Quin dijo miedo?
QUIN DIJO MIEDO?
Artculo escrito por: Edgar Hernndez
Porque hermanos, no queremos que ignoris acerca de nuestra tribulacin que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera ms all de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confisemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucitóa a los muertos; el cual nos libr, y nos libra, y en quien esperamos que an nos librar, de tan gran muerte; 2 Corintios 1:8-10 (RV 60).
Al leer pasajes como el anterior, nos invade una sensacin de temor al hecho de imaginar que padecisemos sufrimientos tales por el simple hecho de predicar la gracia de nuestro Dios, sin embargo, el miedo no es malo, es un sentimiento natural de supervivencia, lo malo, creo yo, es ser dominado por el miedo.
Cuando Dios nos levanta, una cosa es segura, tendremos aflicciones. Aflicciones que sufriremos por el hecho de que l es quien vive por medio de nosotros hacindonos diferentes al mundo: a los religiosos y a los no religiosos, y esto de por s, es motivo de que seamos objeto de la temible ira de ellos. No solo sufriremos por el fuego enemigo, si no que sufriremos el llamado fuego amigo pues muchos en quienes confas, te darn la espalda, aquellos a quienes amas te abofetearn, muchos otros, a quienes llamas amigos, hablarn calumnias de ti y an otros harn las veces de falsos testigos, incluso no faltar quien quiera tomar tu vida, lo seguro es que todos ellos te rechazarn, pero recuerda que lo hacen porque han sido engaados, viven en la mentira a lo que ellos llaman verdad.
Lo cierto es que tendrs afliccin. Y todo porque no piensas como uno de ellos, y si, esto es digno de ser temido. Y si no he pasado sufrimientos por causa del evangelio es porque el evangelio no est viviendo por medio de m, y esto no tiene que ver con si se es o no salvo, tiene que ver con que an no hemos comprendido que el evangelio (Cristo) es literalmente nuestra vida (Col. 3:3-4).
Sin embargo, hay en ti un fuego metido en lo ms profundo de tu ser, es su presencia, la cual sabes que no la puedes resistir. Cristo tu vida, es l quien ha vencido al mundo y es a l a quien rechazan, y es por causa de l que eres bien aventurado y te puedes gozar en medio de la tempestad (2 Cor. 12:10), y puedes aseverar con toda seguridad que en l eres ms que vencedor (Rom. 8:37), l est en ti, no hay quien te pueda hacer frente (Rom. 8:31).
Cuando todos estn en tu contra, es el mismo Seor nuestro quien los usa para debilitar nuestra humanidad, porque entonces y solo entonces su poder se manifiesta por medio nuestro (2 Cor. 12:9) y su amor fluir de ti, echando fuera todo temor (1 Jn. 4:18) y produciendo una confianza indescriptible, sobrenatural para el hombre comn pero muy natural en nosotros, la confianza de aquel que en todo fue tentado y quien padeci las mismas y an mayores aflicciones que las nuestras: Jesucristo (Heb. 4:15). No fue l quien dijo: Estas cosas os he hablado para que en m tengis paz. En el mundo tendris afliccin, pero confiad Yo he vencido al mundo.? (Jn. 16:33).
Camina mi hermano, camina y no veas atrs que quien lo dijo es verdadero y digno de confianza, al ver esta invitacin se vuelve indispensable un cambio; nuestra mirada debe moverse de lo que vamos a perder y situarse en lo que en l hemos ganado y ganaremos (Heb. 12:2), dejemos de huir y permitamos que l gue nuestros pasos hacia algo tan hermoso que ni siquiera lo podemos imaginar. Dejemos de actuar como nios temerosos y crezcamos en su abundante gracia y en el conocimiento de nuestro Seor y salvador Jesucristo (2 Pe. 3:18), siempre conscientes que esto nos causar afliccin pero que estos padecimientos no se comparan con su gloria venidera manifestada por medio de cada uno de nosotros (2 Cor. 4:17-18).
En esta esperanza podemos concluir que seramos unos miserables si no sufriramos por causa de la gracia de Dios en nosotros.
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