Acurdate de los dueos del Reino
Se dice que una vez Dwight L. Moody, un famoso predicador, al haber regresado de una reunin evangelstica dio un informe de dos y media conversiones. Dos adultos y un nio, verdad?, pregunt alguien. No, dos nios y un adulto, respondi el seor Moody. Los nios dieron sus vidas completas al Seor. El adulto ya se haba gastado la mitad de la suya.
Cuando un nio se entrega al Seor, tiene toda su vida por delante para servirle. No ha tenido muchos aos para formar malos hbitos. Los nios no son suspicaces o escpticos, ni tratan de razonar todo intelectualmente para luego considerar la posibilidad de dar sus vidas al Seor. Al contrario, aceptan el mensaje de salvacin con facilidad y con una fe sencilla. Con razn dijo el Seor que tenemos que ser como nios para entrar en el Reino de los cielos! (Mateo 18:3). Qu podemos hacer para aprovechar este enorme potencial que tienen los nios? Primeramente necesitamos conocer su situacin.
Trasfondo
Los nios constituyen casi la mitad de la poblacin de Amrica Latina. Pero la mayora de los obreros cristianos no laboran entre ellos. Las estadsticas mundiales muestran que los nios son muchos ms receptivos al Evangelio que los adultos. (El 86% de todos los creyentes recibieron a Cristo siendo menores de edad). Si esperamos a que sean grandes, perderemos a la mayora porque, segn los estudios, muchsimos de ellos habrn endurecido sus corazones hacia Dios.
Ahora es el tiempo para alcanzarlos con el evangelio, mientras son nios todava. Jess dijo que no es la voluntad de vuestro Padre que est en los cielos, que se pierda uno de estos pequeos (mateo 18:14). En otra ocasin se enoj con los discpulos por haber rechazado a los nios y les dijo, Dejad a los nios venir a m, y no se lo impidis; porque de los tales es el reino de Dios (marcos 10:14). El no quiere que ningn nio se pierda. Pero, cmo vamos a acudir a la exhortacin de nuestro Seor?
Identificacin del problema
Muchas congregaciones planean cultos o campaas evangelsticas para adultos o jvenes a menudo. Pero, qu de los nios? Ellos tambin necesitan conocer al Salvador. A menudo nos ocupamos nicamente de atender a los hijos de los hermanos y, aunque estemos realizando una buena labor con estos, mientras tanto, cientos de millares de nios, muchos ms de los que podramos contar, perecen en las calles de los grandes centros urbanos del mundo, vctimas del hambre, de enfermedades que s son curables y de maltratos despiadados, ante una sociedad que vuelve la cara, procurando inmunizarse del dolor ajeno. En qu forma responder la Iglesia del Seor para aliviar esta crisis y a la vez dar un impactante ejemplo al mundo indiferente que la rodea?
No slo hay que alcanzar a estos pequeos con el mensaje de salvacin; tambin hay que darles seguimiento. Hay que cuidarlos al igual que un pastor lo hace con sus ovejas (Mateo 18:12-14). Si no los cuidamos y no reciben una base firme en el Seor, pueden ser engaados por lobos con piel de oveja. Corren un alto riesgo de descarriarse. Y, como ya hemos visto, eso de ninguna manera es la voluntad del Padre.
Gran cantidad de jvenes que crecieron en la iglesia se han alejado del seno del Seor. Alegan que la iglesia no les interesa o que no llena sus necesidades. Podramos preguntarnos acerca de la calidad de instruccin que recibieron en la Escuela Dominical cuando eran nios.
Habremos utilizado los mejores mtodos disponibles para promover una slida relacin personal con su gran amigo, Jess? Entendemos hoy sus peligros, problemas y pecados de manera que podamos eficazmente armarlos contra los embates del enemigo? Sabremos cmo evaluar nuestra metodologa actual, con el fin de optimizarla?
El cuidado para no fracasar
Definitivamente no es demasiado tarde para involucrarnos en la solucin. El primer paso quizs deba ser el de concientizarnos de qu es lo que necesitamos mejorar, adnde estamos fallando. Jess mencion varias palabras claves en cuanto al fracaso, en relacin con el ministerio infantil. Veamos:
HACER TROPEZAR
MENOSPRECIAR- DESCARRIARSE/PERDERSE
- IMPEDIR
Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeos que creen en m, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar (Mateo 18:6).
Mirad que no menospreciis a uno de estos pequeos; porque os digo que sus ngeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que est en los cielos (Mateo 18:10).
Qu os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarra una de ellas, no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se haba descarriado?As, no es la voluntad de vuestro Padre que est en los cielos, que se pierda uno de estos pequeos. (Mateo 18:12-14).
Pero Jess dijo: Dejad a los nios venir a m, y no se lo impidis; porque de los tales es el reino de los cielos (Mateo 19:14).
Al analizar las anteriores declaraciones, podremos notar que, por ejemplo, hacer tropezar en la fe a un nio es algo muy grave. Qu clase de ejemplo les estamos dando con nuestras palabras y actitudes? Pero alguno dir: Yo ni me meto con nios, para que no me culpen de ser piedra de tropiezo. Para esta persona es la palabra N 2. Si no considera que los nios merecen su tiempo, es una muestra clara de que los est menospreciando. Pensemos en la tercera palabra. Es nuestra enseanza a los nios de tal calidad y profundidad que los estamos cimentando firmemente en la fe, para minimizar la posibilidad de que se descarren? Tenemos algn sistema que nos permita identificar y dar seguimiento a los que han estado ausentes? Por ltimo, si no hacemos un esfuerzo continuo por alcanzar a los nios de la calle con el evangelio, les estamos impidiendo que lleguen adonde Jess. Ya hemos comprobado que ellos recibirn el mensaje de salvacin con facilidad, si les proveemos una oportunidad adecuada. Pero hay buenas noticias! Tenemos un enorme reto por delante, una gran responsabilidad en nuestras manos. Pero existen tambin magnficos mecanismos correctivos a nuestro alcance!
Frente a una solucin
Los estudiosos de la pedagoga reconocen que hay una serie de principios universales que, al comprenderlos y aplicarlos debidamente, producen resultados excelentes en el aprendizaje de cualquier materia y con personas de cualquier edad. Con respecto al ministerio infantil, proponemos los siguientes:
- El Principio de P.O.P. Toda actividad debe estar bien Planeada, Organizada y Preparada de antemano. As se logra que el programa transcurra con fluidez y se reduce el riesgo de perder el control del grupo. Jess pas aos preparndose para llevar a cabo el plan que Dios haba trazado con todo detalle de antemano. Siguiendo su ejemplo, no podemos darnos el lujo de improvisar.
- El Principio del Equipo. As como Jess reuni a su equipo de doce antes de comenzar su gran ministerio pblico en Galilea, debemos nosotros tambin reclutar y capacitar a un equipo para poder P.O.P cada actividad, orar, evaluar, etc. Sin un equipo, es casi imposible aplicar muchos otros de los otros principios mencionados aqu. Adems, el equipo debe incluir tanto a varones como a mujeres, con el fin de proveer un buen modelo para los varoncitos, cosa que escasea muchsimo en nuestra sociedad.
- El Principio 1 X 1. Como la capacidad de atencin de los nios es muy reducida, es recomendable usar el principio 1 X 1 para poder mejorar su retencin. Esta regla establece que cada actividad debe programarse para una duracin de un minuto por cada ao de edad del nio promedio. Por ejemplo: cambiar de actividad cada cinco minutos para un grupo de nios de cinco aos.
- El Principio de los 5 sentidos.Si un nio utiliza slo dos de sus sentidos en una lección (por ejemplo: ver y escuchar) se espera que retenga un 40% de lo que la maestra trat de transmitir. Pero cuando usa todos sus cinco sentidos puede retener hasta un 90% de la lección.
- El Principio de la Participacin. Los nios son muy enrgicos. Exigirles que estn sentados, quietos y callados durante una larga explicacin, como si fueran adultos en miniatura, es un error. Cuando los nios participan activamente, usan ms de sus cinco sentidos y por tanto, aumenta su retencin.
- El Principio del Cambio Rpido. No es suficiente con tener actividades distintas cada pocos minutos. Si deseamos mantener el control del grupo, minimizar las distracciones y evitar desviaciones del objetivo, es vital incorporar cambios rpidos entre una actividad y la otra. Debemos lograr que el programa transcurra con absoluta fluidez; sin pausas.
- El Principio de la Variedad. Es muy importante ser creativo usando ideas, mtodos, materiales y actividades nuevas continuamente. As se lograr mantener siempre el inters y el entusiasmo por volver.
- El Principio de la Adaptacin. Un error comn cuando se trabaja con nios es esperar que ellos entiendan y se identifiquen con nuestros mtodos y vocabulario de adultos. Es fundamental adaptar las palabras, ilustraciones, actividades, duracin, etc. al nivel de comprensin y al trasfondo cultural de su audiencia.
- El Principio del Equilibrio. Asegrese de mantener un adecuado equilibrio entre los mtodos directos e indirectos de enseanza. A menudo favorecemos demasiado los mtodos directos (ejemplo: lección con franelgrafo u objeto didctico). Los indirectos (tteres, mimos, payasos, juegos, cantos activos) proveen un complemento emocionante que rompe la monotona, canaliza la energa y mejora la concentracin.
- El Principio del Salmo 122.1. Yo me alegrar con los que me decan, a la casa del Seor iremos. Los nios tienen que sentirse motivados para ir a actividades relacionadas con la iglesia y querer aprender acerca de Dios. Como son juguetones por naturaleza, el proceso de aprendizaje debe ser divertido, interesante, dinmico. Si se traza esta meta, rara vez se aburrirn y usted lograr mantener el control del tema y del grupo.
La eficacia del uso de estos principios ha sido comprobada vez tras vez en varios pases. Si los aplicamos en todos nuestros programas de ministerio infantil, tanto evangelsticos como de discipulado, veremos resultados muy satisfactorios a corto plazo. As que Manos a la obra! Hay muchos miles de nios esperando que les llevemos el maravilloso mensaje de salvacin que Jess nos encomend!
Apuntes Pastorales, Volumen XII, nmero 4
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