Ttulo:Agua de vida
Tema:Jess nos da agua de vida.
Objeto:Un envase con agua y un vaso.
Escritura:“Todo el que beba de esta agua volver a tener sed”, respondi Jess, pero manantial del que brotar vida eterna” (Juan 4:13-14 NVI).
Ah, s! Agua fra y refrescante. (chese un vaso de agua y tome de ella.) Tomas mucha agua? Cunta agua tomas diariamente? La mayora de expertos estn de acuerdo que debemos tomar de ocho a nueve vasos de agua al da. Desde luego, eso depende de cun caluroso est el da y si estamos corriendo y jugando mucho. De ser as, necesitamos ms agua. Desde luego, hay muchas otras cosas para tomar adems de agua. A veces me gusta tomarme un vaso de leche, especialmente con galletitas, y puede ser que me tome un refresco gaseoso si estoy comiendo hamburguesas, pero verdaderamente no hay sustituto para el agua cuando ests acalorado y con sed.
La parte del mundo donde Jess viva era muy caliente y seca. Un da mientras, viajaba por Samaria, Jess, acalorado de la larga caminata y siendo el medioda, se sent a descansar cerca del pozo. Muy pronto una mujer samaritana lleg al pozo a llenar su jarra de agua. “Por favor dame de tomar”, le dijo Jess a la mujer. La mujer se sobresalt! Sabes?, en ese tiempo los judos no le hablaban a los samaritanos. “Por qu t, siendo judo, me pides a m, una samaritana, de beber?”
Jess le contest: “Si supieras quin te est pidiendo agua t le pediras a l, y l te dar agua que da vida. Todo el que beba de esta agua volver a tener sed pero el que beba del agua que yo le dar, no volver a tener sed jams”.
La mujer le dijo: “Seor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aqu a sacarla”. Ella no entenda que “el agua que da vida” era creer que Jess era el Seor.
“Ve a llamar a tu esposo, y vuelve ac”, le dijo Jess.
“No tengo esposo”, respondi la mujer.
“En esto has dicho la verdad. Has tenido cinco esposos y con el que ahora vives no es tu esposo”.
“Debes ser un profeta porque sabes todo lo que he hecho”, dijo la mujer. Entonces Jess le dijo que l era el Mesas. La mujer estaba tan excitada que corri a la ciudad y le dijo a sus amigos: “Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. No ser ste el Cristo?”
Debido a lo que la mujer les dijo, muchos samaritanos vinieron a conocer a Jess y a aceptar su oferta de recibir el agua de vida. Ellos le dijeron a la mujer “Ya no creemos slo por lo que t dijiste; ahora lo hemos odo nosotros mismos, y sabemos que verdaderamente ste es el Salvador del mundo.”
Ah, s! Agua fra y refrescante. (Tome agua nuevamente.) Refresca el cuerpo, pero no puede compararse al “Agua de Vida” que Jess nos da. Esa refresca nuestra alma!
Querido Jess, como el ciervo desea las corrientes de las aguas, as te anhelamos, Agua Viviente. Amn. |