Todo bajo control
por Martyn Lloyd-Jones
Tercer artculo de la serie: El extrao proceder de Dios en la historia
El carcter misterioso del proceder de Dios provoca interpretaciones completamente ajenas a la realidad. Cada quien interpreta desde su posicin y propia experiencia.
El proceder de Dios es malentendido
El carcter misterioso del proceder de Dios provoca interpretaciones completamente ajenas a la realidad. Cada quien interpreta desde su posicin y propia experiencia.
Por personas religiosas pero negligentes
Las acciones de Dios con frecuencia dejan perplejos y sorprenden a ms de una clase de personas. Son, en primer lugar, una gran sorpresa para los ms negligentes entre los religiosos. En Habacuc 1.5 Dios se refiere a los impos de Israel, a aquellos que se haban tornado negligentes y descuidados. Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque har una obra en vuestros das, que aun cuando se os contara, no la creeris. La actitud del pueblo fue: Este profeta nos quiere decir que Dios va a utilizar a los caldeos. Cmo si Dios pudiera hacer algo semejante! No lo escuchen; no hay peligro alguno. Estos profetas siempre son alarmistas y nos amenazan con calamidades. Quin pensara que Dios puede levantar a un pueblo como los caldeos para castigar a Israel! Es absolutamente imposible! El gran problema de Israel es que nunca quiso or a sus profetas. Sin embargo, Dios procedi con su pueblo tal cual lo haba dicho.
La actitud que encontramos en Israel es tan vieja como el diluvio. Dios advirti al mundo antiguo acerca del juicio por medio de No. No contender mi espritu con el hombre para siempre (Gn 6.6). Los hombres se mofaron y dijeron que tal cosa era monstruosa, y que no poda ocurrir. Lo mismo ocurri con Sodoma y Gomorra. Personas complacientes jams podan creer que sus ciudades seran destruidas. Decan que Dios habra de intervenir antes de que tal catstrofe aconteciera, y permanecieron en su indolencia en la esperanza que Dios les librara sin muchos problemas. En el tiempo de Habacuc, la actitud era la misma. A pesar de lo que el pueblo pensaba, Dios levant a los caldeos, e Israel fue atacado y conquistado. La nacin fue aplastada y llevada en cautiverio.
La ilustracin ms notable de este principio, est registrada en Hechos 13.41, donde el apstol Pablo cita Habacuc 1.5 y lo aplica a sus contemporneos. En efecto declara: Ustedes no lo van a creer, como tampoco lo hicieron sus padres. Pero as como Israel no ha reconocido a su Mesas, sino que lo ha crucificado, y ahora persiste en no creer su evangelio, Dios va a obrar finalmente en un juicio. l va a levantar el imperio romano para saquear y destruir su templo, y ustedes mismos van a ser desparramados entre las naciones. S que no creern esto, pues el profeta Habacuc ya lo ha profetizado y ustedes persisten en ignorar este mensaje. El ao 70 d. C. lleg inevitablemente, y las legiones romanas rodearon a Jerusaln y la destruyeron y los judos fueron esparcidos entre la naciones donde permanecen hasta el da de hoy. Es verdad que las personas religiosas negligentes, nunca creen a los profetas. Siempre dicen: Dios no va a hacer tal cosa! Pero Dios s hace tales cosas. Dios puede estar utilizando al comunismo en nuestro tiempo para castigar a su propio pueblo y ensearle una lección. No sigamos entonces en una actitud de indolencia y despreocupacin, dejemos de decir que es inconcebible que Dios utilice tal instrumento. No debemos permitir que se nos arrulle como a los que habitan confiados en Sin y fracasan en discernir las seales de los tiempos.
Por el mundo
En segundo lugar, las acciones de Dios causan sorpresa al mundo. Luego pasar como el huracn, y ofender atribuyendo su fuerza a su dios (Hb 1.11). Los caldeos no comprendieron que estaban siendo utilizados por Dios y atribuyeron todo su xito a su propio dios. Pensaban que deban su victoria a su propia hazaa militar, y se jactaban del hecho. Estos arrogantes poderes que han sido utilizados por Dios para el cumplimiento de sus propsitos a travs de la historia, siempre se han jactado de sus logros. El orgullo del mundo moderno en su progreso cientfico y en sus sistemas polticos es un tpico ejemplo. Al ver los enemigos de la fe cristiana que la Iglesia languidece, y que ellos estn ascendiendo, atribuyen los xitos a su propio dios. No llegan a comprender el verdadero significado de la historia. Grandes poderes se han levantado y han dominado por un tiempo, pero siempre se han embriagado con sus propios xitos. Repentinamente, cuando menos lo esperaban, se encontraron a s mismos derribados. El verdadero significado de la historia jams amanece en sus discernimientos.
Por el propio profeta
Finalmente, el proceder de Dios fue desconcertante para el mismo profeta, pero su reaccin fue muy distinta. Su pregunta se relacionaba con la manera en que todo esto estara reconciliado con la santidad de Dios. Exclama: Hasta cundo, oh Jehov, clamar, y no oirs; y dar voces a ti a causa de la violencia, y no salvars? Por qu me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destruccin y violencia estn delante de m, y pleito y contienda se levantan.
El proceder de Dios se explica con principios bblicos
A manera de respuesta a este problema de la historia, ser suficiente establecer los siguientes principios bblicos:
La historia est bajo el control divino
Por que he aqu, yo levanto a los caldeos, nacin cruel y presurosa. Dios no slo controla a Israel, sino tambin a sus enemigos, los caldeos. Toda nacin de la tierra est bajo la mano de Dios, pues no hay poder en este mundo que no est, en ltima instancia, controlado por l. Las cosas no son lo que aparentan. Los caldeos pensaban que su astuta proeza militar los haba conducido al dominio, pero no fue as, porque fue Dios quien los levant. Dios es el Dios de la historia. Est sentado en los cielos y las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas (Is 40.15). La Biblia afirma que Dios est sobre todo. l comenz el proceso histrico, lo est controlando, y lo va a concluir. Nunca debemos perder de vista este hecho crucial.
La historia sigue un plan divino
Las cosas no ocurren al azar. Los acontecimientos no son accidentales, pues existe un definido plan de historia, y todo ha estado pre-dispuesto desde el principio. Dios, quien ve el fin desde el principio, tiene en todo un propsito, y conoce los tiempos y las sazones (Hch 1.7). l sabe cuando bendecir a Israel y cuando no bendecirle. Todo est debajo de su mano. Dios envi a su Hijo, cuando vino el cumplimiento de los tiempos (G 4.4). Permiti que los grandes filsofos, con su claridad de pensamiento, vinieran primero. Luego surgieron los romanos, clebres por su gobierno ordenado, la construccin de caminos y su maravilloso sistema legal que influenci a todo el mundo. Fue despus de esto que Dios envi a su Hijo. Dios lo haba planeado todo.
Existe un propsito en la historia, y lo que ahora est ocurriendo en el siglo XXI no es accidental. Recordemos que la Iglesia est en el centro del plan de Dios, jams lleguemos a olvidar el orgullo y la arrogancia de la iglesia en el siglo XIX. Observmosla cmo descans con autosatisfaccin, disfrut sus as llamados sermones culturales y sabihondos ministerios, y cmo sinti vergenza de mencionar palabras tales como conversin y obra del Espíritu. Observemos, su prosperidad y cmo disfrutaban cmodamente de su culto. Notemos su fe en la ciencia y su alegre disposicin de sustituir filosofa por revelacin. Con cunta frecuencia se neg al mismo espritu del Nuevo Testamento! S, la Iglesia necesitaba el castigo, y no es nada difcil entender al siglo XXI cuando consideramos la historia del siglo XIX. En efecto, en todas estos acontecimientos hay un plan discernible.
La historia sigue un cronograma divino
Dios no se detiene a consultarnos y todo acontece de acuerdo al designio de su voluntad (Ef 1.11). Dios tiene su tiempo; tiene su propia manera de hacer las cosas, y acta de conformidad con ellos.
La historia est ligada al reino divino
La clave de la historia mundial, es el reino de Dios. La historia de las otras naciones mencionadas en el Antiguo Testamento, es de relevancia slo cuando est asociada con el destino de Israel. En ltima instancia, la historia actual, slo es de importancia en la medida de su relacin con la Iglesia cristiana. Lo que realmente importa en el mundo, es el reino de Dios. Desde el principio, desde la cada del hombre, Dios ha estado obrando para establecer un nuevo reino en el mundo. Es su propio reino, y est llamando a personas para que salgan del mundo y entren en ese reino. Todo lo que acontece en el mundo est relacionado con este, su propsito central. Todava est en su proceso de formacin, pero finalmente llegar a su perfecta consumacin. Otros eventos cobran importancia en la medida en que estn asociados con este evento. Los problemas de hoy slo se han de entender a la luz de este propsito. Lo que Dios est permitiendo en la Iglesia y en el mundo actual, est relacionado con su gran propsito para su Iglesia y su reino.
Por lo tanto, no tropecemos cuando vemos que ocurren acontecimientos sorprendentes en el mundo. Ms bien, hagamos la siguiente pregunta: Cul es la relacin de este evento con el reino de Dios? De igual manera, si nos ocurren acontecimientos extraos en la esfera personal, no nos quejemos, sino que digamos: Qu me est enseando Dios por medio de esto? Qu hay en m que necesita ser corregido? Dnde he procedido mal? Por qu est permitiendo Dios estas cosas? Sin duda que en todo hay un significado si tan slo podemos llegar a verlo. No es necesario turbarse y dudar del amor y la justicia de Dios. Si Dios contestara algunas de nuestras oraciones enseguida, y a nuestra manera, seramos cristianos muy empobrecidos. Afortunadamente, Dios a veces demora su respuesta a fin de proceder a la eliminacin de nuestro egosmo u otras actitudes que no debieran estar en nosotros. Tiene inters en nosotros, y se propone equiparnos para un lugar de mayor plenitud en su reino. Debemos entonces juzgar cada evento a la luz del grande, eterno y glorioso propsito de Dios.
Tomado y adaptado del libro Del temor a la fe, D. Martyn Lloyd-Jones, Editorial Desarrollo Cristiano Hebrn.
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