Somos la nia de sus ojos– Salmo 17:18. Estudiemos- Mateo 17:24-27; 1 Reyes 17:5-6; 19:1-10
Vimos que Dios demostr en la vida de Abraham que l era Jehov Jireh, su Proveedor.Tambin vimos que Jess ense que si el Padre era el Proveedor para las aves de los cielos, las bestias y aun para los lirios del campo, tambin lo sera para nosotros, porque a sus ojos nosotros somos de gran valor; somos la corona de su creacin. Jess ense que debamos caminar completamente confiados en que nuestras necesidades bsicas serian suplidas de forma milagrosa, teniendo fe en que nuestro valor era mucho mayor que el del resto de los animales.
La pregunta es continuar Dios siendo Jehov Jireh, el Proveedor hoy dia? Claro que s! Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos! No lo crees? Pues te voy a dar otro testimonio que lo demuestra. Un jovencito, de nuestra congregacin, tena un problema financiero tremendo; el 12 de julio lo haban despedido injustamente del trabajo. Ya haba cobrado todos los das trabajados, y los das por enfermedad, y all estaba en el altar con su corazn apretado, porque no tena ni un slo centavo encima. El Seor le dijo que tena una sorpresa para l. Se acab el culto, l se fue para su casa, y a las dos de la tarde, recibi una llamada no identificada, en la cual le dijeron: – Fulano, que pase por la oficina de tal empresa para que cobres un cheque y engancharon.
El muchacho, llam a la empresa donde haba estado trabajando, habl con la sub-gerente y le pregunt si lo haban llamado. Ella le dijo que no, que no lo haba llamado nadie en aquella oficina. Le pregunt si haba un cheque para l, y ella le dijo que casualmente, haba un cheque para l, que lo fuera a buscar. l fue con un amigo a buscarlo, para su sorpresa cuando fue a firmar, para confirmar que haba cogido el cheque, vio con asombro que la nmina estaba firmada por l, con su puo y letra, y l nunca la haba firmado. Tom el cheque y supo que aquella era la sorpresa que Dios le haba prometido. Se fue con su amigo para las escaleras de la iglesia a abrir el sobre, l pensaba que quizs eran unos diez o doce dlares, de algunas horas sin cobrar. Pero, cuando abri el sobre, se dio cuenta de que el cheque era de $117.00, una cantidad increble porque el no tena ningn da acumulado sin cobrar.
Todava no crees? El otro da me llam una hermanita de la congregacin, a las cuatro de la maana para testificarme el milagro financiero que Dios haba hecho con ella esa misma madrugada. Se haba pasado toda la noche orando porque no tena dinero ni para comprar leche para sus hijas. A eso de las tres de la madrugada, sinti el impulso de ir al archivo donde guarda los recibos de las cuentas pagadas. Para su sorpresa encontr, ochenta dlares pinchados con una grapa en dos de esos recibos. Nada, que Dios sigue siendo Jehov Jireh, nuestro Proveedor!
Demos gracias porque l suplir todas nuestras necesidades.
Por: Griselle Trujillo Cardona gtrujillo913@gmail.com
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