saco. Lo que le había contado su nuevo amigo parecía maravilloso, y no perdía nada por probar. Ese mismo día, cuando llegó su mamá a verle, él mostró la mejor de sus sonrisas, e hizo un esfuerzo por estar más alegre que de costumbre, pues sabía que aquello la hacía feliz. Después, cuando estuvo solo, escribió en un papel: “hoy sonreí para mamá”. Y lo echó al saco.

A la mañana siguiente, nada más despertar, corrió a ver el saco ¡Allí estaba! ¡Un auténtico billete de cielo! Tenía un aspecto tan mágico y maravilloso, que el niño se llenó de ilusión, y el resto del día no dejó de hacer todo aquello que sabía que alegraba a los doctores y enfermeras, y se preocupó por acompañar a otros niños que se sentían más solos. Incluso contó chistes a su hermanito y tomó unos libros para estudiar un poquito. Y por cada una de aquellas cosas, echó su papelito al saco.

Y así, cada día, el niñó despertaba con la ilusión de contar sus nuevos billetes de cielo, y conseguir muchos más. Se esforzaba cuanto podía, porque se había dado cuenta de que no servía el truco de juntar los billetes en el saco de cualquier manera: cada noche el ángel los colocaba de la forma en que menos ocupaban. Y Juan se veía obligado a seguir haciendo buenas obras a toda velocidad, con la esperanza de conseguir llenar el saco antes de ponerse demasiado enfermo…

Y aunque aún tuvo muchos días, nunca llegó a llenar el saco. Juan, que se había convertido en el niño más querido de todo el hospital, en el más alegre y servicial, terminó curando del todo. Nadie sabía cómo: unos decían que su alegría y su actitud tenían que haberle curado a la fuerza; otros estaban convencidos de que el personal del hospital le quería tanto, que dedicaban horas extra a tratar de encontrar alguna cura y darle los mejores cuidados; y algunos contaban que un par de ancianos millonarios a los que había animado mucho durante su enfermedad, habían pagado un costosísimo tratamiento experimental para él.

El caso es que todos decían la verdad, porque tal y como el payaso había visto ya muchas veces, sólo había que poner un poquito de cielo cada noche en su saco gris para que lo que parecía una vida que se apaga, fueran los mejores días de toda una vida, durase lo que durase.

Fuente

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PROPORCIONANDO RETROALIMENTACIÓN POSITIVA Y NEGATIVA


 OBJETIVO
I. Capacitar a los participantes, para que sepan cómo los demás ven sus fortalezas y sus debilidades.
II. Desarrollar habilidades para dar retroalimentación, y demostrar la importancia de dar retroalimentación positiva y negativa.
III. Desarrollar conciencia individual de cómo son percibidos por los demás.
TIEMPO:
Duración: 60 Minutos
TAMAÑO DEL GRUPO:
5 a 15 Participantes
LUGAR:
Amplio Espacio
Un salón amplio bien iluminado acondicionado para que los participantes puedan formar un círculo.
MATERIAL:
Fácil Adquisición
Suficientes tarjetas de 3’’ X 5’’ para cada participante.
DESARROLLO
I. El instructor discute brevemente los objetivos de la actividad.
II. El Instructor luego pide a cada participante, que identifique de tres a cinco fuerzas positivas y negativas que vean en sí mismo. Estas deben de consistir sobre todo, en adjetivos calificativos. No deben ser frases.
III. Los participantes escriben su apellido en la esquina izquierda de varias tarjetas (suficientes para cada uno de los participantes que componen el grupo). Luego cada participante escoge adjetivos positivos y negativos que describan a cada uno de los participantes. Estos adjetivos se escriben para cada persona en su tarjeta respectiva.
IV. Se recogen las tarjetas; el instructor ordena las tarjetas por apellidos y las regresa respectivamente a cada participante.
V. El instructor pide a los participantes revisar las retroalimentaciones positivas y negativas sobre ellos proporcionados por los demás participantes, y les pide que compararen esta retroalimentación con su propia percepción.
VI. Luego dirige una discusión general sobre la actividad enfocándose a los objetivos del ejercicio.
VII. El instructor guía un proceso para que el grupo analice, como se puede aplicar lo aprendido en la vida.

 

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PRESENTACION Y CONOCIMlENTO

Puede hacerse esta dinámica en una reunión general de los equipos de Infancia.
Objetivo: Lograr un mayor acercamiento entre los miembros de Infancia y permitir que cada niño se dé a conocer.
Cada uno elegirá al compañero que menos conozca y ambos dialogarán: ¿Cómo se llama? ¿Qué le gusta hacer? ¿Por qué es miembro de Infancia? ¿Se sienten misioneros? (Durante 10 minutos) Cada dúo elegirá a otro dúo y dialogarán sobre las mismas preguntas; después cada cuarteto busca otro cuarteto y dialogan.
Se elige a uno que presente a sus compañeros. Puede ampliarse la presentación.

 

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LA FUERZA DE LA RETROALIMENTACIÓN COMO TÉCNICA

LA FUERZA DE LA RETROALIMENTACIÓN COMO TÉCNICA

 OBJETIVO
I. Fomentar la apertura a la retroalimentación por medio de la retroalimentación anónima.
II. Proporcionar retroalimentación a aquellas personas que por lo general inhiben la retroalimentación y comunicación eficaz.
TIEMPO:
Duración: 120 Minutos
TAMAÑO DEL GRUPO:
25 Participantes.
LUGAR:
Instalaciones Especiales
Un salón amplio bien iluminado acondicionado con alfombra, buena acústica y ninguna barrera entre los participantes.

MATERIAL:
Fácil Adquisición
I. Tres tarjetas rayadas de 3’’ x 5’’ y un lápiz o pluma para cada participante.
II. Pizarrón y gis o rotafolio y plumón para el grupo.
DESARROLLO
I. El instructor explica la importancia que tiene el abrirse a la comunicación ya que es esencial en la solución de conflictos, como en el buen funcionamiento de los equipos de trabajo; señala la necesidad de llevar a cabo un proceso en el cual se pueda compartir abiertamente una retroalimentación sobre actitudes y conductas. Asegura que algunas personas podrían descubrir información acerca ellos y sobre su estilo de comunicación que inconscientemente emplean. También discute los riesgos que existen al abrirse a este tipo de retroalimentación.
II El grupo decide si emplean un proceso de retroalimentación anónima o si es conveniente aplicar un tipo diferente de confrontación o de retroalimentación abierta.
III. Si el grupo se decide por un proceso de retroalimentación inicial en el cual los participantes permanecen en el anonimato, el instructor comienza la actividad discutiendo los principios de retroalimentación constructiva.
IV. El instructor distribuye los lápices y las tres tarjetas rayadas a cada participante.
V. Vuelve a hacer hincapié sobre los principios de la retroalimentación constructiva, y da las siguientes instrucciones, dando suficiente tiempo a los participantes de escribir cada respuesta.
1. En el extremo izquierdo superior de CADA tarjeta rayada, favor de anotar el nombre de UNA persona en estegrupo, con quien tenga usted dificultades para comunicarse. En cada tarjeta debe escribirse el nombre de una persona diferente.
2. Clasifique los tres nombres anotando con el número 1 el nombre de la persona con quien tenga más dificultad en comunicarse, 2 para la siguiente y 3 para la última.
3. En la SEGUNDA línea de cada tarjeta, describa lo que le gustaría decirle a esa persona en este momento o en cualquier otro.
4. En la cuarta línea de cada tarjeta rayada describa como se siente cuando trata de comunicarse con esa persona.
5. En la sexta línea de cada tarjeta, describa la conducta específica de la persona, que obstaculiza al desarrollode la comunicación.
VI. El instructor recoge las tarjetas rayadas, las escoge por nombre y hace una cuenta del número de veces que el mismo participante, fue mencionado dentro del grupo.
VII. El instructor distribuye las tarjetas a las personas mencionadas en las mismas. También declara el número de veces que el grupo lo escogió SIN mencionar nombres. Por ejemplo: “alguien en el grupo ha recibido quince tarjetas y otro ocho, etc.”.
VIII.A las personas que han recibido tarjetas se les pide que compartan la generalidad de la retroalimentación que recibieron en la segunda línea de la tarjeta. A toda hora el instructor debe mantener constructivo el proceso y relaciona los intereses individuales para un mejor funcionamiento del grupo.
IX. El instructor continúa el desarrollo del proceso con la línea cuatro y seis de las tarjetas. Cuando los participantes se sientan suficientemente relajados, se les anima a que abran la retroalimentación que antes compartieron anónimamente. El instructor moldea conductas de entendimiento y de escucha mientras facilita la retroalimentación.
X. Aunque el desarrollo de la retroalimentación anónima no sea completo, el instructor comienza a mostrar los lazos entre la buena comunicación y un funcionamiento eficaz del grupo. También impulsa el desarrollo de una comunicación más ABIERTA y una retroalimentación constructiva.
XI. El instructor y el grupo deciden cómo continuarán en la siguiente sesión, el proceso de retroalimentación, y la decisión de cómo funcionará el se aplicará en la siguiente sesión del grupo.
XII. El instructor guía un proceso para que el grupo analice, como se puede aplicar lo aprendido en su vida.

 

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