Amando a los nios
Las ancianas asimismo… enseen a las mujeres jvenes a amar a sus maridos y a sus hijos… para que la palabra de Dios no sea blasfemada (Tit 2.35)
Amar a los hijos es una tarea compleja. Aunque Dios ha dado a las madres amor natural por sus propios bebs, hoy esa inclinacin innata est siendo reprimida por madres que abortan a sus bebes o entregan a sus hijos a una niera o a una guardera para que los cre una empleada.
Sin embargo, una mujer cristiana, que ni aborta a su hijo ni abandona sus responsabilidades, tambin tiene que aprender a amar a sus hijos de la manera que la Biblia indica. Los sentimientos naturales no son sufi-cientes. Todas los sentimentalismos sobre la bendicin de las madres se desvanecen cuando llega el momento de trabajar duro amando, enseando, exigiendo disciplina, limpiando y cuidando de los enfermos como es debido. Si las mujeres cuentan solamente con su afecto maternal natural para servir y ensear a sus nios diariamente, pronto estarn sin recursos y no sabrn por qu.
Cuando nuestros recursos se han agotado estamos ms dispuestas a admitir que tenemos una necesidad. Dios usa esos momentos para encaminar a Sus hijos de vuelta a S mismo, ya que l es la fuente de toda fuerza y amor. Si las madres lo buscan a l para que les provea de amor para sus hijos, pronto vern que su amor es mucho mayor de lo que haban experimentado por sus propios medios.
Los nios pasan por etapas en las cuales son ms fciles de amar y otras en que son ms ariscos. Cuando son amorosos y mimosos, no requiere gracia amarlos. Todas las nias de la iglesia quieren cuidarlos! Pero cuando tienen 9 10 aos, quin se interesa por ellos? Algunos nios no son especialmente lindos, as que quizs nunca hubo demasiadas personas que los buscaban. Las madres necesitan gracia divina para amar a sus hijos a travs de todas las etapas, desde que empieza a hacer sus primeros pinitos y aprende a caminar hasta la adolescen-cia. Esto requiere gracia, y si una mujer lo intenta sin la ayuda de Dios seguramente fracasar.Son esenciales entonces la oracin y la confesin de pecados. Pero es necesario no sentirse culpable por necesitar la gracia. Cuando una madre empieza a desarrollar un sentimiento negativo en cuanto a un nio, si empieza a ser fcilmente irritada por uno de sus hijos, debe confesar su falta de amor y cualquier otro pecado y pedirle a Dios que le d fuerza para amar. Amar no es simplemente dar abrazos, aunque ciertamente los incluye en abundancia. A menudo el nio que ms necesita amor es el que pasamos por alto. Muchas veces les digo a las madres que tienen problemas con uno de sus hijos que cada vez que pase el nio cerca de ellas lo agarren y le den un abrazo y un beso. Los nios menores (y los mayores tambin) necesitan amor y afecto en grandes cantidades. A veces el mal comportamiento es una forma de llamar la atencin, ya que el nio piensa que an la atencin negativa es mejor que la falta de atencin.
A los hijos mayores generalmente se les da responsabilidad antes que a los hijos menores debido a las necesidades del momento. Al cuidar de los pequeos, sin embargo, los mayores no deben ser pasados por alto. Todava necesitan afecto y apoyo. Las madres se pueden sentir muy incapaces y, al pensarlo seriamente, realmente lo son. Quin est bien preparado para satisfacer las exigencias diarias de ser madre? Los supermercados son buenos lugares para observar cmo las madres cumplen con sus responsabilidades sin gracia. Los nios son mantenidos en lnea por medio de gritos, son ignorados, o se les da todo lo que piden. Las madres cristianas tienen recursos sobrenaturales para llevar a cabo las responsabilidades que Dios les ha dado. Aunque muchas veces ignoran estos recursos celestiales, pronto se dan cuenta de cunto necesitan la ayuda de Dios: el amor, la paciencia, la bondad, y el control propio son muy necesarios todos los das.Si usted se ha sentido abrumada por sus responsabilidades, entrguele a l todas sus preocupaciones. Si le ha sido difcil amar a uno de sus hijos (o incluso a todos ellos), comience a buscar soluciones espirituales. Confiese su amargura, su resentimiento, su espritu crtico, su falta de habilidad de perdonar, su falta de amor. Comience a orar por su hijo y busque formas especficas de servirle. Tambin busque soluciones prcticas. Nadie quiere abrazar a un nio que huele mal. Mantenga a sus bebs limpios, peinados, y con buen olor. Somos humanos, y debemos comprender nuestras propias limitaciones. Simple-mente es ms fcil amar y ministrar a los nios cuando estn limpios y bien peinados.
A los nios mayores que se pueden sentir aislados cuando estn rodeados de nios pequeos, dles privilegios especiales adems de responsabilidades. Llvelos a un lugar que les agrada a ellos. Tenga una cita personal con su hijo. Pasen tiempo juntos. Permtales ir a la cama ms tarde para que puedan conversar mientras toman una taza de chocolate caliente. Dios puede bendecir sus esfuerzos por fortalecer la relacin. No se desaliente. Todos tropezamos de muchas maneras.
Nuestros hijos son una herencia de Dios que no deseamos arruinar. No es suficiente tenerlos en casa, sino que debemos amarlos fielmente. Lograremos esto de diferentes maneras en distintas etapas, pero siempre con el mismo amor dado por Dios. Las madres que piensan que es posible amar y servir a sus hijos en el poder de la carne probablemente lo logren por un poco de tiempo, pero cuanto antes se den cuenta de que necesitan la ayuda de Dios, cuanto antes sus hijos sern amados como es debido.
Nuestros hijos son una herencia de Dios.Son vidas que Dios pone en nuestras manos para que las formemos, como el alfarero hace con el barro. No desperdiciemos ese tesoro precioso de ser madres.La Biblia dice que debemos y podemos aprender cmo amar a nuestros hijos e instruirles en el amor y el temblor de Dios.
Nancy Wilson es esposa de un pastor en la ciudad de Moscow, Idaho, EE.UU. Tomado de la revista Credenda Adenda, Usado con permiso.
Apuntes Pastorales,edicin de abril junio de 2000, Volumen XIIV Nmero 3
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